Capítulo 4

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- ¿Por qué no me has dejado matarlo?- reclamaba la vampiresa de rubios cabellos.

- Ya te lo he dicho, es mi hermano- la vampiresa frunció el ceño.

Ambos vampiros andaban por el bosque a paso lento, camino a la cueva que llamaban hogar. Toga odiaba ser interrumpida cuando había que matar, adoraba el sabor de la sangre adoraba notar como esta pasaba por su garganta o como las gotas escurrían por sus labios. Eran esos momentos donde la niña tenía una de sus insoportables rabietas donde a Dabi le daban gatas de matarla.

- ¿Por qué no me dijiste que eras el príncipe?- eso tomó al de ojos azules por sorpresa- ¿no confías en mí?- Dabi quedó callado- genial, simplemente genial, yo confié en ti al dejar que me mordieses aun sabiendo que podrías matarme y tú no confías en mí, ja, que risa, al parecer te estas volviendo como tu padre, Toya- dijo esto último con asco

Dabi arremetió contra ella, agarrándola del cuello mientras la acorralaba contra un árbol. Toga abrió los ojos ante tal acto, es verdad que su pareja era un poco brusco en ocasiones, pero era la primera vez que veía tanta rabia en su mirada. Dabi, rápidamente reconoció su error, se había prometido no dañarla, y allí estaba, a punto de matar a la única persona que aún confiaba en él.

La soltó de inmediato y, como si nada hubiese pasado, siguió su camino. Toga lo miraba por la espalda, lágrimas caían por sus mejillas, una vez más tenía la sensación de que él solamente era su dueño y no algo más.

- No quería meterte en mis conflictos familiares- habló el pelinegro- vamos.

Siguieron andando hasta llegar a su cueva. La chica se limitó a irse cabizbaja a la habitación bajo la atenta mirada del vampiro.

Empezaba a quedarse dormida cuando sintió como unos brazos la abrazaban por la espalda y unos cálidos labios recorrían su nuca. Amaba esa sensación, incluso más que la de beber sangre, estaba completamente enamorada de él.

- A partir de ahora te lo contaré todo- dijo el de ojos azules- lo prometo- ella seguía sin articular palabra- ¿qué tengo que hacer para que me perdones?- añadió mientras su mano delineaba su silueta. Ella se giró y lo miró a los ojos, su irada era intensa, pero de forma escalofriante.

- Quiero una masacre, la más grande e la historia

- Si eso es lo que mi amor quiere, eso tendrá- Toga sonrió, era la primera vez que la llamaba así, pero lo mejor era saber que pronto saciaría su sed de sangre.

**********

Los primeros rayos del alba asomaban en el horizonte, Todoroki los miraba como si aquella luz quemase, mito que los humanos habían inventado. Quería quedarse más tiempo con su loba, pero debía volver a casa, pues si su padre se enteraba de tal atrocidad como era ser amigo de un licántropo, tenía seguro que lo mataría.

Miró a Mitsuki, quien seguía nadando en el lago, le parecía adorable la forma en la que nadaba a estilo perrito, era lo normal, pues se trataba de un canido, como estos.

- Mitsuki- llamó el bicolor, la aludida lo miró- he de irme.

Mitsuki bajó sus orejas ante tal afirmación. Como un rayo salió velozmente del agua y abrazó a Shoto, odiaba alejarse de él, odiaba las despedidas, pero sabía que era mejor que se fuese ahora para verlo mañana.

Ambos se despidieron con algo de tristeza, aún había que esperar un día entero para poder volver a verse, y la espera era lo más aburrido y solitario que se les pasaba por la cabeza.

Una vez el medio albino se marchó la loba de cenizos cabellos quedó completamente sola, un vacío la invadió, odiaba la soledad. De un momento a otro ese vacío desapareció, estaba siendo observada.

No te enamores //bnha// TodobakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora