Prólogo

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Sangre, un montón de sangre se derramaba en aquella aldea perteneciente a aquellos seres de animal aspecto, una cruel batalla estaba teniendo lugar allí, pues desde los albores del tiempo, vampiros y licántropos se han odiado y, si a eso le unimos el hecho de que los hombres lobo habían intentado matar a una pequeña vampiresa que jugaba en la pradera, pues la furia crecía, aunqueesa no era la verdadera razón de tal cruel guerra.

Ambos bandos luchaban con fiereza, los vampiros tenían la ventaja, pues sus heridas sanaban enseguida. Por otro lado, la manada se mantenía firme, años y años de eternas batallas por sobrevivir no se iban a perder en esa cruel lucha, pero por más que lo intentasen, morían uno por uno.

- ¡Mitsuki! ¡Corre!- fue lo último que escuchó salir la loba de los labios de su marido antes de ser brutalmente asesinado, un vampiro lo había agarrado del pelo y lo lanzó hacia arriba con la máxima fuerza que poseían sus brazos, al caer, el cráneo de este explotó, manchando los delicados ropajes del rubio vampiro que reía de forma maquiavélica.

Mitsuki corría como si no hubiese un mañana, se arrepentía completamente de abandonar a su manada, puesto que era la Alfa, pero estaba en riesgo la vida de su cachorro, cachorro que albergaba en su abultado vientre.

Corrió demasiado, estaba exhausta, su barriga dolía, al igual que sus pulmones, había perdido demasiada sangre.

Una contracción.

Mitsuki se retorció de dolor al mismo tiempo que observaba como un líquido corría por el interior de sus muslos, su pequeño cachorro había elegido mal momento para nacer. La loba de cenizos cabellos se desplomó en el suelo mientras su vista se volvía borrosa, únicamente alcanzó a ver como una sombra bicolor se aproximaba a ella de manera veloz. Con un hilo de voz pudo articular palabra.

- Shoto...

No te enamores //bnha// TodobakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora