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Capitulo 20. Una razón más.

¿Pero cuántos días habían pasado? En la escuela todo iba bien, los alumnos estuvieron regulares en cada una de sus materias, Spencer se sorprendió al ver como a la mayoría se le hacía un poco difícil su materia y pensó en hacer algo más dinámico para que aprendieran mejor.
Por el otro lado estaba Morgan que había ganado el campeonato, pero había perdido a su líder del equipo por un esguince de tercer grado.
Ambos se apoyaban mutuamente y salían cada día más, estableciendo un gran lazo, pero algo malo para Morgan pues aún no se ocupaba formalmente de uno de sus mayores problemas que tienen características de Omega y nombre de Savannah.

El resultado de la pregunta fue un mes, un mes y ahora solo faltaban varios días para empezar a organizar el baile de bienvenida y de San Valentín, JJ junto con Prentiss ayudaban a la planilla en el desarrollo de tal evento a la vez que alardeaban que este año opacaria a los anteriores.

Spencer había faltado a la escuela gracias al llamado de el hospital mental en donde su madre residía por lo cual Morgan aprovecharía para poder aclarar y alejarse de Savannah, decidido llegó al lugar donde la Omega siempre cuidaba en recreos la encontró y se paró frente a ella.

--Morgan, ¿Y ese milagro?– pregunto mientras veía a una pareja de chicas caminar riendo por los pasillos

--tenemos que hablar– dijo directo al punto

--¿Acaso me dirás qué esto nuestro se acabó? ¿Que me escogiste sobre ese. . . Omega?– preguntó con fuerza en su voz viéndolo ahora de reojo

--algo no puede terminar si nunca empezó, solo fue sexo sin sentimiento, eso es lo que tú y yo acordamos– contestó soltando un suspiro –ademas no metas a Spencer en esto– pidió

--creo que no me entendiste Morgan, no te amo, no tengo sentimientos hacia ti, pero eres mío, y ningún engendro hará que tú te vayas– declaró con rabia en su voz, giro su cuerpo hacia Morgan, tomo con una mano su mentón y acarició con la misma su mejilla –asi que. . .yo cuidaría a ese engendro– amenazó y se alejo, dejando a un Alfa en trance repitiendo la amenaza y palabras de la Omega

(· en el hospital mental flowerfly ·)

Reid caminaba de un lado al otro esperando la presencia de su madre que volvía a tener un día de lucidez, las enfermeras ya lo conocían pues siempre venía a visitar a su madre cada vez que podía o le enviaba cartas, mordía sus uñas al igual que desprendía ligeramente su olor ahora un poco denso gracias a su preocupación y emoción.

--spencer– escucho como le llamaban y volteó viendo a su querida madre, el Omega dejo de moverse para ver a su progenitora, sonrió y fue a con ella para envolverla en un abrazo.

--te extrañe– admitió en un susurró y su madre solo respondió aumentando un poco el abrazo

--oh, cariño igual yo– dijo después de varios segundos abrazados, separándose para ver mejor a su hijo –tu olor es débil, ¿Sigues tomando esas pastillas?– pregunto disgustada

--sabes que si madre, no me agrada cuando alguien reconoce lo que siento o lo que soy– recordó

--claro . . .aún que esperaba volver a oler tu aroma– dijo y tomo la mano de su hijo para guiarlo a uno de los sillones de la sala

--frambuesas mamá, frambuesas, café y libros , una rara combinación como decía papá– contestó

--rara combinación nada, es hermoso como tus olores al parecer se dan un equilibrio para crear algo perfecto– confesó haciendo que Spencer sonría

--conoci a alguien– confesó, captando el interés de su madre –un alfa. . . Mamá es como si lo conocería de antes– dijo enamorado mientras sacaba su celular para enseñarle una foto de ellos.

--mi pequeño Spencer ya era hora que te volvieras a enamorar– sonrió mirando a su hijo y después la foto que esté le enseño, que borró su sonrisa –no pude ser el– dijo sorpendida

--¿De que hablas?– pregunto Reid perdido

Una razón másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora