Polonia caminaba de un lado a otro pensativo, como se supone que juntaría a Rusia y al alemán, siendo que estos dos se evitaban a toda costa.
Tal vez pedir ayuda sea una buena opción, pero ¿a quién?, Francia y UK, no quieren saber nada de alemania, luego de lo sucedido, decidieron no volverse acercar al tricolor. Definitivamente tendría que hacerlo solo. A pesar de tenerle un poco de miedo y resentimiento a Alemania por el pasado, quería que Rusia estuviera feliz.
Una idea cruzó en su mente, era un poco arriesgado pero podría funcionar, odiaba mentir pero creía que esta situación lo ameritaba.
Marcó el celular de Rusia, este ya se habia ido de aquella reunión.
—¿Polonia?
—Hola Rusia, ¿estás ocupado?.
—Un poco, ¿sucede algo?.
—¿Podrías juntarte al frente de la nueva cafetería? Es urgente.
—¿Porque?, ¿estás bien?.
Polonia no contestó y cortó la llamada, ahora solo tenía que convencer a Alemania. Éste se quedaba después de las reuniones a hablar con ONU. Por lo que era fácil saber su ubicación. Se dirigió hacia este, a pesar de que no quería interrumpir su charla con la organización, ya había empezado, ahora debía terminarlo, no había vuelta atrás.
—Alemania, necesito hablar contigo urgentemente.- Habló en un susurro para que solo el mencionado escuchara.-
Indicó el lugar de la junta y sin más se marchó.
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El alemán rapidamente terminó su charla con la organización, tomó sus cosas y se encaminó al lugar indicado, por suerte quedaba cerca, por lo que no demoró en llegar.
Ya era tarde, el cielo había comenzado a oscurecer y una brisa helada se podía sentir, ya no se veía gente caminando en las calles.
La dicha cafetería se encontraba iluminada, las pocas personas que se encontraban dentro, reían acompañados. Dando un toque tranquilizador. Volteó su vista hacía todos lados en busca del polaco pero no lo encontró, tal ves tenía que hacer cosas antes de venir.
Su vista se detuvo en un peculiar y conocido gorro, soltó un pesado suspiro. El contrario aún no había notado la presencia del alemán, ya que su vista se encontraba concentrada en su celular, pasaron algunos segundos cuando por fin sus miradas se encontraron.
—¿Has visto a Polonia?.- Pesé a que no quería hablarle, odiaba la impuntualidad.-
—No, Lo estoy esperando.
—Bien.- observó su reloj.-
Los minutos pasaban, el ambiente se ponía cada vez más tensó y el polaco aún no se presentaba, Alemania fastidiado, tomó su celular y comenzó a marcarle, sin embargo solo se escuchaba el buzón de voz.
El día se volvió noche finalmente.
—No entiendo porque me interrumpió la conversación con ONU, diciendome que quería hablar urgentemente y me cita a un lugar, que para empeorar me deja plantado.- susurró para si mismo.-
—¿El también te citó?.- Preguntó curioso.-
—Si, Quería hablar conmigo.
—Estamos igual.
Alemania sólo se mantuvo en silencio, con la vista fija en Rusia, poniéndose a pensar y por fin entendendiendo la situación.
—Polonia nos citó a ambos al mismo lugar y a la misma hora, pero no se presentó.- El de sangre alemana, explicó lo que estaba sucediendo.-
Duró unos segundos en la misma posición, para luego darse la media vuelta y comenzar a caminar por donde llegó.
—Polonia acaba de mentirnos a ambos, ¿Y tú solo te irás?.
—Polonia creía que nosotros éramos pareja.-confesó.- Así que, los motivos por lo que hizo ésto, no me interesan.
—¿Pareja?.-El ruso se sobresalto al escucharlo.-
—Olvidalo.-Habló Fríamente.-
—¿Desde cuándo piensa eso?.
—... Solo vete a tu hogar.- En ningún momento detuvo su caminar.-
—Agh.. De verdad eres increible.
Alemania simplemente lo ignoró, ésto hizo que el ruso se sintiera enfadado, realmente no podía entender el caracter del contrario.
—Cómo si alguien pudiera salir contigo.- Soltó sin pensar el de ushanka, lo suficientemente alto como para que el otro escuchará.-
El alemán sólo atinó a caminar más rápido, una punzada en el pecho había sentido al escucharlo.
