Coraline camino a casa con su madre, tomadas de la mano.
Al parecer el auto no estaba disponible en ese momento, quizás estaba roto.
Tal vez su madre quería caminar para hablar con su hija después de no tener contacto por meses.—Coraline—Dijo la mujer—, ¿Por qué no me cuentas sobre tu escuela? No me refiero a la parte mala...sino...¿Has echo amigos?—Su voz se tornaba nerviosa, el tema de conversación no era muy único.
—Mmmh...si, he echo amigos—La niña alzó los hombros.
—Oh, que bien...y...¿Quien es?—Sonreia Mel.
—Sophie—Respondió—. Es muy rara, no es cómo los demás niños.
—¿Por qué lo dices?
—Bueno, para empezar: ella usa una ropa diferente, más llamativa—Dijo la niña.
—Uhg...—Exclamó la mujer.
—¡No! Me refiero al color—Tartamudeo Coraline—. Es especial, no es cómo los demás...no es una copia.
—Bueno, me alegra que hicieras una amistad aparte de...¿Cómo se llamaba ese niño?—La madre desvió la mirada.
—Wybie—Respondió Coraline.
—Sí, ese—Mel sonrió—. Oye, ¿No estarás en algo con él, no es así?
Coraline notó la broma pesada en su voz.
La miró fijamente, molesta.—No—Se mordió los labios—. Aún no—Susurró.
—Bueno, me alegra, después de todo aún tienes tiempo para esas tonterías—La mujer reviso en su bolso, buscando algo que al parecer era muy pequeño o estaba muy escondido entre todas las cosas que le pertenecían.
Al encontrarlo, se lo dió a Coraline.
Era un dulce.
La niña no entendió por qué, pero de todas formas lo abrió y se lo metió a la boca; tenía una textura ácida que le hacía soltar lágrimas, o si bien, atragantarse involuntariamente.
La mujer reía.
Coraline gruñía.
Estuvo varios minutos así hasta que el efecto se fue.
Al rato escupió al suelo, lo cual hizo que su madre la regañara.—¡Coraline! ¿Que clase de gestó femenino es ese?—La empujó suavemente.
—Uno único en mi clase—Coraline se adelantó un poco, sabía que su madre le haría pagar por aquella respuesta.
Ambas corrían, una perseguía a la otra; estaban jugando.
No tenía sentido, pero era divertido.
Se detuvieron cuando Mel atrapó a Coraline, haciéndole cosquillas.
Luego de eso, a pesar de la edad de su hija, decidió cargarla en su espalda.
Coraline no era tan pesada, era más una pluma.
El camino a casa fue largo, Coraline tuvo que bajarse en algunas ocasiones, ya que su madre no podía soportarla todo el día -dejando de lado el peso de la niña-.
Cuándo llegaron la niña fué la primera en entrar al departamento, su madre le ordenó que limpiará su habitación antes que nada.(🍀)
Coraline salió afuera, tenía un vaso con jugó en la mano izquierda.
El gato saltó a sus hombros, ronroneando levemente.
La niña lo acarició, recibiendolo.—Buenas tardes—Dijo el gato cortésmente.
—Hola—Respondió Coraline—. ¿Que se te ofrece?
—¿No puedo visitarte?—Preguntó el gato.
—Sí, pero me parece raro que no vengas por algo en específico—La niña bebió del vaso.
—¿Qué es eso?—El gato acercó la pata izquierda tratando de alcanzar el vaso.
—Los humanos le llaman "jugo"—Coraline reía sarcásticamente.
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Coraline 2 "Botones De Porcelana"
FanfictionCoraline esta a varios dias de entrar en un estado de locura e impotencia, ya que la Otra Madre estaba perturbando sus pensamientos en cada sueño o pesadilla que ella tuviera. Aqui, ella conoce nuevas amistades y un nuevo rumbo en su vida, fuera del...