cap.19

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–¿seguro que no tienes problema alguno?

–si, no se preocupe– respondido en un tono bastante tranquilo dejando a su profesor sin duda alguna que era el indicado.

–muy bien Ray, no olvides que estás a prueba un tiempo, por lo que no te pagaran hasta ahora. Me sorprendes cada día más muchacho- revolvió los cabellos de su alumno, recibiendo una cálida sonrisa de su parte. Una vez su profesor se fue corrió a toda prisa a su salón, no creía que había postulado para un trabajo de diseño gráfico.

La atenta mirada de Anna no lo dejaba en paz, mucho menos celebrar en la conformidad de su soledad.

–¿qué?– levantó una ceja arrugando un poco su labio, esperaba impaciente una respuesta rápida de la rubia frente a el.

–¿no me dirás que sucedió?– no tenía ni idea si Anna sabía o no sobre la postulación, aunque lo dudaba rotundamente, seguramente solo estaba de curiosa otra vez. Solo le comentó lo de hace rato, allí estaba la respuesta que esperaba, un desafinado gritó provino de su amiga, agitaba sus brazos de un lado a otro cual fangirl. No era por ser malo, pero se preguntaba que había hecho de mal en su vida pasada para merecer pedazo de amiga.

–deja de gritar– para su suerte le había hecho caso, dejó la Sala en el silencio que estaba.

–¿le dijiste a Emma?– no respondió, no tenía ánimos despues de todo, solo asintió pasando sus manos por el resto de su rostro. No había pegado ojo la noche anterior. Quedó muy preocupado por su plática con su madre, la estaba llendo a ver más seguido, creía que le faltaba reconstruir su relación madre e hijo. No se esperó por nada del mundo tal trato que le dió.

Lo recordaba perfectamente, no se lo dijo ni a Emma y Norman, no quería preocupar los más, sobre todo a Emma, ella era quien necesitaba descansar.

–¿oye? Tierra llamando a Ray.

–disculpa, estaba pensando en otra cosa– apoyó su cabeza en la mesa que lo separaba de su amiga, estaban cómodos junto a la calefacción, hablando como cualquier otro día. Las típicas preguntas incómodas de Anna a Ray sobre su relación, las burlas de Ray por decirle que se quedaría sola y con 50 gatos.

–Nat y yo estamos saliendo– Ray tragó aire en seco, su boca era una perfecta 'o', sus ojos estaban como platos –si te lo dije era para que le digas algo, no para que quedes ahí todo plasmado.

Se disculpó por su reciente escena, pero estaba muy impresionado, conocía a Nat solo de vista, Norman ya se lo había presentado. Era un buen chico, pero no creía que él y Anna pudieran llegar a tener algo.

–cambiando de tema, descubrí algo más– la rubia se dio la vuelta, sacando lo que sería su 'material de investigación' de su mochila, dejando las carpetas y computador sobre la mesa.

Ray se cambió de asiento, ahora estaba al lado de su amiga, revisando los papeles uno por uno, ninguno era tan interesante como pensaba. Todos eran lo mismo, firmas de su madre y canales de televisión, sumas de dinero otra vez, hasta que leyó el último. Su padre también estaba al tanto, porque ahora no sólo se veía la firma de su madre, la de él también.

Luego de leer, dejó aquellos papeles en la carpeta, fue llamado por Anna quien le mostraba otro documento más en el computador. En este había una larga noticia que jamás fue publicada, que estuvo pérdida durante mucho tiempo. En aquella se leía sobre el incendio, pero más detallada que antes, muy diferente a los que el ya conocía.

–no entiendo mucho– decía intentando sonar confundido, leía lo mismo una y otra vez los mismos periódicos buscando una respuesta razonable, no creía en lo más mínimo su teoría.

p i r ó m a n oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora