Rosas: El reflejo del amor || Ziam

𝑰𝑰𝑰.- 𝑨𝒎𝒊𝒈𝒐𝒔.🌹

Zayn sintió como la sangre se iba a su rostro tiñéndolo de rojo.
«En ti», respondió internamente. «Estaba pensando en lo hermoso que eres y en lo mucho que me hubiera encantado enredar mis dedos en tus perfectos rizos de querubín»...

—¿Zayn? —habló Liam nuevamente, sacándolo de su mente.

—¡No, no es cierto! —Se apresuró a decir, como si hubiese creído que el castaño había escuchado sus pensamientos.

—¿Qué cosa? —cuestionó confundido.

—Yo... —Se dio una palmada mental en la frente y tragó saliva sonoramente—. N-nada. Yo solo digo que no lo sé... No sé en qué estaba pensando en ese momento. Creo que ni siquiera estaba pensando en el algo en concreto... O quizás sí y no lo recuerdo, yo solo... —Se obligó a callar al instante al darse cuenta de que estaba comenzando a dar otra interminable respuesta. «Mierda. ¿Por qué tienes que provocar tanta estupidez en mí?», cuestionó internamente. Tenía que decir algo antes de que el silencio se volviera incómodo... Más de lo que ya era—. ¿Por qué te molestaste con tu novio? —La pregunta salió sola. Más por curioso que por chismoso.

—Oh, umm...

—Lo siento —interrumpió antes de que siquiera comenzara—, no tienes que responder a eso. Ni siquiera debí preguntar —añadió, bajando la mirada completamente apenado.

—Oh, no, no te preocupes —dijo el rizado—. De hecho creo que me vendría bien sacarlo. Contárselo a alguien, ya sabes.

—¿No tienes amigos para hacer eso? —Nuevamente las palabras salieron sin darle tiempo de pensarlas bien. Ambos se sonrojaron por ello—. No, no, no —se apresuró a tratar de corregir su metida de pata—. No quise que sonara así. Yo me refería a que siempre te veo muy feliz rodeado de muchas personas. Y digo, si crees que te vendría bien contarlo, ya lo hubieses hecho con alguno de ellos y no conmigo que soy prácticamente un extraño... —Liam boqueó, iba a decir algo, pero nuevamente Zayn habló—: Y no me malinterpretes, con esto no estoy queriendo decir que no me cuentes, porque me encantaría escucharte, podría escucharte hablar por el resto de mi-... —Abrió los como platos al darse cuenta de lo que iba a decir—. No, perdón. Digo... Umm —bajó la cabeza y suspiró, abatido por sí mismo—... Creo que debí dejar de hablar hace un buen rato.

Liam rió enternecido ante la reciente escena.
—Sí, creo que debiste. Pero tranquilo —Se levantó y fue a sentarse justo a su lado para tomarlo por los hombros, haciendo así que el moreno elevará nuevamente el rostro—... todas tus palabras no fueron en vano, entendí a lo que te referías —aseguró con una hermosa sonrisa.

—¿De verdad? —cuestionó entre aliviado y sorprendido—. Nunca nadie entiende lo que quiero decir. Soy muy torpe para hablar con cualquier persona que no sean mis papás —Se sonrojó nuevamente ante su confesión. «Joder, ¿qué no me puedo callar?», se reprochó.

—Pues soy una excepción, porque te entiendo perfectamente. Y respondiendo a tu pregunta: No, no tengo amigos a quienes contarles este tipo de cosas. Quiero decir, sí me llevo bien con muchas personas, pero una cosa es llevarse bien y otra es ser amigos. Tan solo charlamos y así, pero no sé prácticamente nada de ellos —confesó con un toque de tristeza en su voz. Suspiró—. Lo creas o no, no tengo ningún amigo.

Elevó ambas cejas. No, en verdad no lo podía creer.
—¿Y Jake? —Desvió la mirada al haber llamado al rubio por su nombre.

—No, él es mi novio, no mi amigo.

Volvió a verlo al oír aquello.
—Por eso mismo. Yo creo que tu pareja debería de ser tu mejor amigo.

—Supongo que eso sería lindo, pero no es así. Jake tiene a su propio mejor amigo, es Robin.