La reunión se dio por finalizada y todos los presentes empezaron a retirarse. Miyabi no paraba de parlotear y se notaba su ilusión de que más se unieran a la investigación, a pesar de que Tamaki ya había mencionado que era "peligroso" unirse al club, la castaña le insistía y pasaría un rato antes de que el huracán se calmara, por lo que el resto de los chicos se retiraron casi de manera escurridiza a excepción de Urara que permanecía sentada y hojeaba un libro sin dar señales de querer volver a casa.
Yamada estaba con la cabeza a rebosar de información y le dolía la cabeza, lo única que quería en ese momento era escapar del lugar y tirarse en su cama para no despertar de nuevo. La mirada de Miyamura se había mantenido fija durante y después de la reunión, no sabría definir si esa era una expresión de odio, pero la intensidad que mantenía en ese par de ojos grisáceos lo ponía demasiado nervioso.
Amor...
El poder cambia con el amor
La última vez en que había usado su poder de había sido en Miyamura, después de eso su inactividad fue notoria pues los días empezaban a ser tan monótonos y su mente estaba desviada completamente en el albino. ¿Sería posible que su poder hubiera cambiado en ese tiempo? Era demasiado pronto para hacerse ideas, pero esa y mil dudas circulaban por su mente.
Estaba a punto de doblar la esquina del pasillo, hasta que un grito entrecortado lo interrumpió.
-De-tente Y-Yamada- lo llamó una voz que conocí de sobra
Acto reflejo fue quedarse paralizado al escuchar a Miyamura llamarlo, no conseguía las fuerzas necesarias para voltearse y encararse con esos ojos llenos de potencia que parecían juzgar cada parte de su alma con tan sólo echar un vistazo.
El que el peli azul no se volteara en cierto modo alivio al peli blanco, ya que no se podía notar su sonrojo ni sus ojos cristalizados.
Lo había parado, sí. Pero no estaba muy seguro de porque, ¿Qué trataba de conseguir?
Le hubiera gustado que en esos momentos un sentimiento de rabia lo invadiera y le gritara a la cara el cuanto le desagradaba su sola presencia en su vida...
Eso habría sido menos doloroso, pero no era el caso y no lo sería por más que torturara a su cerebro con esos pensamientos desagradable con lo que lo había llenado desde la mañana. La forma en que Yamada había pasado completamente de él lo había fastidiado más de lo que le gustaría admitir y por mucho que trataba de pensar en palabras maduras que soltarle para cerrar completamente el asunto del "Desliz", sus emociones negativas se terminaban desbordando sin que pudiera controlarlo, e incluso llegó a recibir más de una llamada de atención por lo que el maestro llamó "Inquietud"
Siempre se había considerado una persona tranquila, que sólo se podría emocionar notablemente al ver prendas interiores femeninas (cosa que después de un par de veces habían dejado de llamarle realmente la atención, pero la fachada sí que seguía presente), el no tener control de sus propias emociones le estaba matando de un miedo que sólo desembocaba en más enojo y a insultar con más fuerza a Ryu en su cabeza.
El fastidio no se le pasó cuando llegando al club (sin verdaderos ánimos de permanecer ahí) un chico llegó de improviso diciendo que sabía de las brujas y casi exigiendo que reunieran todos los involucrados en la investigación del club de estudios sobrenaturales.
Ese sujeto no le inspiraba confianza y menos cuando, minutos antes de que Yamada llegará, el peliverde engreído hubiera mencionado que sentía un "interés especial" hacia el delincuente escolar, como lo había llamado.
El fastidio se transformo en un sentimiento extraño para él, como si una porción de rabia le recorriera cada parte del cuerpo, toda dirigida hacia Tamaki, mezclado con un ligero atisbo de tristeza por sentirse dejado de lado en... ¿en qué?
Toda la reunión, su cerebro no había parado de divagar y olvidar que hacía ahí. Con la molesta voz de Tamaki como fondo, se preguntaba una y otra vez la pregunta que tan desprevenido lo había asaltado y que de alguna manera sentía que era la raíz de el humor de perros que había mantenido todo el día.
¿Qué era lo que esperaba?
¿Una disculpa de Yamada?
¿Olvidarse de todo?
¿Una charla sobre sus confusos sentires?
¿Gritarle a Yamada y echarle en la cara todo lo que había pensado en él los últimos días, o, mejor dicho, los últimos meses?
¿Qué quería de Yamada?
Durante toda la reunión su mente no se había aclarado y lo único que concluyó es que esa sensación de "querer algo" no se iría fácilmente de cuerpo.
Sus pasos se hacían más pesados y no reparaba en el camino, sólo lo seguía a su distancia, con esas irregularidades en su pulso. Dentro de su cabeza sabía que esa actitud se asemejaba a la de un maldito acosador, pero había algo, algo que iba más allá de su entendimiento racional que lo empujaba a dar un paso más hacia el chico que lo desestabilizaba.
Y en cuanto el chico se disponía a dar la vuelta con dirección a las escaleras que dirigían a la salida principal...
No pudo más que gritarle que se detuviera.
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Solo Un Beso. [MiyamuraXYamada]
FanfictionUna acción que debería ser insignificante. Un amor no correspondido. Se supone que solo era un beso