Las botellas de cerveza se encontraban tiradas en la cocina y comedor. El alemán quién se había sentado en el suelo seguía bebiendo. Su corbata se encontraba suelta en su cuello, pues en un punto le causo molesta y con la poca fuerza que tenía se la quiso sacar, cosa que no logró por completo. Los primeros dos botones de su camisa se encontraban desabrochados. Dejando expuesto un poco de su pecho.
Sacó su celular y con la vista nublada marco el primer número que encontró.
-si?.- contestó la otra línea.
El alemán solo balbuceo algunas palabras.
-¿Alemania?,.- preguntó con cierta duda, la voz se le escuchaba rara.-
-E-estaba cansado y....- otra vez los balbuceos volvieron.-
-¿estás bien?, ¿debo avisar a alguien?.
El alemán no contestó.
-oh... Dios... ¡Avisaré a alguien!.
Rapidamente cortó.
Alemania apoyo su cabeza en la pared y cerro sus ojos. Las náuseas iban y venían.
Los minutos pasaron. Cuando se abrió la puerta, los pasos apresurados se escucharon y quién no reaccionaria de esa manera, pues toda la sala se encontraba desorganizada. Hasta se podría confundir como un robo, el olor era espantoso.
El alemán como pudo comenzó a abrir sus ojos lentamente, se demoró un poco en enfocar lo que tenía al frente. ONU y Fbi.
Por un instante todo el alcohol que había consumido se fue y pudo sentir como su alma salía del cuerpo, con los ojos bien abiertos se levantó e intentó dar un paso, tambaleandose en el proceso. ONU tomó su brazo derecho evitando así que éste se cayera.
—Polonia me llamó preocupado.- fue lo único que atinó a decir ante tal situación.-
El tricolor agachó su cabeza, queriendo evitar a toda costa el contacto visual.
—Ve a darte un baño, cuando te sientas mejor, hablamos. Fbi acompañalo.- ordenó la organización.-
El último mencionado asintió y acató la orden. Cuando éstos se fueron, ONU sacó su celular y comenzó a sacar fotos de la escena.
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—¿Desde cuando tomas Alemania?.- Trató de suavizar su voz para que el contrario no se sintiera tan mal.-
—No volverá a suceder.
—Alemania.
—No volverá a suceder.- repitió, aún no era capaz de mirar al mayor a los ojos.-
—¿Porqué?, ¿Te sientes mal?, ¿algún país te ha hecho sentir así?.
Alemania solo negó.
—¿Estás cansado?.- Quiso preguntar lo que Polonia le había contado.- Lo lamentó, no te puse como mi mano derecha para que te estresaras por eso, eres un buen chico. No te preocupes, no tienes que ayudarme.
Otra vez el silencio.
—Bien, recoge tus cosas.- se levanto de donde se encontraba sentado.- Conoces el protocolo, deberás comenzar con terapia.
—¿Qué?.- Por fin, el alemán lo observo.-
—Lo sabes muy bien Alemania, un país pasa por momentos dificiles a veces, lo cual está bien. Pero debe superarlo y un poco de ayuda no te hará mal. Estarás internado, por lo que tendrás que ausentarte a las reuniones y al trabajo.
—Pero señor ONU.- no alcanzó a terminar.-
—Recoge tus cosas Alemania.
Al alemán se le aguaron los ojos, se notaba preocupado. Rápidamente fue a su habitación.
—¿No cree que es muy pronto para internarlo?.- fbi lo miró curiso.-
—Se debe enfrentar el problema desde el inicio o puede que después sea muy tarde.
