Los días pasaban y el proyecto avanzaba. Jerome era un buen líder y nos decía qué hacer. Generalmente Clyde ignoraba todo pero en ese momento sí estaba comprometido con el trabajo y hasta parecía entusiasmado.
Por otro lado, yo no podía dejar de mirarlo. Cada vez me gustaba más y no encontraba nada que me desagradara. Sí, estaba en serios problemas.Clyde tenía el cabello largo cortado en capas (él mismo se lo cortaba) y aunque en veces se pasaba mechones detrás de su oreja, casi siempre del lado derecho se le escapaban y terminaban tapando su cara. El uniforme de la escuela era azul marino y teníamos que llevarlo todos sin falta pero él siempre se ponía un largo abrigo negro encima aún cuando estuviéramos a 30°c. Usaba un collar con dije de cruz plateado que me gustaba. En realidad todo me gustaba, hasta sus botas militares. Siempre estaba leyendo algún libro con título complicado. Y cuando no, entonces escuchaba música con sus auriculares negros. Solía cubrirlos con su cabello para que los profesores no los notaran. Funcionaba de maravilla.
También usaba un anillo con una figura rara. Quería preguntarle qué era pero seguramente no entendería la respuesta.
Quizá sonaba muy superficial de mi parte pero me encantaba su cara.
A comparación conmigo, su nariz era muy fina y su piel era tan blanca que en veces parecía la de una muñeca antigua. Probablemente porque se cuidaba mucho. Jerome pensaba que era porque los góticos siempre debían ser pálidos, pero Clyde le dijo que en realidad debía protegerse de los dañinos rayos del sol ya que su piel era muy sensible.Aunque Clyde tenía una cara inexpresiva la mayoría de las veces, yo había pasado tanto tiempo mirándolo que de alguna manera sabía lo que sentía. Cuando estaba feliz o emocionado, solía mover más las cejas. Cuando no se sentía bien estaba distraído o mirando el piso o sus zapatos. Me había costado descubrir todas esas cosas pero se sentían como un gran logro.
Sin embargo él no solía mirarme mucho. Pero a Jerome sí. Pensaba al principio que era por el proyecto, pero hasta en los recesos se hablaban y se miraban. No quería ser egoísta porque Clyde era libre de hablar con quien quisiera pero... no podía evitar estar celoso de la atención que recibía Jerome.
Y esos pensamientos de alguna manera me llevaron a la conclusión de que quizá a Jerome pudiera gustarle Clyde también. Esa idea casi me hace llorar. Porque Jerome había sido mi primer amigo ahí y le tenía mucho cariño, tanto que quería que fuera feliz todo el tiempo.
No sabía qué haría si él pensara que su felicidad vendría con Clyde.Porque aunque trataba de ser considerado y un buen amigo, no podía dejarle el camino libre.
Incapaz de evitar pensar en eso, decidí preguntarle.
Cuando le dije lo que pensaba, se me quedó mirando sin moverse.— ¿Qué?— dijo sorprendido—, ¿En verdad me imaginas con Clyde?
— Últimamente imagino a Clyde con muchas personas— dije.
— Sí que estás mal— me dijo—. Sobre todo por pensar en mí. Porque acepto que mi relación con Clyde ha cambiado en las últimas semanas pero créeme, yo no soy su tipo y él tampoco el mío. Puedes estar seguro de que no te lo quitaré nunca.
— ¿Lo prometes?— dije—, ¿Aún si estuvieras muy enamorado?
— Lo prometo. Eso no pasará ni en un millón de años.
— Uff, qué alivio— dije.
— En realidad creo que en ese sentido no deberías preocuparte por alguien— dijo—. Aquí la gran mayoría de las personas le tienen miedo a Clyde así que si no pueden ni hablarle menos se enamorarían de él. Acepto que tiene muchas cualidades pero sólo son visibles si se le conoce un poco y él no es muy abierto. En este mismo momento tú debes ser la única persona enamorada de él.
— ¡Qué bien!— dije feliz.
— No está bien, él no sabe tus sentimientos— me dijo—. Y honestamente no te imagino con él, no tengo idea siquiera de porqué quieres estar a su lado pero si no le dices nada, él nunca lo descubrirá.En ese sentido tenía razón. Clyde ni siquiera me miraba. Eso me puso triste.
— A él no le gusto, ¿Cierto?— admití decaído.
— Eso no lo sé— dijo—. Pero si quieres descubrirlo la única manera es preguntándole.
— ¡Pero si me dice que no estoy seguro de que me dará un paro cardíaco por la conmoción y moriré!— dije.
— Bueno, es un riesgo que tienes que correr— dijo.
— ¡Pero yo en verdad quiero gustarle!— dije preocupado.
— Sí pero eso ya no depende de ti. Es él quien debe sentir las cosas y si no sucede nada deberás aceptarlo.
— ¿Y qué pasará conmigo y Clyde?— dije—, ¿Podremos seguir siendo amigos aún si él no me quiere?Casi me pongo a llorar. Miré a Jerome con ojos llorosos.
Él sonrió y puso su mano sobre mi cabeza.— Percy, no hay forma de que Clyde se aleje de ti— dijo—. Sobre todo porque eso es lo que trató de hacer desde el principio y no lo logró. Y eso que en ese entonces no le agradabas. Ahora le agradas.
— Pero ni siquiera me mira— dije.
— Claro que lo hace. Pero tú siempre andas en la luna y no te das cuenta. En realidad lo mismo pasa con él cuando tú lo observas como si quisieras comerlo. Él siempre está en otras cosas y no lo nota.
— ¿Debería hacer que lo note?— dije.
— Bueno, quizá podría funcionar como una pista— dijo él.
— ¡Lo haré entonces!— dije emocionado.
— Bien. Pero sé cuidadoso. Recuerda que de alguna manera siempre terminas molestando de más a Clyde.
— ¡Es que no puedo evitarlo, quiero estar con él!— dije.Clyde no estaba en el salón en ese momento pero llegó de repente.
— Míralo— le dije a Jerome—, ¿No es la persona más hermosa e interesante que has conocido en tu vida?
— No responderé a eso— dijo él—. Dejémoslo en que no tenemos los mismos gustos.Clyde pasó a mi lado. Lo seguí.
— Hola— le dije feliz—, ¿Qué vas a hacer ahora?
— Tratar de fingir que la clase siguiente me agrada— dijo él.
— ¿Puedo fingir contigo?— dije.
— A Jerome no le gustará.
— Claro que sí— dije—. Además no le diré.
— Él siempre lo sabe. No sé cómo pero siempre sabe cuando no estoy haciendo nada— dijo cansado—. Es tan irritante. En veces quiero lanzarlo por la ventana.
— No deberías decir eso, la gente podría pensar que eres malvado— dije.Él me observó.
— Las personas ya lo piensan— dijo él.
— Pero no es cierto— dije—. Si fueras malo ya me hubieras lanzado por la ventana. Y sigo aquí.
— No te emociones, aún estoy considerando lo de la ventana— dijo él.
— Pero me he portado bien todo este tiempo— dije—. Tanto que hasta merezco un premio.
— ¿Un premio por no molestarme?
— Sí— dije—. Ha sido difícil para mí. Hay veces cuando deseo venir hasta aquí para visitarte pero luego recuerdo que no te gusta que te interrumpan cuando estás leyendo así que no lo hago. Pero me consume la ansiedad así que sólo me queda esperar a que estés libre.Se me quedó mirando. Estábamos tan cerca que fue un poco incómodo.
— ¿Por qué de todas las personas que hay en este salón de clases quieres molestarme exclusivamente a mí?— dijo.
— Porque eres tú— dije.
— ¿Y? ¿Tengo algo que hace que quieras estar aquí?
— Algo así— dije—. Por eso trata de no estar ocupado mucho tiempo o me dará un ataque de ansiedad. Podría morir.
— Siento que me estás chantajeando.
— No, yo no haría eso— dije—. Sólo quiero ser honesto.Aunque no del todo, pensé.
— No tengo escapatoria, ¿Verdad?— dijo—. Estoy atrapado contigo. Bueno, podría ser peor.
Le sonreí. Él estaba contento, yo lo sabía. Así que me dediqué a mirarlo. Quizá en algún instante podría girarse a mí y descubriría que mis ojos le decían a gritos que lo querían.
No perdía las esperanzas. Clyde me amaría, estaba seguro.
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Percy y el chico gótico
Roman pour AdolescentsPercy, el chico nuevo, se encontró en su primer día de clases con Clyde y no pudo evitar sentir una extraña atracción hacia él. Clyde, el chico gótico de la escuela, se encontró un día rodeado de un molesto chico pelirrojo que quería ser su amigo. ...