Un nuevo día se ceñía sobre la aldea, todos los licántropos que allí se hallaban seguían dormidos, excepto unos cachorros muy madrugadores, que se paseaban por su hogar camino a casa de su rubio amigo.
Bakugo y Kirishima vivían juntos, la madre del segundo fue la encargada de criar al futuro alfa de la manada. Ambos fueron a casa de Kaminari, quien se encontraba profundamente dormido. Una vez allí, entraron sigilosamente por la ventana, saltando encima del cachorro mientras le mordían las orejas.
- ¡Auch!- intentó quejarse, pero Kirishima puso su zarpa en el hocico del rubio.
- Calla, o despertarás a tus padres- susurró el pelirrojo. Kaminari forcejeaba para poder librarse del agarre de sus amigos.
Los tres amigos salieron escopetados hacia la pradera, donde los esperaban Mina y Sero, pues habían sido citados por el cenizo, quien dijo que tenía algo importante que decirles.
Al llegar todos se sentaron en círculo, Mina bosteaba mientras se tallaba los ojos, Sero hacía su mayor esfuerzo por no quedarse dormido, pero a Denki le dio exactamente igual, pues nada más sentarse se dejó caer sobre las piernas de Kirishima, cerrando sus ojos en el acto. Únicamente parecía que el cenizo y el pelirrojo se encontrasen totalmente despiertos.
- ¿Qué era eso tan importante, Bakugo? Tengo sueño- preguntó Mina antes de dar otro bostezo.
- Anoche... me acerqué a la aldea de los humanos- inmediatamente todos lo miraron, incluso el rubio que seguía apoyado en las piernas de su amigo- un grupo de chicos intentó ahogarme.
- Eso fue muy peligroso, hermano- Kirishima estaba preocupado, sabía cómo de explosivo era su mejor amigo, y bien sabía que los humanos adoraban los abrigos de piel de lobo, más si era tan suave como la de un cachorro.
- Ya lo sé, pero Deku me salvó... bueno, realmente fue un encapuchado que iba con él- dijo esto último con rabia
- ¿Y quieres que te ayudemos a buscarlo, verdad?- dijo Sero, a lo que el de ojos rubí asintió.
- Eres un celoso, sabes que Deku puede ir con quién quiera- añadió el pelirrojo.
- Puede ir con quien quiera... ¡siempre y cuando no me lo quiten! ¡y ese bastardo lo quería para él, pude notarlo!- se levantó de golpe, mostrando sus colmillos.
- Kiri tiene razón- aseguró un adormilado Kaminari- celas mucho a Deku, incluso a Kirishima, tienes que aprender a compartir- dicho esto se tiró contra su amigo de pelo teñido, dispuesto a morderle las orejas. Bakugo lo agarró del pelo con furia.
- ¡Solo yo puedo hacer eso, bastardo!- y se tiró contra Kirishima, quien no tardó en reaccionar para morderlo también.
Pronto se empezaron a oír las risas de ambos muchachos y, ante tanta diversión, todos los cachorros se unieron a ellos, mordiéndose las orejas sin cesar, pues ese era su juego favorito.
Ninguno se dio cuenta de que la encapuchada figura que tanto buscaba el cenizo los observaba desde lo alto de un árbol, enternecido por esos infantiles juegos. La manada despertó, lo que significaba que era hora de marchar, pero al bajar del árbol observó a un lobo de la manada vecina, que acechaba a los cachorros. Era época de celo, el aire era perfumado por un embriagador aroma que desprendían los licántropos, pero no siempre lo bonito es bueno, pues era la época del año en la que los cachorros más riesgo corrían, pues machos de manadas cercanas osaban mostrar su valentía al matar los cachorros de los otros lobos para poder conquistar el corazón de las lobas.
El bicolor no se lo pensó dos veces antes de atacar, salvaría a esos cachorros costase lo que costase, lo tenía claro. Arremetió contra él, buscando la forma de llegar a su cuello. Los cachorros se percataron del ruido, pues rápidamente se pusieron alerta, buscando de dónde provenía el sonido mientras se adentraban en el bosque.
Shoto consiguió derrotar al licántropo, se encontraba tirado en el suelo, bebiendo hasta la última gota de ese sabroso líquido rojo. Tan concentrado estaba en degustar ese delicioso manjar que no se dio cuenta de que unos curiosos cachorros habían sido testigos de tal masacre.
