Parte 10.- Invitado especial

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Los besos aumentaron en intensidad, a pesar de la molestia evidente de parte de Jin GuangYao, su cuerpo aun era débil ante la boca y las caricias de aquel que durante tantos años fue su amante. No había mejor entendimiento entre ambos que el que se formaba cuando las palabras se dejaban a un lado y dejaban que sus cuerpos se comunicaran.

Con un movimiento discreto, las manos de Lan XiChen, se encargaron de descubrir los hombros del delicado cuerpo que temblaba como la primera vez en que se entregaron a las pasiones que inculca el deseo por la persona anhelada. Dirigió sus labios a los hombros níveos, besándolos con devoción, rememorando los mejores ayeres.

Deslizó un poco más las túnicas y llevó su diestra al cinturón buscando desatarlo, cuando repentinamente fue empujando por Jin GuangYao.

—Detente — ordenó autoritario.

—A-Yao — murmuró Lan XiChen sin saber que decir ante la desventajosa situación.

—Es mejor que te vayas Er ge, no puedo continuar con esto —se acomodó las túnicas cubriendo sus hombros. Las heridas no dolían físicamente pero las sensaciones que habían marcado en su cuerpo parecían ser algo imposible de disipar.

—Adoraré cada una de las cicatrices sobre tu cuerpo de la misma forma en que he adorado todo en ti. No tienes porque ocultarte ante mí por vergüenza —.Podía deducirlo por la forma en que se había cubierto como si quisiera evitar que lo viera.

—Er ge puedes dejar que descanse está noche, aun no me siento listo. Mi cuerpo aun continúa débil, apenas puedo moverme a voluntad —. Su semblante se miraba triste, su corazón estaba destrozado.

—Te dejaré descansar entonces —. Le dio un beso en los labios y se alejó perdiéndose detrás de la pantalla de papel que separaba el sitio en dónde se encontraba la cama del resto de la habitación.

—Mandaré a SiZhui o a JingYi que se encarguen de traerte comida, debo hacerme cargo de otros asuntos — comentó resignado al saber que no podría tener su reencuentro soñado, al menos no por ahora. —Volveré mañana en la noche.

—No es correcto que dejes a un líder de secta sin atención para que ande vagando por ahí como si fuera su propio hogar — Jin GuangYao masculló con malicia al saber que no se había marchado aun.

—Algunas costumbres nunca cambian — respondió Lan XiChen antes de salir de la habitación.

*****

Ya que Jin Ling estaba presente aprovecharía para conversar con él, después de todo desde hace tiempo había querido restablecer las relaciones con Lanling. Tampoco quería separar a Jin GuanYao de la secta por la que tanto veló.

Ante la presencia de Lan QiRen y Jin Ling, anunció formalmente que la meditación recluida a la que se había sometido en los últimos años había llegado a su fin y que se integraría pronto a sus responsabilidades como líder de secta. Incluso hizo llamar a Lan WangJi para que lo acompañara a la reunión con el líder Jin.

La discusión se alargó por varias horas, incluso llegando a consumir algunas de la noche, siendo sólo detenida porque había llegado la hora en que los miembros del clan acostumbraban dormir. Así que decidieron continuar para el día siguiente.

Tal y como había prometido, Lan XiChen volvió al Hanshi. La noche anterior la había pasado en una de las habitaciones dispuestas para invitados.

Al entrar, no había ninguna lámpara encendida lo que le pareció extraño, pensó que Jin GuangYao quizás se había quedado dormido ya, después de todo su cuerpo necesitaba recuperarse. Procurando hacer el menor ruido posible se quitó la túnica superior y la dejó a un lado, encendió una vela y se dirigió a la cama en donde se suponía debía estar descansando su amante.

Sin Restricciones (XiYao)Where stories live. Discover now