33

15 1 0
                                    

—Anda, Tadeo... Come algo por favor. —Susurró el astrónomo mientras le acercaba algo de comida ligera.

Shika, Amelie y él estaban bastante preocupados por el chico, se le notaba en la cara y en todo en general que estos días no lo había pasado bien y que prácticamente no había comido nada.

—Uh... No entiendo, ¿Qué paso? —Y ahí estaba alguien nuevo en aquel grupito, Dysis, se encontraba un poco distante de todo así que no entendía la actitud del acróbata.

—Eh... Ven, vamos, yo te lo explico en otro lado. —Susurró el astrónomo, dándose por vencido con la idea de hacerle comer al mexicano, parecía sencillamente imposible.

Ambos salieron de ahí, dejando al acróbata con el bromista y la jardinera.

—Esto... Esto es inútil. —Protestó el pelimenta mientras se paraba. —Ahora vuelvo, tengo algo que hacer... —Susurró mientras palpaba en su suéter, necesitaba confirmar si tenía cierta cosa ahí.

—¿A dónde vas? —Preguntó el acróbata que estaba tirado en la cama, sin parecer querer levantarse.

—¿No es obvio? Voy a hacer algo con ese hijo de puta que te dejo así.

El mexicano abrió sus ojos de la sorpresa y tomó de la mano al bromista para evitar que se fuera.

—S-Shika, no... N-No vayas, no quiero que termines así... —Susurró mientras sentía sus ojos llenarse de lágrimas ante la idea de que sus amigos resultarán dañados.

—Tadeo, tranquilo, tengo esto. —Sonrió un poco y sacó la pistola eléctrica de su suéter, mostrándola la moreno. —No me va a pasar nada, estaré lejos.

—P-Pero...

—Sabes que aunque me digas que no lo haga lo haré, ¿No? Yo nunca respeté las reglas... Solo te aviso que lo haré porque tengo que hacerlo, y aunque me adviertas igual iré.

—¡E-Es más grande que tú! ¡Te va a hacer trizas si te acercas!

—Y por eso estaré lejos, solo iré a hablar, no iré por agresiones físicas. —Suspiró y se acomodo la ropa, poniéndose de nuevo su capucha. —Además... Esta va a ser la única oportunidad, Senko está distraído y no me deja salir, si no es ahora no había ser nunca. —Susurró mientras iba hacia la puerta. —Volvere sano y salvo, lo prometo.

El acróbata sabía que no conseguiría nada, así que solo asintió y dejo al chico irse, poco después Senko entró con Dysis al cuarto, notando enseguida que el pelimenta no estaba.

—¿¡Que Shika hizo qué!?

Pero ya era tarde, le pelimenta tenía una idea en su cabeza, y nadie se la iba a sacar.

Iba a hacer a ese hijo de perra arrepentirse de lo que le hizo a su amigo, a su hermano.

│❘❚❙❚❘ ꒰#⃞"We are not normal? And what does it matter?"Where stories live. Discover now