El Medium ~• Jicheol

XXIII

Habían pasado cuatro días, cuatro días realmente duros para todos.

SeungCheol había tenido que quedarse en casa casi todo el tiempo a petición del demonio, esta empezaba a sospechar de cosas y lo mejor que podían hacer era que el mayor se quedara todo el tiempo con ella endulzándole el oído, las únicas señales de vida que daban eran a Mingyu, por mensaje o cuando iba a hacer sus turnos en la cafetería acompañado de la rubia, si se las daba a Wonwoo levantarían más sospechas, y lo último que querían era que Soonae se enojara.

Los chicos tampoco lo estaban pasando bien, habían tenido que actuar normalmente cada vez que la chica acompañaba al mayor, soportar todos los malos comentarios sobre el menor y las mentiras que decía era realmente frustrante, nadie la estaba pasando bien, pero tenían que soportar un poco más, solo hasta que estuvieran listos para atacar.

SooMin, Samuel y Jihoon estaban en su casa arreglando los últimos papeles para juntarse con los demás, era la primera vez que se veían desde el cementerio y sería para terminar de atar los cabos sueltos y preparar el plan contra Soonae.

--Está todo listo, solo falta llegar, explicar y atacar, espero que Soonae no sospeché nada, realmente espero que todo salga bien-- Habló Jihoon juntando todos los papeles con un clip y llevándolo a su mochila negra que contenía unos cuantos lápices, un cuaderno y otras cosas, habían elegido ese día en específico para juntarse ya que Soonae le daría unas cuantas horas libres a SeungCheol, según ella iría a ver a sus padres.

-- El jueves supuestamente terminará todo, se creará la gran batalla... tienes que ganar Jihoon, es tu misión, si no lo logras todos morirán, Soonae dominará todo este mundo y será meramente tu culp.... --Habló compulsivamente SooMin sin saber bien que decía, fue Samuel el que le dio un golpe en la nuca para callarla y mostrarle la cara de horror y nerviosismo que tenía su hermano en esos momentos.

-- No le hagas caso a esta loca, eres un meridio hyung, obviamente podrás acabar con todos esos demonios con solo chasquear los dedos, no te desanimes...tú puedes --Trató de animarlo Samuel mientras Jihoon negaba repetidas veces con la cabeza caminando hacia la salida.

--No estoy muy seguro, he perdido la mayoría de mis poderes, a medida que los uso los gasto y mi resistencia es horrible... pero aun así tratare de mandar a ese demonio con Jisoo para que cumpla su condena... vamos, los chicos deben estar esperando --Habló Jihoon poniéndose los zapatos y arreglándose por ultima ves su camisa rosa y su pantalón de mezclilla claro para salir de su departamento y bajar rápidamente las escaleras saliendo de su edificio.

La pareja de fantasmas se miró entre sí, tenían miedo, que Jihoon luchara contra Soonae en ese estado podría ser mortal, pero ellos lo ayudarían en todo lo posible para poder ver a ese demonio encerrado.

Jihoon caminaba tranquilo por las calles de Seúl, jugaba con las llaves de su casa creando un pequeño ritmo pegadizo al que acompañaba con su dulce silbido, pasó delante del hospital y paró en seco mirando la ventana de la antigua habitación de su madre, suspiró parando el sonido de las llaves y ajustándose la mochila, tenía que ganarle a Soonae, había dañado tanto su vida, había causado tanto mal, había herido a tantas personas, lo había corrompido tanto que no podía dejar que hiciera lo mismo con personas inocentes, mortales ajenos a todo lo que estaba ocurriendo.

Siguió caminando hasta la parada de autobuses, no se juntarían en donde trabajaba SeungCheol, hacerlo sería una completa estupidez, Soonae los podía descubrir y todo se iría a la mierda, tenían que ser discretos, más cuando trabajaban con un demonio tan inteligente.

Se sentó en el paradero y esperó por él transporte, habían elegido una pequeña cafetería temática a las afueras de la ciudad, se llamaba NJcoffe, Chan se la había recomendado, decía que vendía los mejores pasteles de chocolate y que además era barata, el auto bus llegó, con rapidez se subió pagando su pasaje y se sentó junto a SooMin y Samuel.