Rosas: El reflejo del amor || Ziam

𝑿𝑿𝑰.- ¿𝑳𝒂 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒓á𝒔 𝒎𝒐𝒓𝒊𝒓 𝒐 𝒍𝒂 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒓á𝒔 𝒄𝒓𝒆𝒄𝒆𝒓? 🌹

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Liam.
Martes, 10:32 a.m.

Ya había evitado a Zayn al entrar, no había respondido los mensajes que le envió ni tampoco atendió sus llamadas; estaba triste; estaba molesto con él; pero sabía que a esta hora no podía ocultarse más de él, y de cualquier forma ni siquiera quería intentarlo. "Al mal paso darle prisa", suelen decir, y es que es lo mejor.

Apenas dejó su suéter dentro del casillero sintió como alguien tocaba su hombro. Respiró profundo, cerró su locker y se dio la media vuelta.

—Hola —saludó Zayn notoriamente apenado.

—¿Qué necesitas? —cuestionó de forma seria.

—Que me perdones otra vez —respondió—. Sé que lo que hice ayer no estuvo bien, pero no le podía decir la verdad a mi mamá así como así.

Su mandíbula se tenso.
—Mi papá dice que si no vas a disculparte sinceramente, mejor no lo hagas.

—Pero sí es una disculpa sincera.

Se cruzó de brazos y negó.
—Sabes en tu mente que me vas a volver a hacer algo así —Zayn bajó la mirada—. Sabes que todas tus disculpas son vacías porque sigues fallando de la misma manera.

—... Es que no entiendo tu afán porque mis papás lo sepan —admitió, aún sin atreverse a mirarlo—. Vas a salir conmigo, no con ellos.

—Pues por eso mismo. Voy a ser novio de su hijo y yo quiero una relación seria contigo, no solo jugar.

Zayn elevó nuevamente la mirada.
—Yo puedo dartela. Te prometo que pronto les diré a todos que te amo.

Sus ojos comenzaron a aguarse. Negó.
—Llevas casi dos meses diciéndome lo mismo —Tragó el nudo en su garganta y continuó—: Yo creí que podría esperar a que estuvieras listo para aceptarte y aceptar lo nuestro por un tiempo indefinido... pero ahora me doy cuenta de que no es así. Ya no puedo seguir así, Zayn, yo ne-

—No, no, no —se apresuró a interrumpirlo—, no me digas eso. No me dejes, por favor —Lo tomó de ambas manos—. Ahora sí hablo en serio.

—Sé que no lo haces y ya no me importa, no quiero presionarte. Cada uno sale del clóset cuando se siente listo... Aunque hay algunos que nunca logran aceptarse. Y sinceramente no quiero esperar en las sombras hasta ver cual de los dos eres.

Los ojos del azabache estaban igualmente cristalizados.
—No, yo sí me acepto —dijo, tomándolo ahora por las mejillas—. Puedo decirle a todos ahorita mismo que te amo. Puedo gritarlo a los cuatro vientos si me lo pides.

—... ¿Puedes decírselo a tus papás?

Zayn volvió a bajar la mirada y negó.
—Entiendeme, por favor.

—Yo traté, Zayn, pero ahora entiendeme tú a mí. ¿No crees que me merezco una relación de verdad?

El labios inferior del moreno tembló.
—¿Te gusta alguien más, entonces?

Suspiró pesadamente.
—No —Le retiró las manos de su rostro—, a lo que me refiero es a que lo nuestro no es una relación de verdad. Es más bien un juego de niños. Yo no quiero que jueguen conmigo.

—Pero no estoy jugando contigo.

—Sí lo estás haciendo; dices una mentira tras otra con tal de ocultarnos. Eso es jugar —repuso—. Me siento nuevamente en el armario, y eso no me gusta. Yo ya fui "valiente" en mi momento, ya no quiero ocultarme. Y tú no puedes ser valiente ni por ti ni por mí, y como ya dije, no quiero ser ese que te presione para hacerlo. Tiene que ser por ti.