Más de la mitad de la noche había pasado, el silencio era tan apacible en la profundidad de las nubes que incluso el sonido del agua que corría en el río podía escucharse con claridad si se ponía atención desde dónde quiera que se estuviera. Los discípulos que hacían guardia se movían con cautela y movimientos tan sigilosos, de tal forma que era difícil percibir que estaban ahí.
En el interior del Jingshi, Lan Zhan dormía en la posición para dormir que dictaban las reglas del clan, sus manos descansaban sobre su pecho, lo que era habitual, sin embargo algo hacía falta rodeando su torso y descaradamente colocando un peso sobre sus piernas. A pesar de que sabía que no estaba ahí, no interrumpiría su estado de reposo para salir a buscarlo.
Ya había notado que desde hace un tiempo Wei Ying se escabullía por las noches, pero no había querido indagar al respecto. Si él no quería decirle entonces tampoco encontraba motivo para preguntarle, después de todo no podía pensar que lo acompañaran malas intenciones o actos moralmente incorrectos.
Dentro del pabellón prohibido de la biblioteca el ruido de las hojas de los libros al ser pasadas una tras otra y del pincel al deslizarse sobre el papel había formado una constante melodía. Un suspiro escaba de vez en cuando de los labios del hombre que trabajaban incesantemente.
De vez en vez sus ojos amenazaban con cerrarse y su cabeza caía súbitamente hacía adelante en un cabeceo producto del sueño. Cansado se desvaneció sobre la mesa chocando su frente contra el papel en dónde antes escribía.
—Maldigo a Gusu Lan y sus malditos hábitos de sueño. Es media noche y sólo quiero dormir, es tu culpa Lan Zhan.
Se quejó amargamente, acurrucándose a sí mismo sin querer levantar el rostro de la mesa.
—No debería decir esas cosas maestro Wei WuXian. Le pido las más sinceras disculpas por hacerle pasar las noches en vela, deberé buscar la forma de permitirle el ingreso durante el día sin levantar sospechas.
La voz que había irrumpido era calma, y dejaba entrever un poco de preocupación y arrepentimiento. Aunque lo que más le preocupaba a Wei Ying, es que no había escuchados sus pasos al entrar.
—No se preocupe ZeWu Jun, en el Muelle de Loto dormía más tarde que esto. Así que no es nada —Respondió con una sonrisa y se levantó perezosamente para saludar con una reverencia al líder de la secta a la que por matrimonio ahora pertenecía.
—¿WangJi no te ha preguntado porque desapareces en las noches? —
Su expresión tranquila cambió al observar el rostro del contrario. Sacó un pañuelo de su manga y se lo ofreció amablemente estirando su brazo en la dirección que el otro se encontraba.
—¿Para qué es el pañuelo? —preguntó confundido.
—Su rostro se ha manchado con la tinta de sus manuscritos.
En ese momento Wei WuXian dirigió su mirada sobre sus escritos y pudo notar los caracteres ilegibles por la tinta corrida. Tomó el pañuelo enseguida y comenzó a frotarse el rostro con la intención de desvanecer las manchas.
—Lan Zhan no ha preguntado nada, aunque dudo que no se haya dado cuenta ya. En las mañanas me deja dormir hasta tarde sin insistir en que debo levantarme temprano. No quisiera ocultarle cosas, pero hice una promesa a Zewu Jun y no quiero traicionar su confianza.
—Lo siento mucho maestro Wei WuXian, no es mi intención fracturar la confianza que tiene con mi hermano. Yo mismo me siento culpable por no ser capaz de decirle la verdad.
—¿Por qué no le dice? Por lo que me contó antes, estoy seguro que sí hay una persona capaz de comprender sus sentimientos es Lan Zhan.
—No es que no quiera confiar en él o dude que pueda comprender, es sólo... —
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Sin Restricciones (XiYao)
Fiksi PenggemarLan Xichen ha pasado cinco años en reclusión expiando las culpas de haberle dado muerte a su hermano jurado más joven a pesar del amor que sentía, anteponiendo el deber y la justicia sobre sus sentimientos más profundos. Una idea cruza por su mente...