Parte 14.-

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Sobre la cama descansaban plácidamente dos trajes finamente elaborados, como si fueran una pareja que se ha detenido en el tiempo al encontrar el amor en los ojos del otro. Los bordados dorados contrastaban exquisitamente con el color escarlata de las telas.

Dos personas mantenían una charla, ignorando aquellas ropas que les esperaban por vestirse.

—Lan Huan, incluso compraste trajes para la boda. No esperaba que fueras a hacer algo como esto.

—A-Yao, te dije que quería casarme contigo, quiero hacer las tres reverencias portando los trajes que atraigan la buena voluntad de los cielos a nuestro matrimonio — sus palabras denotaban seguridad, convirtiendo su petición en un imperante.

—Te has vuelto más atrevido — Jin GuangaYao cubrió con su manga una risita traviesa que salió honesta desde el fondo de su corazón.

—Hay otra decisión que he tomado, pero te lo diré una vez que seamos esposos, así que espero que puedas confiar en mí y esperar — acarició su rostro, alejando de enfrente los cabellos que caían con gracia.

—Confió en ti, no tengo más que a ti, así que te seguiré a lo que sea —le dijo con aquel tono calmo y dulce con que siempre le había hablado.

—Deberías dejar de decirlo como si fuera un suplicio. Lo que menos deseo es que parezca que te estoy obligando — aunque su tono era tranquilo, en sus cejas curvadas se evidenciaba la aflicción que le provocaba.

—Toda mi vida ambicioné la cima, creí que si llegaba a lo más alto, nadie se atrevería a juzgarme de nuevo sólo por el trabajo de mi madre. Pero me equivoqué, y perdí todo, incluso por un momento creí haberte perdido. Así que ahora quiero aprovechar la oportunidad de redimirme en esta segunda oportunidad — se acercó a Lan XiChen, posó sus dedos sobre el cinturón y los deslizó en delicadas caricias, hasta que encontró el extremo y lo jaló para desatarlo.

Lan XiChen simplemente negó con la cabeza, no podía confiar plenamente en sus palabras, y no es que no quisiera hacerlo o tuviera miedo de volver a caer en su manipulación y mentiras, era simplemente que al fin había aprendido a leer su corazón por lo que ahora podía estar seguro que continuaba herido y no era algo que podría recuperarse de la noche a la mañana, tal vez tomaría toda la vida lograr sanar esas heridas.

—Dejemos el pasado en el pasado. Bien dijiste que es una nueva oportunidad — le dijo con la mayor dulzura y dejó un beso en su frente.

Con un batir de sus pestañas Jin GuangYao asintió, era momento de poner fin a sus quejas.

Esbozando una sonrisa, colocó sus dedos índice y medio sobre su pecho, presionó sobre el lugar en donde se encuentra el corazón, dibujó su forma y después bajó hasta su vientre deteniéndose en la cinturilla del pantalón.

Ya estando en eso, Lan XiChen le ayudó a que lo terminará de desvestir quedando simplemente en ropa interior. Una visión que no era desconocida para ninguno de los dos. La sonrisa de Jin GuangYao se elevó en lo alto cuando fingió amenazar con continuar hasta desnudarlo.

—Espera hasta después de la ceremonia, no tenemos mucho tiempo — le recordó adivinando sus aparentes intenciones.

—Sería incapaz de hacerte algo antes del matrimonio — río cubriendo su boca con la manga, dándole un toque bastante coqueto.

Después de darle una palmadita en el pecho, tomó la túnica interior y le ayudó a colocarla sobre su cuerpo. Enseguida tomó las siguientes y repitieron el mismo proceso, hasta que tuvo cada una de las prendas puestas.

Jin GuangYao lo observó con detenimiento, cómo aquel que se encuentra con una deidad descendida de los cielos.

—¿Pasa algo? — preguntó Lan XiChen, extrañado.

Sin Restricciones (XiYao)Where stories live. Discover now