- ¡Aaahhhh!- gritó Mina al ver como el vampiro acababa de matar al lobo, inmediatamente Kirishima le tapó la boca.
Todoroki se giró, únicamente se podía ver su boca, que chorreaba sangre. Los cinco amigos se quedaron helados, muertos de miedo ante tal criatura. El vampiro volvió a mirar a su víctima, era la primera vez que mataba a un hombre lobo, pero no se sentía mal, sentía que había hecho lo correcto, que estaba cumpliendo la promesa de Mitsuki.
Se acercó a los pequeños lobos que seguían ahí, observándolo con temor. Al percatarse de que el vampiro iba hacia ellos consiguieron reaccionar y salieron despavoridos hasta llegar con su manada.
- Casi nos come- habló un agitado Sero.
- Un momento- dijo Kirishima preocupado- ¡¿Dónde está Bakugo?!
Bakugo seguía corriendo, sabía que si el vampiro los seguía no tardaría en alcanzarlos y es por eso que decidió desviarse, llamando la atención del vampiro. Sus piernas no daban más de sí, estaba agotado, pero si dejaba de correr se lo zamparían, así que optó por correr a cuatro patas.
Llegó hasta un barranco, pero no se dio cuenta de que allí se encontraba semejante caída hasta que se encontró cayendo por ella. Tampoco era mortal, puesto que no era muy larga, solo lo suficiente para que el cachorro se hiciese daño en la pata, ahora estaba acorralado, sin poder huir.
Escuchó como el siniestro encapuchado se acercaba, poco pudo hacer más que sacar sus garras y ponerse en posición de ataque de manera patética, puesto que la herida en su pierna dolía.
El bicolor se posicionó ante el cachorro, ya se había limpiado la boca, pero no dejaría que le viese la cara, puesto que todos sabían exactamente como era la familia real y no quería que Katsuki supiese que él era el hijo del que mandó ejecutar a su manada. Intentó acercarse, pero Bakugo retrocedió, tropezándose con una pequeña piedra, cayendo al suelo.
- T-te arrancaré la cabeza si te acercas más- dijo con la voz quebrada mientras lo miraba desafiante, Todoroki no obedeció, puesto que siguió acercándose hasta posicionarse delante y agacharse para quedar a su altura, los ojos del lobo estaban cristalinos a causa de las lágrimas.- No me hagas daño
El heterocromático lo miró, observando el miedo en su mirada. Desvió su vista a esa apetecible herida que poseía el menor. Con una mano agarró la pierna, mirando bien la herida, no parecía infectada. El cenizo cerró sus ojos con fuerza, pus pensaba que lo mataría, pero para su sorpresa este solo se rasgó la capa, extrayendo un trozo de tela que le colocó a modo de venda.
- Así está mejor- habló por fin el vampiro. No parecía la voz de un asesino, parecía más la de alguien amable, eso confundió a Katsuki.
- ¿No... no vas a matarme?- preguntó aun temeroso el lobo
- No iba a matarte, solo me aseguraba de que llegaseis a la manada, pero cambiaste de dirección.- Bakugo estaba en shock, no era normal que un vampiro fuese así de amable, lo normal era que matasen sin miramientos, y más si se trataba de un herido, pues la sangre los volvía locos- ¿Te ha comido la lengua el lobo?
- ¿Qué? Esa frase e de mi manada, ¿Cómo...?
- Tengo mis trucos, y ahora vamos- lo cogió en brazos y miró por donde había caído el cachorro- no podemos volver por el mismo lugar, habrá que dar un rodeo.
- ¿A dónde te crees que me vas a llevar, bastardo?- Dijo mientras forcejeaba- no pienso ir contigo, prefiero morirme aquí
- Te llevaré con tu manada, pero si quieres morir...- le respondió el bicolor en tono burlón, consiguiendo que el lobo callase- eso me pensaba.
Siguieron caminando por el fondo de aquel barranco durante un par de horas, para cuando consiguieron regresar al bosque se encontraban lejos de su destino, por lo que les esperaba un largo y agotador viaje en el que, seguramente, tendrían que hacer noche en ese sinuoso bosque.
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No te enamores //bnha// Todobaku
FanficUn corazón roto nada lo cura, excepto ese anhelado beso que marca la cicatriz de tu pasado. Dos especies diferentes unidas por el rencor y el odio, vampiros y hombres lobo. Esta no es la típica historia de amor imposible, pues poco les importa a los...