Rosas: El reflejo del amor || Ziam

𝑽𝑰𝑰.- 𝑹𝒖𝒑𝒕𝒖𝒓𝒂.🌹

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Liam.

Pasó gran parte de la madrugada pensando, dándole vueltas a aquello que había "descubierto" ayer, y llegó a la conclusión de que lo mejor sería terminar con Jake.
Había pensado en quedarse con él y tratar de volver a sentirse atraído por él y enamorarse. Pero la cosa es, que al estarlo recordando, jamás sintió las mentadas mariposas en el estómago, la necesidad de querer verlo a cada instante, la sudoración o piel de gallina cuando este lo abrazaba o le tomaba la mano, ni el cosquilleo en los labios al besarse. Así que no podía "volver a enamorarse" si nunca lo estuvo antes. Y podría decir que no todas las personas sienten esto al enamorarse, y podía ser cierto, pero estaba seguro de que él no era parte de ese grupo. Él sí que las sentía, y pudo darse cuenta de todas estas cosas (exceptuando lo del beso) estando con Zayn. Él lo hacía vibrar incluso con una mirada.

Decidió que lo mejor sería dejar de engañarse y de engañar de cierta forma a Jackson. No le gustaba, no lo quería y, por supuesto, no lo amaba. No tenía razón continuar su relación.

Caminó por los pasillos de la preparatoria hasta dar con el salón de clases que sabía a esta hora le tocaba al rubio. Tenía planeado esperar hasta la hora del recreo o la salida para terminar con él, pero después se dijo que sería mejor hacerlo lo más pronto posible. Al mal paso darle prisa.
Se asomó por la puerta y pronto localizó al rubio sentado al fondo junto con sus amigos.
—Jake —habló lo suficientemente fuerte para llamar su atención.

Jackson dijo algo a sus amigos antes de ponerse de pie e ir en dirección al rizado.
—Hola, bebé —Iba a besarlo pero Liam desvío el rostro. Jake rodó los ojos creyendo que se trataría de otra escena de celos—. Y ¿ahora qué?

—Umm —Bajó la mirada hacia sus pies, tomó una profunda respiración y lo dijo—: Terminamos.

Las cejas del rubio se elevaron en sorpresa y pronto se fruncieron en confusión.
—¿Disculpa? —cuestionó incrédulo. Nadie había terminado nunca con él. Es Jake Jackson, ¿quién terminaría con él?

Elevó la mirada y se colocó tan firme como pudo.
—Que creo que debemos terminar nuestra relación.

Jake dio una fugaz y asesina mirada hacia donde sus amigos, como si creyera que ellos pudiesen oír la conversación hasta allá y se estuvieran burlando de él. Tomó a Liam de la muñeca y lo llevó un par de metros lejos del aula.
—¿Estás rompiendo conmigo?

—Me lastimas —quejó por el fuerte agarre en su muñeca. Se zafó y dio un paso atrás sobando la parte adolorida—. Y sí —afirmó en respuesta—, estoy terminando contigo. Creo que no pude haber sido más claro —dijo ligeramente molesto. ¿Quién se creía que era para tomarlo así?

Después de varios segundos en silencio y con una expresión molesta, Jackson rió. Rió fuertemente.
—¿En serio te estás dando el lujo de hacer esto? Mírate, Liam —dijo, señalándolo de arriba abajo con la palma abierta—, y después mírame a mí —añadió, señalándose esta vez a sí mismo—. Soy lo mejor que podrías tener, y lo único que tendrás. Nadie te querrá con esos pensamientos estúpidos y cursis. Nadie quiere a un marica como tú, y yo te estoy haciendo el gran favor de ser tu novio, ¿qué no lo ves?

De pronto el aliento y la sangre abandonaron su cuerpo. Sabía que Jake era un maldito y un idiota, pero no a tal grado, y menos con él. No es como si fuera la primera vez que este se metía con su físico o sus gustos, pero la manera despectiva que usó ahora fue el colmo.

Sin saber qué hacer ni poder hablar por el asombro y dolor, le propinó una fuerte patada en la espinilla de la pierna derecha y salió corriendo en dirección al baño.
Se paró frente al espejo solo para ver como se encontraba su rostro: rojo y húmedo por algunas lágrimas que escurrieron sin que se diera cuenta.
Abrió el grifo de uno de los cuatro lavamanos, acunó sus manos y las colocó debajo del chorro de agua hasta que se llenaron, se agachó y mojó su rostro. Definitivamente no entraría a la clase que tenía ahora, no estaba de humor.