Decepción

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La puerta se abrió y ahí estaba Castiel. Pude ver en su rostro la sorpresa, al mismo tiempo que, sin saber muy bien el por qué, empecé a notarle altamente nervioso. 

- Castiel, lo siento... Yo... Quiero hablar contigo...- Le dije seriamente sin despegar mi mirada de sus ojos.

- Jane creo que este no es el momento adecuado, ¿no podriamos hablar mañana?- Cada vez le veía más nervioso y yo, cada vez, entendía menos.

- Pero Castiel tu...- No pude terminar de decirle lo que sentía por él cuando escuche una voz que provenía de dentro del apartamento.

- ¿Quien es gatito?- Había escuchado esa voz muy pocas veces, pero las suficientes como para que me provocase repulsión. Era Debrah. En ese instante pude sentirme, sin dudarlo, la persona más estupida de este universo. Mis ojos comenzaron a volverse vidriosos y ni si quiera le dí tiempo a Castiel para que se pronunciase.

- No te preocupes, no te distraigo más, he sido estupida.- Me dí la vuelta y me dirigí hacía el coche de Lysandro.

- ¡Jane! ¡Espera por favor!- Ni si quiera me giré al escuchar a Castiel, todo me había quedado claro. Entre en el coche de Lysandro y él, con gran sorpresa me miró.

¿Y que? ¿Como ha ido?-  Pregunto impaciente.

- ¿Sinceramente? No sé por qué te he hecho caso, he llamado a la puerta, Castiel ha insistido en que hablasemos en otro  momento y tenía un nerviosismo fuera de lo habitual en él.  Todo me parecía raro, pero entendí todo cuando escuche un "¿Quien es gatito?" desde dentro de su casa de su maravillosa ex novia, Debrah. Esta claro que venir ha sido una tonteria.

- Yo... Voy a ir a hablar con él ahora mismo.-Este se desabrocho el cinturon y fue a abrir la puerta del conductor para salir cuando le cogí del brazo.

- No, Lys. Ahora mismo lo único que quiero es volver a casa, por favor.- Este me miró con una cara en la cual reflejaba que sabía el dolor que estaba sientiendo. Asintió y me llevo a mi casa. Cuando llegamos le dí un abrazo.

- Gracias por todo Lysandro de verdad.

- No tienes que darlas, en serio. En cierto modo me siento culpable de haberte llevado a su cas y que hayas tenido que vivir eso... Pero ten claro, que para cualquier cosa estoy aquí, si necesitas llamarme, hablar o salir un rato, ¿de acuedo?- Asentí. Lysandro se estaba portando muy bien conmigo.

Entre en mi casa y me dirigí hacía mi cuarto. Ese día no cené, no debería de haber hablado con Lysandro. De una manera u otra había aceptado que lo de Castiel y mío era simplemente una farsa, pero la conversación que tuve con Lysandro me había dado esperanzas, esperanzas que en cuestion de minutos, habían sido destrozadas. Me tiré horas dando vueltas en mi cama y pensando en lo estúpida que había sido. Y por si era poco, mañana era lunes, iba a tener que ver tanto al pelirrojo como a la otra arpía. Cuando mi cansancio mental superó a mi cansancio físico, finalmente, caí rendida. 

Me desprté. No quería ir a clase, era lo ultimo que me apetecia ahora mismo. Me pusé mis vaqueros negros, una sudadera ancha gris acompañada de unos deportivos blancos y mis aros plateados. Me puse un par de mis cadenas y recogí mi pelo en una coleta. Al igual que el día anterior, decidí maquillarme un poco para disimular los ojos hinchados y las ojeras de haber dormido poco y mal. Me dispuse a salir, no sabía si Castiel iba a venir a buscarme o no, pero prefería no arriesgarme ni a cruzarme con él, por eso, ese día no cogí mi moto y salí de casa mucho más temprano para poder ir andando. Cuando apenas me faltaban apenas 5 minutos para llegar recibí un mensaje del pelirrojo "Baja, acabo de llegar, tenemos que hablar". "Lo siento, ya estoy casi en el instituto" le respondí y guarde el móvil. No tenía ganas de soportar el día tenía por delante. Me econtré con Lysandro cuando estaba apunto de entrar por la puerta del recinto, me preguntó por mi estado de animo y tuvimos una conversación que por un momento hizo que dejase de pensar en todo lo ocurrido el día anterior.

Entramos en el instituto, cuando al fondo pude ver a Debrah. Puse los ojos en blanco, creo que era la última persona con la que me quería encontrar nada más entrar en el instituto. Pude ver como detecto mi presencia y con paso firme, vino hacía mi.

- Alejate de mi Cassy, es la última vez que te lo digo.- Me dijo con tono firme

- Uy, que miedo. Tu no eres quien para decirme de quien me tengo que alejar o no.

- Ah, ¿si? te arrepentiras como no me hagas caso

- Creo que tu vas arrepentirte antes de hablarme de ese modo.- De manera casi automatica, le aseste un guantazo que resonó en todo el pasillo. Debido a nuestras palabras la mayor parte del pasillo nos miraba, despues del sonido del guantazo, no faltaba nadie sin sus ojos clavados en nosotras. Debrah me miró con la mano agarrandose la mejilla que había recibido mi guantazo. De pronto salió corrriendo hacía mi.

- Mira lo que me ha hecho Jane, gatito- Tenía a Castiel detras. Ella se dirigió a él con un tono de mosquita muerta, fingiendo que ella no había comenzado todo esto con sus amenazas e intentandome dejar como la mala. No podía descifrar la mirada de Castiel en ese momento, ni siquiera estaba prestandole atención a Debra, solo estaba limitandose a clavar sus ojos en los mios, unos ojos que transmitian tristeza y dolor.

- Es eso "gatito"- dije de manera irónica- Mira lo que le he hecho.- Le dirigí una mirada cargada de despecho, ira y decepción, tras lo que me giré y me dirigí hacía el aula dónde tenía la primera hora.

Nueva vida // CDM // Castiel x SucretteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora