Capítulo 2.

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Con el paso de los días Mika logro acostumbrarse a la rutina de tener al azabache a su lado, no era tan difícil ya que el tiempo que dormía fue aumentando, aunque le preocupo un poco Krul le indico que era algo común ya que las pastillas estaban haciendo efecto satisfactoriamente en el cuerpo del chico, al cumplirse la semana la reina le indico a Mika que era hora de sellar al serafín, para hacerlo necesitaba llevarlo a una habitación que anteriormente habían preparado, cuando llego por Yuu lo encontró dormido.

-Yuu-chan, Yuu-chan despierta. – susurro Mika moviéndolo un poco.

-Mika, ¿Qué sucede? – pregunto el azabache restregándose los ojos.

-Ya es hora. – susurro el rubio dándole una sonrisa, ante estas palabras Yuu se removió en la cama empezando a destaparse mientras soltaba unos cuantos bostezos.

-Tengo frío. – susurro Yuu volviéndose a cubrir con una sábana.

-Tranquilo, yo te llevare, toma. – susurro Mika dándole su capa, Yuu se cubrió con esta y se puso de pie, pero el rubio lo cargo al estilo princesa haciéndolo sonrojar.

-Mi...ka, yo puedo caminar. – dijo Yuu ya más despierto.

-No hace falta, cubre bien tu rostro. – susurro Mika a lo que el azabache obedeció rápidamente.

Caminaron por unos pocos minutos sin encontrarse con ningún vampiro ese tiempo fue suficiente para que Yuu se volviera a dormir, el rubio camino hasta estar frente a una puerta, soltó un pesado suspiro preparándose para lo que vendría antes de empujarla para ingresar.

-Qué bueno que viniste, creí que ya lo habías olvidado. – dijo Krul seria.

-Lamento el retraso, pero ya estamos listos para hacerlo. – dijo Mika recostando con cuidado a Yuu sobre un circulo que estaba dibujado con varios símbolos en el centro de la habitación.

-Bien, yo estaré por allá si me necesitas. – dijo Krul señalando una zona donde estaba un gran pilar, camino hasta ese lugar y se recostó en la pared observándolos.


-Lo siento Mika, tengo mucho sueño. – susurro Yuu bostezando.

-Lo sé, pero ya es hora, debemos sellar a tu serafín. – susurro Mika observando la sorpresa en el rostro del azabache.

-¿En verdad lo harás en este momento? – pregunto Yuu ya más despierto.

-Si lo hare, no te preocupes, solo trata de mantenerte relajado y de no oponer resistirte, por favor. – pidió Mika un tanto preocupado.

-Está bien. – susurro el azabache tratando de relajarse recostándose en el suelo.

Mika se arrodillo junto al azabache quitándose la chaqueta y camisa quedándose con el torso descubierto, cerro sus ojos y empezó a concentrarse para invocar a su serafín, a los pocos minutos tres pares de alas blancas aparecieron en la espalda del rubio, Yuu lo observaba asombrado e intrigado por lo sucedido pero su nervios aumentaron cuando pudo observar sus ojos totalmente blancos, cuando Mika coloco sus manos sobre el pecho del azabache este se asustó tomándolo de las manos fuertemente.

-Tranquilo Yuu-chan, todo está bien. – susurro Mika al verlo un tanto exaltado poco a poco el agarre se hizo más suave hasta que lo soltó completamente, el rubio espero a que se tranquilizara por completo y cuando recibió un asentimiento de cabeza por parte de Yuu comenzó con su trabajo, empezó dejando fluir la energía de sus manos al pecho de su compañero.

-Mi-Mika... du... e... le... – susurro Yuu tratando de soportar ese malestar, su voz se escuchaba un poco cansada y molesta, cuando el dolor aumento el azabache tomo las manos del rubio para apartarlas.

Nuestra decisión YuuMikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora