Capitulo 23: ¿Te vas por ella?

2 0 0
                                    

- Yo no entiendo por qué no quieres buscarla.

- ¿En serio no lo entiendes? Sí te hubiesen abandonado así sin volver a hablarte en tu vida, ni a preocuparse a lo mejor lo entendías. 

- Ali sabes que las cosas de adultos son mucho más complicadas de lo que parece...- Eran las 2 de la mañana, estábamos en un hotel cerca del aeropuerto y nuestro barco salia a las 10, teníamos que estar a las 8 en el puerto, tenia claro que no íbamos a dormir nada- No te pongas bestia, si te mueres por saber que paso, seguro que tus abuelos maternos saben donde esta. 

- Ay joder Jim, son las 2 de la mañana, a las 8 tenemos que estar en un lugar importante y...

- Estamos al lado del aeropuerto- pobre, se pensaba que iba a pillar otro vuelo- no cambies de tema.

- Jim, admitiré que me puede dar curiosidad, pero puede ser que teniendo en cuenta que soy impredecible cuando la vea puede que la pegue un tortazo y la diga "te odio", lo sabemos, soy así.

- No eres así. 

Se levantó de la cama de la habitación del hotel, dos camas cuando solo necesitábamos una, menuda tontería, pero claro explícaselo tú a los que reservaron el hotel...menos mal que los camarotes habían sido cosa mía. Me dio un beso en los labios que me supo a pura gloria y como si fuese un saco, me cogió al hombro y me arrastró hasta la ducha. Mi parte racional gritaba "TIENES QUE DORMIR, CANSAAAANCIOOOO", pero mi vagina estaba en otras cosas, así que me dejé quitar la ropa entre besos más salvajes que tiernos y se la fui quitando a él, hasta que terminamos en la ducha gimiendo, yo con las piernas entrelazadas en sus caderas y pegada a la pared de la ducha y él empujando bastante fuerte, al menos no era la única que se moría de ganas. Ni si quiera se cuando tiempo estuvimos allí, pero fue un polvazo, intenso y demoledor, hasta tal punto que cuando sonó la alarma a las 6:00 he intenté recordar como había llegado a la cama, mi mente era una sucesión de imágenes tórridas en la ducha. No tuve mucho tiempo para recrearme porque Jim me arrastró hacia el taxi que nos llevaba a un lugar para él desconocido- los chicos pidieron expresamente al taxista que no dijese nada- aunque al llegar al puerto se hizo a la idea. 

Tras repetir la escena del aeropuerto pero en el puerto, gritos incluidos y gente que nos miró mal por armar aquella a las 8 de la mañana, subimos al crucero para instalarnos, cuando aun faltaba tiempo para despegar y yo más callada que una puta-perdoneseme la expresión- no dije absolutamente nada de que mi camarote con Jim no era de dos camas individuales sino uno de matrimonio. Nos dimos tiempo para instalarnos e ir a desayunar antes de que zarpase el barco y jamas olvidaré la cara de alegría extrema de Jim:

- Sois lo peor, pero os quiero- Sonreí complacida mientras deshacía las maletas- Aunque a ti te quiero más que al resto.

- Es normal, conmigo haces cosas que espero no hagas con el resto.

- ¿Celosa reina? 

- Oh no pirata, más bien asqueada porque si lo haces con los chicos...tienen pinta de ser muy cerdos, sobre todo Cesar.

- No lo sabes bien, ahora esta con Patri pero ha sido...

- Bueno usted no diga nada que lleva lo suyo- Se tumbó en la cama con la maleta a medio deshacer en el suelo- ¿Tu crees que podremos ocultar durante mucho tiempo esto?

- ¿Esto? - Se levantó la camiseta y señaló sus abdominales, era idiota. Yo más y por eso me reí- No a ver, en serio, creo que aunque nos creamos los maestros del engaño ya lo saben todos, no se si se imaginan hasta que punto llega, pero que follamos debe estar bastante claro.

- Joder pues si ellos saben hasta que punto llega esto que me lo digan, que no lo se ni yo.

- Ya, claro, reina, no sabes hasta que punto llega esto pero te digo que te quiero y duermo contigo todas las noches porque es típico de amigos, no te jode, hahahaha.

No le pidas peras al olmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora