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En aquella habitación se encontraban los tres chicos, jugando entre ellos. Se encontraban en la sala definitiva del astrónomo, pues de las tres salas esa era más ordenada.

—¡Gané! —Gritó el azabache luego de dejar caer su última carta, provocando quejas entre los otros dos que tiraban sus cartas, teniendo más de 10 cada uno.

—No es justo... Siempre ganas cuando jugamos. —Se quejó el pelimenta  con un puchero en sus labios mientras se dejaba caer hacia atrás, recibiendo las risas del azabache como respuesta.

—Claro que es justo, yo se jugar, ustedes no, simple. —Sonrió algo burlón, provocando que el pelimenta lo mirara mal.

—Ya, ya, dejen de pelear. —Interrumpió el dueño de la sala, entre risas y poniéndose en medio, llevando posteriormente a un forcejeo entre los tres.

Así eran sus tardes, o la mayoría, cuando Senko salía de clases los otros dos aprovechaban para raptarlo y llevarlo a la sala definitiva que estuviera más limpia, usualmente la del astrónomo, para pasar un buen rato entre los tres.

—¡Ya! —Exclamó entre risas el de ojos azules cuando entre los dos chicos lo tenían sujetado contra el suelo, haciéndole cosquillas sin piedad.

—Oh claro que no, te lo mereces. —Contestó bromeando el pelimenta.

Entre risas y risas la ropa del astrónomo se iba desarreglando, dando lugar a qué de algún modo su bufanda se fuera y que su ropa se subiera levemente, dejando ver las marcas que tenía el cuerpo de su amigo.

Ambos chicos se quedaron viendo aquellas marcas, con ideas diferentes cada una, y con el astrónomo sin darse cuenta de la situación.

—¿Chicos..? —Preguntó algo confundido cuando abrió sus ojos, tensandose y sonrojandose al notar la razón por la que lo veían de esa forma. —Puedo... Explicarlo.

Mas sin embargo, el mayor se limitó a reír sabiendo que ahora tenía con que burlar a su amigo, mientras el pelimenta solo miraba mal a esté, acto seguido se levantó y sin más fue a por uno de los tripié para telescopio que tenía el astrónomo en su sala antes de regresar.

—¿Quién fue el desgraciado? —Preguntó con un aire sombrío mientras levantaba aquel objeto. —Dime ¿Quién fue el desgraciado que te hizo esto?

—¿Shika? —Preguntó confundido el de cabellos azules, mientras que el acróbata solo reía sin parar por la reacción del bromista. —O-Oye, yo estoy bien, solo baja eso...

—¡No lo voy a bajar sabiendo que hay un desgraciado que te dejo todos esos moretones! —Se notaba la molestia en la cara del más bajo, aunque sinceramente parecía como si fuera un chihuahua el que estuviera amenazando. —Vamos, dime quién es y le caigo a golpes.

El astrónomo por fin entendió, y junto con el acróbata se echó a reír, provocando que el más bajo quedará consternado sin saber porque ambos se reían.

—Hay veces en las que no se si agradecer que seas tan inocente...

—¡No te burles Tadeo! ¡Alguien le ha echo daño a Senko!

Y de nuevo, más risas se escucharon entre ellos haciendo que el más bajo se desesperara.

—Oigan ¡No se rían! Es algo serio. —Hizó un puchero, pero su petición no fue escuchada y las risas siguieron, haciendo al más bajo suspirar y pensar que después ya se las arreglaría con aquel que se había osado a atacar a su amigo.

Oh Shika, si supieras...

│❘❚❙❚❘ ꒰#⃞"We are not normal? And what does it matter?"Where stories live. Discover now