Capítulo 2

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Golpeó el hombro de su hermano con fuerza, provocando que soltara un quejido de dolor, aun así, no dejó reír.

—Ay... Jiang Cheng, no descargues tu ira contra mí, mejor te acompaño a ese lugar de nuevo, yo sostengo a uno de ellos y tú lo golpeas.

Jiang Cheng resopló con fuerza, tomando todo el contenido de su bebida de un solo sorbo. Escucho un silbido de Wei Wuxian, quien bebía el suyo tranquilamente, degustando el amargo y picante sabor.

—Wow, realmente estás furioso. Siempre haces muecas cuando tomas wiski.

—Cállate.

Después de un par de minutos en silencio, Wei Wuxian volvió a tomar la palabra, puntuando su dedo en la barra desgastada de ese bar.

—¿Y qué harás? ¿Realmente te mudaras a ese lugar? ¿Y si ese hombre es un asesino? ¿O un psicópata? No creo que tus mascotas estén a salvo con ese tipo... oh, ¿te traerás a todos? ¿Qué tal si dejas a princesa en casa? No creo que se adapte a la gran ciudad...- dijo lo último con un poco de temblor en su voz, pero el otro simplemente lo ignoró, fastidiándose cada vez más.

Jiang Cheng golpeó su mano contra la frente, su boca dejó escapar unas cuantas maldiciones antes de arrebatar el trago de su hermano y beberlo sin hacer una sola mueca.

Wei Wuxian reclamó en voz alta, el solo alzó la mano para pedir una ronda más.

-No digas estupideces.

-¡No son estupideces! Mira que el hecho de que lo haya aceptado de buena forma no me inspira confianza... Cuando tus padres se enteren que te mudaras con un psicópata ¡Oh Madam Yu estará tan enojada!

-¡Que no es un psicópata! Deberías de dejar de ver tantas series criminales.

-¿Qué? Son entretenidas. No cambies el tema, dime, en verdad, ¿no protestó una sola vez? ¿Qué pasó cuando entraste al departamento y él estaba ahí? Solo dijiste que se sorprendió. Te conozco, Jiang Cheng, algo no me estás contando.

Jiang Cheng miró a su hermano con molestia, aun así, comenzó a contarle lo que había ocurrido hace cinco horas atrás:

Una vez que entro al departamento del que era orgullosamente dueño dejo la pesada maleta de equipaje y su maleta de mano, en el suelo. Estiró sus brazos sobre la cabeza lo más que pudo a la vez que soltaba un suspiro lleno de satisfacción.

"Finalmente". Pensó. Muchos sentimientos envolvían su corazón en ese momento: nervios y ansiedad por comenzar su vida independiente, alegría y emoción, así como cierta incertidumbre por el nuevo reto.

Tenía ya veinticuatro años. Ya era un adulto responsable de manejar su propia vida, así que, después de ahorrar duramente el último año y medio, tras conseguir y asegurar un trabajo estable en la gran urbe, se hizo de un bonito departamento para vivir.

Jiang Cheng estaba tan orgulloso de sí mismo que casi quería gritar de felicidad, y así lo hizo.

Con un gran "¡Si, joder al fin!" Que hizo eco en la vacía estancia Jiang Cheng hizo un giro alzando el puño en señal de victoria.

Se detuvo abruptamente al ver una figura asomarse desde una de las puertas, mirándole con tanto desconcierto como él lo hizo.

Entonces lo miró mejor y un surco se formó ente sus cejas, gritando al hombre con profunda indignación.

—¡¿Qué demonios hace aquí?! ¡Quién es usted y porque está así! ¡Salga de mi departamento!

Jiang Cheng estaba un poco avergonzado por la situación y es que, no todos los días se topaba a un hombre a media ducha semidesnudo, únicamente con una toalla cubriendo la parte inferior de su anatomía.

DEPARTAMENTO 35 A/BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora