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Coraline camino por el vestíbulo hasta llegar a la cocina donde su madre estaba trabajando.
Mel y Charlie seguían con los catálogos.
Eso volvía a la niña depresiva.

—Hola mamá—Saludo.

—Hola, querida—Correspondió la mujer—.¿Qué hiciste en el colegio?—Mel estaba atenta a las teclas.

—Nada—Coraline abrió el refrigerador y agarró una caja de leche, agarró un vaso y se sirvió hasta la mitad.

—¿Nada? Eso lo dudó—Exclamó la mujer.

—Mmh...escribir, nada más. Mi sala es muy aburrida—Alargo la penúltima palabra, sonando algo irritante.

—Se supone que no debes distraerte con tonterías—Dijó la mayor.

—Lo sé—Bebió del vaso—Pero todos son cayados, puedes oír hasta el zumbido de una mosca allí...

—Eso es bueno.

Mel seguía con su escritura, Coraline se acercó a ella y miró la pantalla del computador.
Su madre le dirigió la vista unos segundos para después seguir.

—Ve con tu padre si estás aburrida, ordena tus cosas, haz lo que quieras—Dijo desinteresada.

—Okay.

La niña dejo la mochila en un rincón, no le importaba mucho lo que contenía así que le daba igual si algo se rompía.
Se asomó por el despacho de su padre y suspiró.
Se mantuvo a distancia.

—Hola papá.

—Hola, Coraline—Su padre le daba la espalda, como acostumbraba.

—¿Qué tal va todo?--

—¿Como te fue en tu primer día?—Preguntó él.

—Uh...bien, eso creó—Respondió la niña.

—¿Ya ordenaste tus cosas?—La voz de su padre sonaba ronca y cansada, como si no hubiera dormido en días.

—Quizas luego, mamá dijo que podía hacer lo que quiera, así que...

—Ella solo lo dijo para que dejes de estorbar, ve y haz tus tareas—Le ordenó débilmente.

—No tengo tareas, no tengo nada que hacer. ¿Puedes jugar conmigo?—Se le acercó dos pasos.

—No, ya lárgate estoy ocupado...—Coraline notó el rostro de su padre a través de la pantalla.

—Pero--

—¡Coraline!—Se volteó. Está vez hablaba en serio.

—Si, perdón...—Se disculpó y se fue de allí apenas entendió el mensaje.

La niña volvió con su madre, se sentó a su lado.
Mel sonreía burlona.

—¿Te echarón?—Preguntó la mujer.

—Hm...—Confirmó la niña.

—¿Sabes? Tengo un trabajo para tí—Confesó—¿Ves ese sobre frente a tí?

Coraline miró a su lado y sin ganas tomó el sobre.
Miró a su madre y asintió.

—Ve y dáselo al alcohólico de arriba—Dijó.

—Si.

Se levantó de la silla y fue a la puerta que daba al patio.
Su madre la detuvo.

—Ve por el otro lado—Alzó la mirada.

(🍀)

Coraline tocó la puerta tres veces y esperó.
El anciano la recibió.
Ambos se miraron, él sonreía cortésmente para ella.

Coraline 2 "Botones De Porcelana"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora