IX • MIRADAS LASCIVAS

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⚠️ ADVERTENCIA ⚠️
El siguiente capítulo contiene escenas para mayores de dieciocho años🔞, por lo que si no te gusta leer este tipo de escenas, o eres menor de edad te recomiendo saltarla no afecta demasiado la trama.

—Perdón por lo que pasó en el restaurante, no creí que estuviera tan lleno y mucho menos esperaba esas miradas cargadas de odio hacia ti —repite una vez más Federico limpiando su boca con una servilleta, la pizza estaba buena, pero no era de las m...

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—Perdón por lo que pasó en el restaurante, no creí que estuviera tan lleno y mucho menos esperaba esas miradas cargadas de odio hacia ti —repite una vez más Federico limpiando su boca con una servilleta, la pizza estaba buena, pero no era de las mejores que había comido y tampoco es que tenga mucha hambre las miradas del restaurante me quitaron el apetito.

—Ya te lo dije no fue tu culpa, estoy acostumbrándome a esas miradas y llegará un punto en que ellos se cansen o yo me acostumbre —confieso soltando un resoplido cansado, tenía las esperanzas de que ocurra lo primero, pero las miradas continúan tan cargadas de odio como el primer día.

—Estas cosas no deberían pasar, la cita iba tan bien hasta que llegamos a ese restaurante —murmura rascando su nuca con su mano libre, en verdad me daba lástima que piense que fue su culpa el que pasáramos por aquel incómodo momento, pero lo cierto es que ninguno tiene la culpa. Me pongo de pie buscando en mi Spotify pulsando en la primera playlist que atrapa mi atención, comienza a sonar Valerie por el cantante The Weeknd y esta canción en particular se había vuelto una de mis obsesiones a pesar de ser un género que no escucho mucho.

Dejando mi teléfono sobre la mesa le extiendo mi mano a Fede para que se ponga en pie y comenzamos a bailar por el reducido espacio de aquel camper. Junte mis manos sobre su cuello fijando mis ojos marrones en los suyos celestes, él llevó sus manos a mi cintura y comenzamos un baile lento. Moviendo nuestros cuerpos al compás sin despegar la mirada del otro, relamo mis labios acercándome a los suyos teniendo que ponerme de puntillas, pero de inmediato vuelvo a poner ambos pies en el suelo cuando él correspondió mi beso con pasión y se agacha para tener un cómodo acceso a mi cavidad bucal. Sus manos comienzan a frotar mi espalda sin llegar a bajar a mis nalgas, gesto que me estaba pareciendo agradable porque él en verdad era muy respetuoso, pero esta noche no quería ese tipo de respetos. Bajando mis manos recorro su ancha espalda sin dejar de acariciar con suaves toques separándonos lo veo, él me mira y nuestras miradas lascivas lo dicen todo. Es algo que ambos deseamos y con una sonrisa mis manos se cuelan entre el final de su camisa y el inicio de su pantalón. Mis uñas apenas se entierran en la piel de su espalda erizándolo mientras subo sin dejar de tocarlo y nuevamente nos besamos con ansias, necesitábamos disfrutarnos plenamente.

Un jadeo es soltado en su boca cuando sus manos aprietan mis nalgas, liberando mis labios de los suyos respiro con agitación, las manos de Federico bajaron hasta el final de mi falda. Jugando con esta, mientras besos húmedos eran regados por mi clavícula, cuello y el inicio de mi pecho. Con las manos temblorosas por la adrenalina del momento comienzo a desabrochar botón por botón de su camisa, sus manos dejan de jugar con mi falda para subir por mi espalda metiéndose debajo de mi top. Erizando aún más mi piel caliente, continua con sus besos llegando hasta mis labios donde les da una ligera mordida que solo logra encender aún más la llama de deseo en ambos. Abriendo su camisa la comienzo a bajar mirándolo a los ojos sin dejar de acariciar sus brazos, nos mantenemos en ese ambiente lujurioso mirándonos con la música generando el ambiente. Llevando mis manos a su pecho, paseo mis uñas contra su piel viéndolo morderse el labio haciendo que mi entrepierna comience a cosquillearme.

PERVERSA CRIATURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora