Theo.
–Bien. Tenemos que llevar huevos, azúcar y crema. Espárragos blancos, pasta y pimienta. Y mamá me pidió también... uh, harina. Sí, harina.
–Creo que en casa tengo algo de vainilla y menta fresca...– Juliette abrió la nevera que tenía las bebidas, y sacó tres latas de Cherry Cola, que se apoyó en el hueco que formaba su brazo y su pecho.
–¿Puedo llevar estas gomitas?– me preguntó Boris, sosteniendo un paquete de gomitas espolvoreadas de azúcar ácida.
Eh...
–¿No le saldrá muy caro a Juliette?– le arranqué el paquete de las manos y me fijé en el precio.
2.50
–¿Para qué crees que mamá me da dinero? ¡Para cocinarle!– Juliette me quitó el paquete en un movimiento sutil, vio el precio y se lo pegó a Boris en el pecho bruscamente, provocando que el envoltorio plástico soltara un sonido agudo y molesto.
¿Auch?
–Para cocinarle y comprarme golosinas.– se corrigió, y tomó un paquete de dulces de regaliz con agilidad.
Estábamos en la tienda que estaba cerca de la escuela, unas calles más abajo que el 7 Eleven donde nos habían perseguido con una escoba. La tienda era algo pequeña, por lo que no podíamos robar nada, a diferencia de la megatienda vacía que estaba cerca de casa. No habíamos podido ir allí, pues no pasaban buses por esa zona y si algo se agriaba, como la crema, hacer un postre no tendría sentido.
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ʙᴏɪʟɪɴɢ sᴜɢᴀʀʏ ᴛᴇᴀ ♡ ʙᴏʀɪs ᴘᴀᴠʟɪᴋᴏᴠsᴋʏ
Фанфик𝗣𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲 𝗮 𝗕𝗼𝗿𝗶𝘀 𝗹𝗲 𝗴𝘂𝘀𝘁𝗮𝗯𝗮 𝗲𝗹 𝘁𝗲́ 𝗵𝗶𝗿𝘃𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼, 𝗰𝗼𝗻 𝘁𝗿𝗲𝘀 𝗰𝘂𝗰𝗵𝗮𝗿𝗮𝗱𝗶𝘁𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗮𝘇𝘂́𝗰𝗮𝗿. 𝗣𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲 𝗮 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗲𝘁𝘁𝗲 𝗹𝗲 𝗴𝘂𝘀𝘁𝗮𝗯𝗮 𝗕𝗼𝗿𝗶𝘀, 𝘆 𝗮𝗺𝗮𝗯𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗲́𝗹 𝗯𝗲𝗯𝗶𝗲𝗿𝗮 �...