Nueva vida // CDM // Castiel x Sucrette

La llamada

Seguí a Castiel por el instituto, no sabía bien hacía dónde nos dirigiamos pero sabía que tampoco era momento de cuestionar a dónde me estaba llevando. 

Subimos unas escaleras y Castiel abrió una puerta metalica que daba a una amplia azotea. En el momento en el que entré, cerró la puerta tras de mí y se encendió un cigarro.

- Castiel, no deberías de fumar aquí. - Él se dió la vuelta.

- ¿Que pasa, que ahora si te apetece ser una chica buena tabla?

- ¿A quien llamas tu tabla, imbecil?- Ante esto Castiel comenzó a reirse. En cierto modo eso me relajo, aunque que se hubiese dirijido a mi de ese modo me molestaba. El pelirrojo se acercó a mi de manera decidida.

- A ver si se te mete en la cabeza que, aunque nuestra relación sea una farsa, el que estes filirteando con Lysandro hace que yo parezca un imbécil. Recuerda que para el resto del mundo eres mi novia, y yo no consentiría que mi novia ligase con mi mejor amigo.- Me quedé un momento reflexionando, es cierto que no eramos nada, pero teniamos que mantener esa apriencia de parecer una pareja.

- Tienes razón esto... Lo siento.. Pero entonces, si realmente debemos de fingir que somos una pareja totalmente de frente a los demás, ¿no crees que la gente empezará pronto a sospechar si nuestro único contacto como pareja es que me lleves y me traigas al instituto?

- Tienes.. Tienes razón... Debemos de hacer que todo el mundo se lo crea... Mira, apartir de ahora en los recreos te vendrás con Lys y conmigo, te presentaré a mis colegas, y quizás deberias de venir a alguno de los ensayos de mi banda y sacar alguna que otra foto que subas, para que la gente vea que pasamos tiempo juntos fuera del instituto... De hecho, este sábado tenemos un ensayo, vente. 

Me quede pensando por unos instantes, a lo que acepté despues. El día avanzó con normalidad, decidí ser menos arisca con el pelirrojo para que nuestra relación fuese más creíble, en el descanso me fuí con él y con Lysandro, me presentó a todo su grupo de amigos. Castiel támbien había cambiado su actitud hacía mi, estaba mucho más cercano, no paraba de hablar conmigo y en muchas ocasiones cuando las carcajadas hacían eco entre nosotros dos me cogia por encima del hombro y me daba pequeños besos en la frente. Era todo extraño, porque pese a ser todo una farsa se notaban tan calidos sus gestos que en ocasiones hacía que me replantease mis propios sentimientos. Las clases finalizaron y él me llevo a casa como habitualmente. 

La tarde avanzó y me pusé a practicar con el bajo. En ese momento lo recordé, el sábado tenía la prueba con el grupo que buscaba bajista... no podría ir al ensayo del grupo de Castiel y Lysandro, En ese momento decidí llamar al pelirrojo.

- Dime tabla.

- Que dejes de llamarme así, imbecil. - Pude escuchar como al otro lado del telefono él estaba riendose. En cierto modo, me transmitio una tranquilidad enorme escuchar su voz.

- Bueno dime, para que me has llamado, ¿ya me echas de menos?

- En tus sueñso cariño... Tenía que decirte que repecto a lo de esta mañana, lo del ensayo del sábado, no voy a poder ir porque no recordaba que ya tenía una cosa que hacer- Se hizo el silencio al otro lado del telefono.

- Esto, no te preocupes Jane, da igual...- Noté como su tono de voz era diferente y, sin ni siquiera dejarme contestarle, colgó la llamada. ¿Se habría molestado por no poder ir el sábado al ensayo? No tendría sentido, todo esto es una farsa, él es quien me lo ha recalcado una y mil veces. Decidí dejar de pensar en todo eso y seguir tocando el bajo.