Parte 2.- Recuerdos de una promesa rota

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Lan XiChen se veía tan determinado en su deseo de traer de regreso a Jin Guang Yao, que Wei WuXian no tuvo más remedio que aceptar. El corazón siempre noble del Patriarca Yiling se había doblegado ante la desesperada petición de un hombre que tenía el corazón destrozado.

El rostro de aflicción y dolor con que le había pedido ese favor, la mirada suplicante y llena de anhelo le hacían pensar en Lan WangJi y las penas que este mismo había cargado; le hacía preguntarse si esa misma era su expresión al tocar el guqin mientras intentaba contactar con su alma.

Ambos se despidieron en silencio, bajo la promesa de mantener en secreto sus planes.

Para Wei WuXian, era un compromiso con el que estaba dispuesto a cumplir en el menor tiempo posible. La situación le había recordado a Wen Qing y la promesa que le hizo en su momento, de devolver a su querido hermano, en ese tiempo tampoco creyó que fuera posible crean un cadáver feroz con consciencia, pero también aprendió que no había limites para lo que se podía lograr con la cultivación demoniaca.

Lamentablemente la mayoría de sus escritos se habían perdido durante el asedio, o habían sido repartidos entre las distintas sectas. Su memoria era buena, sin embargo era imposible que recordara tanta información, por lo que sería una ardua labor tener que investigar entre los libros de la sección prohibida de la biblioteca de Gusu, con la esperanza de encontrar algo de utilidad.

Al menos ahora contaba con el acceso autorizado por el líder del clan, lo que también representaba una oportunidad de refinar sus conocimientos. Aunque a diferencia del pasado que se sentía ansioso y curioso por aprender nuevas técnicas por el poder obtenido en base a este tipo de cultivo, en esta nueva oportunidad de vida su perspectiva era más la de un erudito con gran hambre de conocimiento.

Lo único que debía hacer era pasar desapercibido de su esposo. Detestaba la idea de tener que ocultarle algo tan importante, sin embargo ese era un asunto sobre el que no le correspondía a él hablar; aunque si de algo estaba seguro es que Lan WangJi no se atrevería a juzgar las decisiones de su hermano mayor, puesto que él mismo había violado las reglas por el bien de la persona que amaba.

Por el momento y ya que Lan Zhan seguro seguiría charlando con su tío aprovecharía su acceso a la sección prohibida de la biblioteca, necesitaba comenzar a disfrazar los libros prohibidos y así evitar levantar sospechas, lo último que deseaba era causarle problemas al líder Lan.

Qué suerte que fuera un experto en cambiar las portadas de los libros.

Se sintió un poco nostálgico al recordar que en el pasado eran otro tipo de libros los que ocultaba entre las pastas de libros de poesía. Comenzaba a darse cuenta lo mucho que las cosas cambian con el tiempo, sus locuras de juventud se habían convertido en memorias del pasado.

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El primer jade volvió al Hanshi después de despedirse de Wei WuXian. Debía agradecer a la disciplina de la secta que cada uno de los discípulos con los que se encontraba en el camino se limitaban a saludar respetuosamente sin hacer preguntas innecesarias, además podía contar con que no hablarían a sus espaldas buscando razones del por qué estaba afuera cuando se suponía estaba en reclusión.

Mientras caminaba, los pensamientos seguían llegando a su cabeza como una lluvia de flechas clavándose en cada rincón de su cabeza.

Anunciar que pondría fin a su reclusión lo antes posible, había sido una idea que tuvo muy presente hasta antes de hablar con Wei WuXian, pero ahora que lo pensaba, cada que hablaban, su tío era muy insistente sobre la obligación de cumplir con los compromisos como líder.

Debía pensar bien en las decisiones que tomaría sobre sus acciones, no estaba seguro de cuánto tiempo le tomaría a Wei WuXian encontrar el hechizo, tampoco había garantía de que Jin GuangYao realmente pudiera despertar.

Sin Restricciones (XiYao)Where stories live. Discover now