La guerra por fin había acabado, la paz se podía sentir a los alrededores. Desde la caída de Third Reich, muchos países se cuestionaron el nuevo uso de esas tierras, las cuales estaban totalmente destruidas.
El olor a sangre y putrefacción estaban presentes. Incluso se podía oír los gritos de agonía de aquellos soldados heridos, que habían dado su vida por su país.
Todo se había ido, cualquier esperanza se había esfumado. Ya no quedaba nada ni nadie. ¿Que es lo que pasaría de ahora en adelante?.
ONU jamás quizo hablar respecto a esto, solo prohibió estrictamente ingresar al país caído. Pesé a las insistencias de algunos, este, negó el paso, castigando a aquellos que desobedecian y no volvió a mencionar el tema.
Cada mes debían realizar ciertas reuniones en diferentes partes del mundo, para mantener la paz y el orden.
Sin embargo, había algo curioso. En cada reunión, sobraba una silla, México fue el primero en preguntar, pero ONU no contestó, cambiando el tema inmediatamente.
Los demás países sabían que algo andaba mal, pues notaban a la organización más nervioso de lo usual.
Hasta que un día de tantas insistencias contestó.
Una nueva Alemania había nacido.
Fue lo que el dijo, para luego retirarse de la sala, dada como finalizada la junta.
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Unos pasos se escucharon por el pasillo, los murmullos no se hicieron de esperar. Con una sonrisa acomodo su camisa, no dejándose de intimidar por nadie.
—¿Es el?.- Exclamó Paraguay, viendolo entrar a la oficina de ONU.-
—Me parece que si.- Respondió Colombia.-
FBI quién salía de la oficina, mandó a llamar a todos los países, guiandolos a la sala de juntas.
—¿Porque está el, aquí?.- El español se hizo presente, furioso.-
Los gritos y los países molestos, rápidamente abundaron la habitación. FBI se había mantenido en silencio, hasta que golpeó la mesa, callando así, a los demás países.
—ONU me pidió que estuvieran tranquilos y en orden.- Fue lo único que dijo, cruzandose de brazos-.
Algunos minutos pasaron, antes que la organización entrará junto al alemán. Quien mantenía su semblante serio.
—Alemania nos acompañará, desde hoy. - apuntó hacia la silla que sobraba.- Siéntate ahí y se bienvenido.
Mientras el alemán se dirigía hacia su lugar, pudo sentir algunas miradas acusadoras. Hasta que una le llamó la atención. Aquel polaco, que a comparación de los demás lo miraba con odio y temor.
Solo, atinó a sonreír de lado, mientras se sentaba, aún sin despegar su vista de Polonia. Sin embargo, no duró mucho, ya que, su vista se volvió a enfocar en la organización. Que lo analizaba. Solo tenía que fingir ser alguien bueno y callado, Fácil.
ONU no demoró en empezar la junta, hablaba sobre unos problemas entre china y Estados Unidos. En ningún momento lo mencionó, eso alivió al alemán, no quería llamar más la atención.
Al cabo de una hora, la reunión dió como finalizada. ONU junto a FBI fueron los primeros en retirarse, el tricolor prefirió esperar que todos se fueran, para irse tranquilo.
Pero un japonés, se acercó, pocisionandose al frente del alemán, obteniendo su atención.
—Es una lástima lo que le ocurrió a tu padre, Alemania.- dió una sonrisa amigable.- No te preocupes, no estás solo, podemos ser amigos y si quieres, en un futuro aliados.
—¿Aliados? ¿Tu y yo?.- alzó una ceja, algo raro se traía consigo, Japón.-
—Exactamente.- Siguió con la misma sonrisa.-
—Lo lamento, pero no tengo interés en hacer alianzas.- Trato de ser gentil, al contestar.-
—Oh, es una lástima. Tu y yo podríamos hacer grandes cosas.
Definitivamente, había algo raro y el alemán estaba dispuesto a averiguarlo.
—Cosas, ¿como cuáles?.
—Ya sabes.- Se acercó un poco a Alemania.- vencer a una potencia, puede ser una de las tantas cosas que haríamos.
_así que de eso se trata_ Fue lo primero que pensó el alemán.
—Lo lamento, no estoy interesado.- El tono de voz que japon usaba, lo molestaba.-
—Vamos, será divertido. Si lo vencemos podemos sacar ventajas y en un futuro adueñarnos de todo.- Hacia todo lo posible para convencerlo.-
—¿Cuál es el truco?.- entrecerro los ojos.- se que hay algo detrás de todo esto.
—Bueno, me atrapaste.- su sonrisa se ensancho y comenzó a susurrar.- Necesito que me ayudes a vencer a USA.
—Escuché que tienes problema con el norteamericano, pero sigo sin estar interesado, arreglatelas solo.
—Mira niño.- Su tono de voz cambió.- No seas tonto, si ganamos, la mitad de las ganancias será tuya.
—¿Tan desesperado estás?, ¿acaso soy tu último recurso?.- El silencio de Japón, bastó para saber que tenía razón.- No me hagas reír, ya tengo suficientes problemas, para ayudarte en una guerra, en la cual esta claro quien ganará y no serás tú.
Japón golpeó fuertemente la mesa, llamando la atención de los países que se encontraban presentes.
—No seas insolente, puedo vencerte, si así lo deseo.- apretó sus puños.-
