Park Dark Ho, el Ceo mas reconocido de Corea del Sur tiene un odio extremo hacía los gays y cada Sábado organiza una reunión para hablar de lo muy hombre que es su hijo Park Jimin.
Pero lo que este no sabe es que uno de sus socios, el hombre al que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una semana había pasado desde que encontró aquella bizarra carta en el suelo de su oficina, su cabeza se había mantenido pensando en el posible receptor de esta, llevándolo a una sola persona Park Darkho. Él era el único que podía llegar a hacer tal cosa, pero lo que no cuadraba era la forma en la que se refería a Jimin, ¿Por qué alguien homofóbico querría follarse a su hijo?, eso era algo que había estado jodiendo sus sesos.
El mayor soltó un suspiro frustrado y se pasó furiosamente las manos por la cara, jodidamente debía descubrir a la persona que estaba detrás de todo esto.
Sus acciones se vieron interrumpidas por un ligero toque en la puerta de su oficina, murmuró un leve "adelante" y observó a su secretaria ingresar con un montón de carpetas en mano.
—Buenas Tardes Sr Min —murmuró la muchacha —Aquí están los acuerdos con los inversionistas extranjeros, ordenados en orden alfabético tal y como ordenó.
—Gracias —susurró y le dedico una sonrisa suave a su secretaria —Puedes retirarte —la peli naranja asintió y salió de la oficina.
El pelinegro observó la pila de carpetas que tenía frente a él, soltó un suspiro cansado y se levantó de aquella molesta silla, jodidamente necesitaba un buen trago antes de empezar con todos esos contratos.
Este año su empresa se encontraba más activa de lo normal, en menos de seis meses logró firmar con 12 empresas multimillonarias a nivel internacional. Y 15 empresas nacionales se habían unido a él, dándole más poder, llegando a alcanzar el poder que tenían las empresas Park.
Caminó hasta el pequeño mini bar y se sirvió un vaso completo de wisky, el mismo que bebió rápidamente, aquel líquido café penetró cada parte de su boca, el sabor amargo rozando sus papilar gustativas, amando por completo la relajación que se instaló en su cuerpo luego de aquel buen trago. Dejó el vaso en el mismo lugar y fue nuevamente a sentarse, debía terminar rápidamente con aquellos contratos sino quería llegar tarde a su cita con Jimin.
