Nueva vida // CDM // Castiel x Sucrette

Reencuentros.

Las clases avanzaron con normalidad. Me enteré de que el pelirrojo se llamaba Castiel. Además de el y del delegado en clase estaba Armin, se le veía muy ensimismado en sus videojuegos, Lysandro, el chaval estaba todo el día con Cas asique supuse que eran mejores amigos, llevaba un estilo diferente a él de los demás, tenía el pelo blanco y largo, un ojo azul y otro color miel, por lo cual sufría heterocromia, vestía con atuendo que evocaban a una época victoriana, era muy raro, pero he de admitir, que también atractivo.

Estaba en el pasillo guardando el resto de cosas en la taquilla para prepararme para la siguiente clase. Primer día y ya estaba harta. Me separe un poco de la taquilla y una mano la cerró bruscamente. Miré y era el pelirrojo.

- Tú, a que cojones juegas- me dijo.
- Primera y última vez que me cierras la taquilla así, a la siguiente voy a hacer lo mismo pero con mi mano contra tu cara.

Una vez dicho esto me aleje. A mi nadie me echaba cojones. Una vez terminadas las clases, cogí el casco de mi moto y me dirigí al aparcamiento. La moto del pelirrojo estaba aparcada de tal manera que no dejaba que saliese con la mía. Este tío era gilipollas. Vi como se acercaba riéndose.

- Que pasa tío, que te has propuesto tocar los cojones hoy no?- Le dije evidentemente enfadada.

- Para que te enteres de que no se me vacila y que chica, la compañía de la rubía no es buena, te convengo más yo.- ¿Pero este quien se creía?

- ¿Que te crees mi madre?- Le dije riéndome. - Hago y me junto con quien quiero, y para tu información, tu eres demasiado poco para una chica como yo. - Pude ver de nuevo el enfado en su cara. No estaba acostumbrado a que una chica se le enfrentase de esa manera, estaba claro.

Arranque mi moto, saliendo como pude de aquel sitio mientras el se quedaba ahí, pasmado. No podía evitar reírme, conocía a ese tipo de tíos y no los aguantaba. Yo no era una de esas chicas a las que una actitud de malote descerebrándolo me gustase, al contrario, me repugnaba.

Llegué a mi casa, subí a mi cuarto y me puse a tocar el bajo. No era en único instrumento que tocaba, pero he de admitir que si el que más me gustaba. Quizás en esta ciudad hubiese un grupo buscando guitarrista.... Me decidí a buscarlo en internet y et voilá! Ahí estaba, un grupo de rock que buscaba bajista Por probar, supongo que no pasaría nada. La prueba era en una semana, asique me iba a preparar un par de canciones para poder lucirme lo máximo en la prueba.

El día transcurrió con normalidad, pasé un rato con mi madre, hice algo de tarea y casi a la hora de acostarme me llegó un mensaje. Era de Dake, "te echo de menos". Borré y bloqueé el número. No quería saber nada de ese desgraciado. Era mi ex novio, había aguantado a su lado lo inaguantable y pese a todo ello, me puso los cuernos. Increíble. A raíz de ello cambié, deje de confiar en la gente y me volví muchísimo más fría.

Me eché a dormir y por culpa del mensaje de ese gilipollas, me desperté con una mala hostia increíble. ME duché, vestí y me dirigí al instituto en mi moto. Aparqué en un sitio diferente al día anterior porque simplemente pasaba de tener cruzarme una palabra con ese pelirrojo.

Las clases avanzaban y contra más lo hacían menos ganas tenía de nada. En las clases de lengua me quedé dormida, de lo cual la profesora se percató y me castigó despues de las clases. Perfecto, lo que me faltaba.

Cumplí mi castigo y cuando fuí a salir noté como chocaba con alguien, lo suficientemente fuerte como para acabar en el suelo tirada. Y tachan, la persona que menos ganas tenía de ver estaba ahí.