Visita sorpresa.

121 12 0
                                    

Salimos de aquel cuarto de baño. Castiel estaba totalmenrte abrazado a mi, estabamos en los vestuarios y me había dejado su ropa de deporte para  no estar totalmente empapada.

- Gra-gracias...- Dije tartamudeando.

- No tienes que darmelas, ¿te queda claro?- En ese momento cogió mi cara con sus manos e hizo que le mirase.- Te voy a proteger todo lo que pueda de todo el mundo que pueda. - Estaba enfadada con él, pero en ese momento no podía hacer otra cosa que no fuera abrazarlo.

- Jane, ¿quieres que te lleve a tu casa o prefieres que vayamos a la mía? Podemos lavar tu ropa, darte una ducha y así relajarte.- Me quedé dubitativa.

- Esto... Si, veo bien lo de ir a tu casa. Les diré a mis padres que me quedo a comer en casa de una amiga. No puedo aparecer en mi casa así...

- Venga vamos- Me dió un pequeño beso en la frente y metió mi ropa mojada en una bolsa de deporte que se colgó del hombro. Salimos del instituto, nos subimos en su moto y en unos cuantos minutos estabamos en su casa ya. 

- Ven anda, te enseñaré dónde está el baño y te daré todo lo que necesites para ducharte.- Me dijo mientras me agarraba de la mano.

- Muchas gracias Cas...- No me dejo terminar.

- No me seas tonta, ¿eh? no tienes que agradecerme nada. -Me dedicó una sonrisa y subimos por las escaleras. 

Estabamos en su cuarto, yo como la anterior vez estaba cogiendo una de sus camisetas anchas y uno de sus calzoncillos para cambiarme cuando me duchase hasta que mi ropa se secase.

- Jane yo.. quería hablarte sobre lo de ayer. No es lo que tu piensas. Debrah vino a devolverme un par de cosas que aún tenía mías, y me comenzó a pedir perdon. Estabamos hablando de eso, cuando tu llegaste. Por eso me puse nervioso, porque sabía que si la veías no me ibas a dejar explicarme y tu...- Me sentí un poco estupida en ese momento.

- Yo... Lo siento. Simplemente por tu nerviosismo y que ella estuviese aquí, pensé que..

- ¿Que habiamos vuelto? ¿Por eso te enfadaste tanto?- Me miró riendose. No pude hacer otra cosa que pegarle un puñetazo en el hombro.- Venga anda, que el baño ya está preparado.

Cuando entre al cuarto de baño estaba totalmente sorprendida. Estaba totalmente a oscuras, abía llenado la bañera y no sé si sería por sales aromaticas o las velas que inundaban toda la estancia que había un aroma a rosas. Le miré incredula. No me creía que hubiese preparado esto.

- Tu solo disfruta y relajate, yo de mientras, haré la comida y me daré una ducha en el cuarto de baño de abajo.

- No tenías que molestarte...

- Claro que si, es mi ex novia y la loca que está obsesionada conmigo las que te han hecho lo que te han hecho. En el día de hoy en mi casa vas a estar como si fueras mi princesa.- Dicho esto, me dió un beso en la frente y se fue del cuarto de baño cerrando la puerta tras de sí. Lo que habiamos hablado y ese pequeño beso en la frente, habían hecho que me sonrojase de manera increíble. Me quité la ropa y me metí en la bañera. Conseguí relajarme de manera casi completa y, pese al día de mierda que había tenido hasta ahora, he de admitir que todo había mejorado un poco. 

Cuando terminé me sequeé el pelo con la toalla y me puse la camiseta y la ropa interior de Castiel. Estaba bajando las escaleras de forma energica para darle las gracias a Castiel por todo cuando, al girar nos chocamos de lleno y acabamos en el suelo tirados. Nuestras caras estaban a apenas unos pocos centimetros y comenzamos a reirnos. En ese momento me dí cuenta de que el pelo de Castiel estaba totalmente mojado y no llevaba camiseta, eso significaba que... miré  hacía abajo y Castiel tenía solo una toalla que recubría su cintura. Fui a levantarme de encima suya cuando el me cogió del brazo y me volvio a poner en la posición en la que estaba.

- ¿A dónde te crees que vas?- Me dijo con un tono suave. En ese momento de acercó a mis labios y me beso lentamente. No era un beso como los que hasta ahora nos habiamos dado, era un beso dulce y suave, lleno de sentimientos y emociones. Un beso inocente. Tras unos momentos, separamos nuestros rostros. No podía hacer otra cosa más que sonreír, al igual que él.

- Al final me voy a acabar acostumbrando a verte con mi ropa...- Y me dió otro pequeño beso.

En ese momentro alguien tocó el timbre, no sé quien podía ser, solo sé que odiaría a quien hubeise interrumpido ese momento. Nos levantamos y Castiel se dirigió hacía la puerta. En el momento en el que abrió y vio a la persona que estaba al otro lado, se le cambio completamente la cara.

- ¿Que cojones quieres?- Me sorpendió la manera de dirigirse a la persona que estaba al otro lado. La otra persona ni respondió, empujó la puerta a sorpresa de Castiel y entró. En ese momento pude saber quien era. Debrah. Me miró de arriba abajo, supongo que por tener el pelo mojada de haberme duchado y llevar la ropa de Castiel. Su mirada se dirigó entonces hacía él.

- ¿Que mierdas hace esta zorra aquí así gatito? - Le miró con cara desafiante.

- Uno, la que no pintas nada aquí eres tú. Como te vuelvas a dirigir a ella como zorra o algun adjetivo del estilo te vas a arrepentir. Ella tiene nombre y si está aquí es porque es mi novia. Asi que fuera de mi casa Debrah, no me toques los cojones. - Podía notar en su tono de voz su enfado. Nunca le había escuchado hablar así.- Y última vez en tu vida que me llamas de esa manera.


Nueva vida // CDM // Castiel x SucretteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora