Juliette.
Sé que no era su culpa.No del todo.
Sé que no me odiaba.
Aunque pretendía hacerlo.
Sé que su piel curtida no era por los cigarrillos.
Sino por el peso de las memorias, y el vino de los desayunos.
Y aunque sé muchas cosas, y he soportado otras más, no puedo evitar odiarlo. Lo odio con el alma. Su recuerdo me atormenta días y noches. Su sombra me nubla los ojos de mares salados. Los murmullos de su voz me envuelven en fiebres dolorosas, que me tiñen las mejillas de escarlata, y que me marean en remolinos punzantes de sus insultos y golpes en las rodillas. Y me consume el alma en un chirrido agonizante y desesperado, que según su biblia, me mandará al infierno, pero ya no me importa. El destino de mi alma marchita, ya sea en los abismos del tártaro o en los glaciares cristalinos del cielo, es desdichado. Y Dios no hará la diferencia en ello. Porque dejé de creer en él hace mucho, mucho tiempo.
Sí, mis palabras son patéticas. Sí, seguramente, estoy mal de la cabeza. Sí, llorar no hará la diferencia. Eso ya lo sé. Pero ya no encuentro otra cosa contra la que despotricar. Alguien a quien culpar, por arruinar la única cosa que me importaba en la vida. Respuestas, las respuestas de la religión, de la gente que he conocido en el camino, no son suficientes. No pueden calmar el dolor, o explicar esta desdicha. Porque no saben lo que se siente, y espero que jamás lo sepan.
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ʙᴏɪʟɪɴɢ sᴜɢᴀʀʏ ᴛᴇᴀ ♡ ʙᴏʀɪs ᴘᴀᴠʟɪᴋᴏᴠsᴋʏ
Fanfic𝗣𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲 𝗮 𝗕𝗼𝗿𝗶𝘀 𝗹𝗲 𝗴𝘂𝘀𝘁𝗮𝗯𝗮 𝗲𝗹 𝘁𝗲́ 𝗵𝗶𝗿𝘃𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼, 𝗰𝗼𝗻 𝘁𝗿𝗲𝘀 𝗰𝘂𝗰𝗵𝗮𝗿𝗮𝗱𝗶𝘁𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗮𝘇𝘂́𝗰𝗮𝗿. 𝗣𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲 𝗮 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗲𝘁𝘁𝗲 𝗹𝗲 𝗴𝘂𝘀𝘁𝗮𝗯𝗮 𝗕𝗼𝗿𝗶𝘀, 𝘆 𝗮𝗺𝗮𝗯𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗲́𝗹 𝗯𝗲𝗯𝗶𝗲𝗿𝗮 �...