Cuanto tiempo había pasado ¿2 semanas? ¿3 semanas? Si, ese tiempo había pasado, se encontraban dos personitas en el gran aeropuerto, con un cartel que decía:
"Bienvenida mamá"
Aunque con letras más pequeñas en una esquina estaba algo escrito por el Albino, tenía mucha vergüenza de haberlo escrito, pero ya estaba y no podía hacer nada.
A lo lejos se divisaba la silueta de Isabella, con Aires de grandeza caminaba entre medio de la multitud, llamando la atención por su compostura y grandes maletas, al ver a su hijo no dudó en correr a los brazos de este. Lo había extrañado demasiado, vió el cartel que Norman tenía, estaba bien decorado, se notaba que Emma igual lo había escrito, conocía la letra de los 3 a la perfección.
Se puso a buscar hasta los más finos detalles, como la zona que tenía brillitos, era obvio que una niña más pequeña había interferido, pero lo que mas llamó su atención fué en la esquina, con la letra de Norman decía perfectamente:
"Bienvenida suegrita, espero no me mate"
Isabella retrocedió observando delicadamente el rostro de ambos, dedujo claramente que pasaba.
-no me digas suegra, Ray ayudame con las maletas- en cierta forma eso los calmó, la conocían lo suficiente para saber que ya había aceptado su relación.
El viaje estuvo tranquilo, sin interrupciones, Isabella extrañaba el paisaje rupestre, la ciudad donde había pasado la mayor parte del tiempo con su hijo, era especial.
Como no tenían más habitaciones en su casa, Isabella debía quedarse en un hotel, no estaba lejos de su hijo, además que el precio era razonable a lo que podía pagar por su tiempo de estadía.
Llegaron al hotel, la habitación era grande y cómoda, Norman nunca comprendió de donde sacaba tanto dinero la madre de Ray, sabía que en sus años de juventud Trabajó como una abogada exitosa más aún la fortuna que le dejó Leslie antes de morir, pero jamás creyó que fuera tanto para manterla, creía que en algún momento Ray debía ayudarla con los gastos financieros. Una vez terminado desempacar el Albino se retiró dejando a madre e hijos solos, debía dejarles su espacio y no quería entrometerse en nada.
Gesto que fué entendido por su suegra y novio, sin nada más que decir se retiro. Isabella miro de manera amenazante a su hijo.
-¿cuando me dirías que sales con Norman?- levantó una ceja, su caminar era lento sin dirección alguna -no es que no me guste la idea, pero al menos pudiste avisarme, soy tu madre de todos modos.
Típico sermón madre a hijo pensó Ray, después de la plática con Anna ya no sabía que pensar de la mujer a quien llamaba madre, algo debía esconder y eso no le gustaba.
Era muy pronto como para ponerla de frente, ser muy obvio levantaría sospecha, así que simplemente actuaría como Ray, fastidiable y brillante.
-no es para tanto, solo me habrías dicho "que bueno", es lo que siempre dices y desapareces unos días.
Tarde o temprano descubriría el secreto que su madre oculta, con o sin su consentimiento.
-bueno, ¿quieres comer algo? Así hablamos el tema de tu noviazgos, elegiste a una buena persona.
Los alagos no eran propio de ella a no ser que tramara algo, eso lo sabía a la perfección, pero si se dejaba manipular tan fácil también sería evidente, debía ser cauteloso con sus movimientos, tal cual un juego de ajedrez.
-no inventes, vayamos a comer y así hablamos de un mejor tema.
El juego había comenzado, sin saber quién ganaría.
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p i r ó m a n o
Fanfictiontécnicamente la historia es de eso ¿no? para Norman es bastante difícil querer a alguien que apenas le muestra cariño, peor aún, que esa persona sea pirómano, no conoce nada del pasado de su amigo y quiere ayudarlo. Pero ¿cómo lo haría sin dañarlo...