Capitulo 5

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Existe una gran diferencia entre un hombre asustado y un hombre aterrado. Los hombres frente a mí estaban aterrados.

El sujeto frente a ellos era la clase de hombre que irradiaba confianza y provocaba temor, el tipo de hombre que al verlo sabes que debes de cuidarte la espalda, y eso era precisamente lo que esos sujetos pensaban, lo sabía, y lo sabía porque en ese momento me sentía como ellos.

Una mano fría tomo mi antebrazo y me giró con brusquedad haciéndome sobresaltar, pero no procese lo que ocurría hasta que oí la voz del muchacho a mi lado. El golpe de mi cuerpo contra el concreto me dejó sin aire por unos segundos, el polvo a mi alrededor no me permitía ver con claridad y el pitido en mi oído derecho me dejó más atontada de lo que creí. Me tambaleé lentamente a medida que intentaba alejarme de todo el revuelo del lugar.

Con mis ojos aun lagrimeando por el polvo logre divisar la salida, pero mis intenciones de salir solo fueron eso, intenciones, ya que con un movimiento rápido una sombra apreció frente a mi tomándome con una fuerza descomunal y lanzándome al otro lado del callejón con fuerza, golpeando mi cabeza con el impacto. De la nada otras seis figuras aparecieron, no sabía que eran, o que querían, pero al verlos pelear con esa brutalidad, sabía que no sería nada bueno, tenía que salir de aquí.

Me tomó un segundo darme cuenta que no podía atravesar el callejón sin salir lastimada, las escaleras sobre mi estaban demasiado altas siquiera para intentar alcanzarlas, solté un chillido de terror cuando una sombra apreció frente a mí, retrocedí unos pasos estupefacta, pero desapareció al notar a la imponente figura tras de ella, el castaño se acercó con una velocidad sobrehumana y tomó mis brazos haciéndome enfocar mi vista en aquellos penetrantes ojos avellanas, sangre corría de su ceja derecha y tenía unos cuantos cortes en el labio inferior que el parecía ni siquiera notar.

Una ola de oscuridad nos envolvió por un segundo, mi piel se erizó como si de la electricidad se tratase, cientos de vibraciones tomaron el control de mi cuerpo y un chillido salió de mis labios mientras cerraba mis ojos con fuerza intento calmar las múltiples sensaciones en mi cuerpo, las frías manos en mis brazos deshicieron su toque y fue ahí cuando lo noté, ya no estábamos en el callejón, esta vez la oscuridad de la noche solo era iluminada por la luz de la luna, pero además de ello, no podía identificar nada más que arboles a mi alrededor.

— Cómo... como es que— Las palabras se cortaban en mi boca de la misma forma que quería salir.

¿Qué diablos había pasado? ¿Cómo demonios llegamos aquí?

Eran las preguntas que mi boca incoherentemente intentaba formular, pero que de alguna manera no era capaz de emitir. Mis temblorosas manos tocaron mi rostro con desesperación, tengo que despertar, esto es una pesadilla, es solo otra pesadilla, me repetí intentado calmar mi agitado corazón. El miedo seguía latente, más en este punto de la noche era lo último que podía sentir, mis latidos acelerados eran acallados por las fuertes respiraciones que comenzaban a ser cada vez más descontroladas, necesitaba aire, necesito respirar.

Me removí por todo el lugar una y otra vez intentando coger una bocanada de aire que llenara mis pulmones, pero era imposible.

Es un ataque de pánico Max.

Sabía lo que sucedía, pero no podía controlarlo, no podía respirar. Mis ojos lagrimearon, pestañeé repetidamente encogiéndome en el suelo, mi vista se volvió borrosa con las lágrimas, por lo que no pude distinguir a la figura encogiéndose junto a mí y tomando mi rostro, el movía sus labios, estaba diciendo algo, sin embargo no podía oírlo, lo único perceptible por mis oídos era mi corazón acelerado y mi respiración descontrolada.

BLACK WATERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora