Rosas: El reflejo del amor || Ziam

𝑿𝑰.- 𝑫𝒆𝒔𝒆á𝒏𝒅𝒐𝒕𝒆.🌹

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Liam.
Sábado, 7:30 a.m.

Los fines de semana, Liam, como la mayoría de personas adora despertar relativamente tarde, pero ahora no le fue posible, ya que al estirar su mano por simple comodidad esta chocó contra algo... o mejor dicho, contra alguien. Abrió los ojos un poco para ver de qué se trataba y pronto sintió ahogarse con su propia saliva.
Con eso de que ya siempre soñaba con Zayn, pensó que el hecho de que el moreno llegara a su casa por la noche y se hubiese quedado a dormir con él era otra fantasía más, pero evidentemente no era así.

Cuando pensó que Zayn no podía ser más sexy, la vida –como siempre– se encargó de hacerle ver lo equivocado que estaba; su cabello desordenado, sus largas pestañas rizadas descansando sobre sus pómulos y sus apetitosos labios entreabiertos dejando escapar uno que otro suspiro, lo hicieron relamerse los labios y percatarse de que tenía un problema. Levantó la sábana y pudo ver la enorme tienda de campaña que se levantaba debajo de su delgada pijama... Pero eso no era todo, al mirar hacia un lado pudo ver que Zayn se encontraba en la misma situación.
«Oh por Dios... ¿Estará tan grande como se ve?», pensó sin poder evitarlo y se regañó mentalmente por ello.

Las erecciones mañaneraa eran de lo más común, por lo que podría simplemente quedarse ahí y actuar con normalidad, pero él sabía que la suya no era por otra cosa que por haber dormido y soñado con Zayn, por lo que sentía que de alguna forma el moreno podría darse cuenta y lo incomodaría.
Salió con cuidado de la cama, fue hasta donde el clóset y, después de tomar un cambio de ropa completo, se dirigió hasta el baño para tomar una ducha.

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Zayn.
7:38 a.m.

El sonido de su celular vibrando contra la madera del buró lo hizo despertar casi al instante, talló sus ojos antes de abrirlos y se quedó un par de segundos quieto analizando la habitación. Sip, definitivamente era la de Liam. Le tomó sólo un par de segundos recordar la razón por la cual se encontraba en casa de su mejor amigo.

Se sentó y tomó su celular de donde estaba para ver quién le llamaba. Era su madre. Dejó que terminara de sonar y lo apagó. No estaba de humor para hablar justo ahora con ninguno de sus papás.

Volvió a dejar su móvil en el buró mientras pasaba sus pensamientos de sus progenitores a su amigo; ¿en dónde estaba? Pensó que quizás había bajado por el desayuno o algo así, por lo que sin ningún miedo se retiró la sábana y se puso de pie. Y digo miedo, porque Zayn podía sentir su miembro palpitar por atención debajo de sus pantalones... Al menos no se corrió esta vez, y eso ya era un gran plus.

Se dirigió hacia el baño dispuesto a lavarse el rostro con agua helada y orinar. Giró el picaporte y, apenas iba a entrar, vio algo que lo paralizó. Liam se estaba bañando... ¡Estaba viendo a Liam completamente desnudo! Pero eso no era todo: ¡SE ESTABA MASTURBANDO!

Payne se sostenía con la mano izquierda de la pared de azulejos en que la regadera se encontraba, con la cabeza gacha y se masturbaba ferozmente con la mano derecha. Tenía los ojos cerrados y su relleno labio inferior aprisionado entre su perfecta dentadura.

El cuerpo y mente de Zayn no se decidían; uno quería salir de ahí porque sabía que espiarlo no estaba bien, pero el otro quería quedarse y hacer lo mismo que el rizado hacía a su erección. Y es que Liam lucía diez veces mejor de lo que tantas veces lo había imaginado: Su piel tan blanca, sus largas piernas, su pancita ligeramente abultada, su pene medianamente grande y, oh Dioses, su trasero... ¡Su voluptuoso y gordo trasero! Quizás después de todo no iba a necesitar masturbarse, la vista era tan buena que podría llegar al orgasmo sin siquiera tocarse.