Rutina

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Tres días.

Tres días y todo parecía no querer cambiar para bien, como si el tiempo se hubiera detenido en una misma continuidad y ahora Yamada estuviera obligado a seguir el transcurso de aquél bucle sin poder hacer nada para liberarse.

Desde aquella vez, no había vuelto a ver a Miyamura en los siguientes días, y ya habían sido tres sin que el peliblanco se presentara a la escuela, ya lo sospechaba desde que Miyabi había ido a comentarle que debido a la inasistencia del vicepresidente la reunión de ese día se cancelería.

Las cosas parecían volver a como era todo antes, antes de la brujas y eso lo preocupaba, pues Shiraishi se veía tan sola como antes y el volvía a detestar la escuela, era como si todo ese fuerte que entre los cuatro habían creado de estuviera desmoronando.

Porque los tres mosqueteros no podían ser llamados "mosqueteros" si faltaba el entrañable

Y, ninguno podía tratar de reponer lo que estaban perdiendo si ninguno se atrevía.
Yamada sentía que eso le correspondía a el, a el le correspondía hacer cualquier cosa antes de que las cosas se empezarán a perder definitivamente.
¡Por dios!, solo habían pasado tres días e iban por el cuarto, no era mucho, ni una semana y ya se sentía abandonado.

Sabía que lo que había hecho era una locura, un capricho egoísta proviniente de lo más ególatra de su ser, era obvio que Miyamura saliera corriendo al asimilar la situación, en el momento creyó que quizá no era tan grave como lo había pensado, pero ya después de tres días con la ausencia del peliblanco no había duda de que sí, había sido grave y de seguro en esos momentos el chico lo estaría odiando.

Estaba acostumbrado, de todas formas, acostumbrado a ser temido, a ser odiado, a que se abrieran paso cuando él se acercaba, casi pudiendo sentir como los demás lo repugnaban, todo eso ya era parte de su rutina.

Pero claro está, Yamada odiaba las rutinas.

Solo Un Beso. [MiyamuraXYamada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora