Ciegos, sordos y mudos.

448 15 0
                                    

Si tan sólo vos, papá, pudieras entenderme; si tan sólo pudieras amarme como yo te amo; si tan sólo pudieras ver lo que estoy sufriendo y, sin embargo, sigo haciendo este esfuerzo agotador por ustedes. Pero claro, nadie valora mi sacrificio, porque es un sacrificio mantenerse viva sin hacer locuras. ¿Por qué no me dejan morir en paz? Es que ya estoy cansada de ver esta realidad tan cruel. Me arden los ojos de tanto llorar y rezar en vano. Ya ni para Dios existo.

A medida que iba cayendo trataba de explicarles a mis padres, con las pocas palabras que me salían, el dolor que sentía por dentro. ¿Por qué tuve que hablar? ¿Por qué tuve que gritar lo que me pasaba? Se quedaron inmóviles, les impactó escuchar semejante sinceridad de mi boca... ¿Y qué logré? Sólo desilusionarlos, dejarlos sin palabras y ahogados de dolor e impotencia. Mi única intención era que supieran mi verdad, que conocieran mi sufrimiento... ¿Y ahora qué? Sólo me queda sangrar, llorar y luego morir de dolor. Porque con cada lágrima que ellos derraman se destruye aún más mi corazón. Si no fuera por la ilusión de verlos felices, ya me hubiera ido de acá hace tanto tiempo...

¿Cuándo van a entender que sufro a la par de ustedes? Cuanto peor se pongan, mi corazón se va muriendo. Así que perdonen a esta bestia en la que me convertí, perdonen a esta enferma... sólo perdónenme. No tengo ganas de nada, ni siquiera tengo las fuerzas suficientes para seguir respirando.

Me siento sola, abandonada, débil... Ya no sé hasta cuándo podré aguantar. Me muero por dentro, se me parte el alma en mil pedazos, y nadie es capaz de darme una mano. Nadie sabe lo que se siente ser la mala, la egoísta, la enferma...

Si tan sólo pudieran entenderme, si tan sólo pudieran callar y abrazar mi alma que demasiado herida está. No tengo motivos para seguir así, deberían disfrutarme, yo debería disfrutarlos. .. ¿Por qué no puedo hacerlo? Hay algo muy dentro de mí que me detiene, que me impide ser feliz. Ya no puedo ni siquiera conmigo misma.

Estoy cansada de pelear con mi familia por no dejarme vivir como quisiera. ¿Cómo haces cuando querés matarte y te lo prohíben? ¿Hasta cuándo tendré que luchar contra su estúpida idea de que yo siga viviendo?

Piensan que sangro sin motivos... Que lloro por capricho, que grito por exagerada... Cuando sólo lo hago para aliviar mi sufrimiento. ¿Cuántas venas más tendré que cortarme para que me crean cuando les digo que no puedo seguir así?

¿Cuántas lágrimas más tengo que derramar para que crean en mi agonía? Ya estoy harta de mentir constantemente. ¿Por qué no puedo decir la verdad? ¿Por qué me obligan a callar?

Te tienen con las manos atadas, encerrada, sin poder ni siquiera gritar mi dolor porque me tapan la boca para que no siga ensuciando el apellido de la familia. Entonces me envuelvo en mi mundo y me guardo todo, llorando en silencio. Y sigo exigiendo respuestas a todo lo que me está pasando porque no entiendo cómo puedo estar muriendo y que nadie se dé cuenta, como si fuera invisible y me pasaran por encima cuando me encuentro tirada en el piso. Por más que traten de darme la mano, no me puedo levantar porque las fuerzas han desaparecido de mi cuerpo castigado y mi espíritu no tiene motivos para seguir en pie. Y cada vez que intento reír, algo me tira abajo la alegría. Como si mi destino fuera sufrir... No se dejen llevar por una sonrisa, porque detrás de ella se esconde el dolor y la muerte.

Siento que toqué fondo, que no puedo resistir más golpes, por pequeños que sean. Me cuesta esconder lo que siento, me cuesta aparentar que estoy bien, cuando por dentro me quiero matar. No quiero perderme otra vez, necesito que me ayuden, pero veo que nadie quiere asumir esa responsabilidad.

¿Cómo decirte tantas cosas sin que te quiebres? ¿Cómo explicarte mi dolor cuando no soportas dos de tres de mis palabras? Creo que el problema es que no aceptan que estoy enferma, y siguen echándome en cara «¿Por qué no podes ser como las demás chicas?»

Entérense de una vez por todas, NO SOY IGUAL A LAS DEMÁS, no soy ni buena alumna, ni la más linda, ni la que tiene más amigas. Soy fea, desagradable, nadie se acerca a mí.

¿Hasta dónde llegaré? Ya superé todos los límites posibles pero aún tengo ganas de ir por más, por más dolor. ¿Pero, corrió explicarles que los amo hasta el cielo ida y vuelta? Si tan sólo pudieran entender que los amo con toda mi alma y que si decido morir es solamente por su bienestar. Ya no tendrían por quién llorar, por quien preocuparse, en fin, no tendrían motivos para estar mal. Algún día entenderán todo, pero cuando eso suceda, lamento decirles que ya va a ser demasiado tarde.

A muchos les sacaré un peso de encima, un peso tan grande como el que soporto sobre este esqueleto perdido entre tanta grasa, bajo esta piel cansada de ser castigada por contener la mierda que me vive por dentro. Si no estoy ya no van a sentirse obligados a visitarme, ni a aparentar quererme y preocuparse por mí. Sé que les cagué la vida al nacer, sé que no quieren haber nada más de mí, por eso hago esto, por eso me desintegro de a poco hasta pasar a ser NADA...

Ciegos, sordos y mudos, así prefieren estar ante mi situación, no pueden admitir que en el fondo me odian porque no sé amarlos como necesitan, ni siquiera ser un poco persona para evitarles esta agonía. Déjenme decirles que si uno de ustedes pronunciara una frase que espero hace tiempo, no dudaría en cumplirla, pero ninguno es capaz de asumir la culpa, por eso no me dicen con toda la furia y el dolor que mi estado les provoca: «Si querés morirte, Giuli, hacelo». 

F.I.L.O.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora