Parte 3.- Caricias del pasado

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El sol comenzaba a ponerse en Lanling, los últimos rayos teñían de dorado la Torre Koi, el color que representaba a la secta que brillaba como el oro. Las peonias eran el complemento perfecto para adornar el lugar esparciendo su fragancia como una bienvenida a los visitantes.

Lan XiChen subió los escalones con elegancia, los guardias de la Torre lo saludaban con respecto y se reverenciaban ante el líder del clan Lan. Sus largas visitas era bien conocidas por todos, la alianza entre los clanes LanLing Jin y Gusu Lan era una de las más importantes en el mundo de la cultivación.

En el salón principal un pequeño daba sus primeros pasos a la vista de su padre que lo miraba de una forma enigmática, aunque sonreía y animaba al pequeño en su mirada se podía apreciar la duda o la culpa e incluso desprecio.

—LianFang Zun—Lan XiChen le llamó con completo respeto a pesar de que era raro que usaran sus honoríficos entre ellos, aunque sólo lo había hecho para llamar su atención no tenía ningún otro propósito realmente.

—Er ge, has llegado. Te estaba esperando—La sonrisa del mencionado se extendió ampliamente al verlo y su mirada se dulcificó.

Jin GuangYao se levantó de su asiento y el pequeño que antes caminaba se tiro al suelo para gatear hasta sus pies. Una vez cerca el niño se sentó en el suelo y estiró sus manitas, Jin GuangYao lo levantó en lo alto le dio un beso en la frente y lo pegó a su pecho.

—Lleva a A-Song con su madre—ordenó a una de las sirvientas que se encargada de los cuidados del menor, entregándole al niño en los brazos.

La mujer lo recibió y el bebé comenzó a llorar desconsoladamente, lo que terminó por llamar la atención de la madre que se encontraba cerca y que ya tenía planes de recoger a su hijo a sabiendas que su esposo recibiría una visita importante.

—Zewu—Jun sea bienvenido—Saludó Qing Su con una respetuosa reverencia, para después tomar a su pequeño de los brazos de la sirvienta –ordenaré que les traigan el té y la cena. Debe estar cansado del viaje.

El bebé dejó de llorar una vez que lo cargó la mujer que le dio a luz, sin embargo Jin GuangYao no se acercó, se mantuvo a la distancia negándose a completar el cuadro de la familia feliz.

—Le agradezco sus atenciones Madam Jin —Lan XiChen respondió con cortesía. Qing Su lo miraba con cierto recelo.

—A-Su por favor llévate al niño, tenemos mucho trabajo pendiente— su tono era amable, sin embargo carecía de verdadero afecto hacía la mujer y su hijo.

Ella sólo asintió y se retiró consolando a su pequeño que amenazaba con volver a llorar.

Más tarde llegaron el té y los alimentos para los dos líderes de secta que hasta el momento se habían limitado a hablar de asuntos de trabajo, centrándose en los aspectos pendientes sobre las Torres de Vigilancia, un proyecto que la mayoría de las sectas veían con desaprobación y desconfianza.

La charla se extendió hasta entrada la noche, los sirvientes sólo entraban para llevar más té a los hermanos jurados y volvían a salir, puesto que tenían órdenes de no interrumpir.

En general, todos los que los veían no podían hacer más que admirar su dedicación y esfuerzo.

—Er ge, deberíamos descansar, aun tenemos mucho trabajo por hacer. Nos quedan varios días para ultimar los detalles.

—Ya que eres tú quien lo propone, entonces dejemos esto por ahora. —Lan XiChen sonrió y se levantó dispuesto a retirarse.

—Te guiaré a tu habitación—Jin GuangYao se ofreció a guiarlo personalmente.

Sin Restricciones (XiYao)Where stories live. Discover now