C12

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Natalie llegó a casa a eso de las nueve, casi diez de la noche, la recibió su pequeño hijo de cuatro años Jackson quien corrió para recibirla, la niñera estaba detrás de él para evitar que diera un mal paso, Natalie rió y se arrodilló para que el niño cayera en sus brazos, olía a su shampoo de manzana, su favorito.

—Gracias por la noche —le agradeció a la niñera, cargó a su hijo y con la otra mano le dio el pago a la niñera quien también le agradeció con una sonrisa amable.

Se dio cuenta que la niñera le había dado ya de comer a Jackson, así que posiblemente él niño no tendría tanta hambre pero aun así le preparó una pequeña cena y ella se preparó una de esas comidas ya hechas en el microondas, no tenía ganas de cocinar, había sido un día largo en el hospital. Colocó a Jackson en una de esas sillas para niños de su edad y él empezó a hacer de las suyas, derramándose la pasta de verduras que le dio para que comiera.

—Fruta, mami, quiero fruta —chilló Jackson, haciendo ruido con el cubierto de plástico.

Le dio un pequeño bowl con manzana cortada y de inmediato dejó de hacer desastre con la comida, se sintió aliviada. Natalie suspiró cansada, después de comer tendría que limpiar un poco la cocina y bañar a Jackson para que este durmiera, o al menos leerle un cuento si eso no funcionaba.

La vida de madre era mucho más fácil cuando estaba con su esposo o más bien cuando este todavía vivía, cuando murió hace dos años de un infarto al corazón, el mundo se le vino encima, ahora no solo era viuda, sino madre soltera, con un niño de cuatro años que tendría que criar sola, llegar a casa y repetir la rutina ella sola era monótono y cansado, hubiese querido tener a su marido al menos estando Jackson un poco más grande.

—Bien, ahora vamos a bañarte, ¿Quieres usar el shampoo de manzana o el que huele a galletas? —le preguntó, preparando el agua de la bañera, le fue quitando la ropa y este estaba tan entretenido con un patito de hule que respondió después.

—¡Manzanas! —gritó Jackson.

Le pareció un milagro que esta vez bañar a Jackson fuera sencillo, dejó que le lavara el cabello sin protestar ni estar tan inquieto, eran de esos pocos días que su hijo cooperaba. Lo vistió con su pijama favorita de Elmo y le leyó el cuento de Hansel y Gretel, luego de diez minutos, vio que le costaba mantenerse despierto y jugar con su peluche, en pocos segundos caería rendido y así fue; bajó la intensidad de la lámpara de estrella que estaba en la mesita de noche y salió de la habitación, dejando la puerta entre abierta.

Ella se fue a su habitación y encendió la televisión, dejando cualquier canal de fondo, revisó su celular para ver sus mensajes y responderlos ahora ya más disponible pero la tentación de buscar a alguien en especial la alentó demasiado. Hoy tuvo una sesión interesante con Evan Ross, su antiguo amor platónico de la universidad, quien nunca le correspondió pero tampoco evitó que de vez en cuando ellos hablaran, solo tuvieron una materia compartida en ese entonces a mitad de carrera pero fue suficiente para que ella se enamorara de él, era un hombre atractivo,  bueno, sinceramente todavía lo seguía siendo, sus ojos verdes conservaban ese aire misterioso, cardiaco e hipnótico, su sonrisa aún era resplandeciente, hermosa, robaba suspiros; lo recordaba siempre bien vestido, era un hombre sumamente guapo que la mayoría lo confundían con modelo cuando llegaba a usar esmoquin o abrigos en temporada de invierno, su pelo era igual de lindo que cuando se pasaba los dedos para arreglarlo era imposible desviar la mirada.

—¿Cuál era su nombre? —se preguntó Natalie, recordando la sesión de hoy dónde Evan le confesó lo que quedaba pendiente de su pasado y lo mucho que había herido a su familia y a una chica en especial.

Como psicóloga ella no tenía derecho de criticar la vida que Evan llevaba, pues en la universidad tenia el mismo estilo de vida fiestero que le costó muchas veces bajas calificaciones, tampoco le pareció raro su adicción a las drogas, ni su conexión con traficantes, era cuestión de tiempo, siempre lo supo y aun así en la temporada de estudiante llegaba a obligarse a no amarlo con toda esa reputación persiguiéndole.

Mi Tormento Favorito©+18  [MCF#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora