cap.4

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Una pequeña luz se divisaba entre la oscuridad de la habitación, aquel cuerpo inmóvil se encontraba descansando.

Parecía todo perfecto y sereno, los grillos se escuchaban resonar en las ventanas, la Luna parecía otra estrella por lo fuerte que brillaba.

El chico que se encontraba en la habitación parecía soñar plácidamente, sin embargo comenzó a moverse de un lado a otro mientras jadeaba.

Un llanto comenzó a hacerse presente en la casa, solo podía provenir de una persona, el chico despertó alterado al darse cuenta de quien se trataba.

Tocó sus mejillas comprobando su teoría, efectivamente era él quien lloraba, su respiración estaba agitada y su piel más blanca de lo habitual.

Se abrazó para consolarse sin que ninguno de sus amigos se diera cuenta, pero recordó que la pelinaranja había salido a casa de sus padres.

Se tranquilizó y volvió acostarse, estaba quedando dormido cuando escuchó como los pasos de alguien se acercaban.

La puerta se abrió dejando ver a un chico de cabellos oscuros cansado y bastante preocupado.

-¿pasa algo Norman?

El recién nombrado volvió a sentarse sobre su cama dejando al descubierto su rostro demacrado.

- No lo sé, desperté llorando, pero no recuerdo que soñaba.

Explicaba el porque de su llanto mientras notaba como el azabache se acercaba, se sentó a su lado acariciando su espalda, seguido de eso se re costó haciendo un ademán a Norman para que este también se acostara.

-no te preocupes, yo estoy aquí.

A Norman se le hiso tierno el como Ray se preocupaba, era bastante raro verlo tan calmado, podría decirse que era por la falta de sueño que parecía drogado y cansado, pero para Norman era lo más lindo del mundo, quitando el hecho de que Ray no dormía lo suficiente, se le hacia lindo que estuviera allí.

Estuvieron bastantes minutos en silencio, Norman todavía no se acostaba, pensaba que cosa pudo haber soñado para quedar así, técnicamente el nunca soñaba o eso creía.

Se dió vuelta para ver a Ray quien ya se encontraba durmiendo, su lenta respiración se escuchaba, se veía tan feliz y cómodo en su cama, le invadieron las ganas de abrazarlo y besar sus mofletes.

-Ray, ¿te dormiste?

-mhmm, ah perdón, ¿que decías?

-olvídalo...

Volvió a su posición ignorando a Ray quien parecía dormir a gusto, aunque no fuera su habitación. Para Norman era difícil dormir en un lugar que no sea su cama, encontraba increíble como a Ray le resultaba tan fácil.

Estaba nervioso de igual manera, antes era normal dormir los 2, pero estos últimos meses se sentía nervioso estando en una misma habitación con el azabache. Rendido se acostó en su cama quedando a la par con su compañero.

Quería dormir, pero no podía simplemente sabiendo que a su lado estaba el causante de su alboroto mental. Miró nuevamente a su amigo quien se encontraba durmiendo tranquilamente en la comodidad de su cuarto, se volteó para quedar frente a su rostro.

Mordió su labio inferior al pensar que podría besarlo, estaba allí, frente a él durmiendo como una piedra. Este tenía el sueño pesado así que no se despertaría con eso.

Se acercó tímidamente, juntó sus manos con las de el contrario gritando internamente por eso, sentía el roce de sus labios y la húmeda respiración contraria chocar contra su nariz.

p i r ó m a n oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora