¿Existe la magia?
Los más jóvenes, tanto de reinos civilizados y tribus salvajes, desconocen la respuesta a esta simple pregunta. Aunque hay una que pueden responder de forma afirmativa e inmediata, sin ninguna duda o vacilación posible: "¿Existen...
Era la palabra que describía a Enji, el Rey Demonio, el Rey del mundo.
No habían reinos ni separación de especies, todos habitaban el mundo en el lugar que quisieran, aunque claro a riesgo de encontrarse con los demonios. Aquellas criaturas grotescas, fuertes y crueles que gobernaban sobre ellos.
Diversos paisajes, bellos, maravillosos pero su gloria se reducía horriblemente garcias a la falta de luz y no de una forma metafórica, sino literal. El sol siempre estaba ocultó tras gruesas nubes que a pesar de ello dejaban pasar el calor, por lo que prácticamente estaban envueltos en un ambiente sofocante, habían ciertas criaturas que la pasaban realmente mal para sobrevivir.
Después de varias décadas de reinado, Enji se topó con un obstáculo, un obstáculo invencible que lo obligó a retirarse a un apartado lugar y vivir en la miseria.
Toshinori Yagi, un humano con una desmesurada fuerza y la ayuda de ciertas criaturas mágicas, se alzó contra él y su tiranía. Llevando una espada más grande que su propio cuerpo le causó una profunda herida que ocupaba la mitad izquierda de su rostro (desde la frente hasta la barbilla), naturalmente los demonios podían regenerar cualquier extremidad si era cortada y recuperarse de cualquier herida sin importar su profundidad pero aquella perduro, pues fue hecha por una espada bañada por magia especial.
Fue expulsado de su reino, de sus tierras y con sus seguidores más fieles hacia un lugar inhóspito.
Después de varias décadas más y tras recuperar fuerzas, Enji formó el Reino Ogon y vivió allí junto a los suyos siendo vigilados por una tribu extraña, pues Toshinori se había encargado de hacer sus propios asuntos desde su exilio.
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Toshinori viajaba alrededor del mundo buscando aventuras y arreglando problemas, principalmente encargandose de aquellos demonios rebeldes que aún seguían esparciendo la oscuridad por ahí, atormentando a los indefensos. Enviándolos al reino del destierro, a Ogon.
Durante su viaje se encontró con personas que vivían cerca a Ogon pero lejos de cualquier civilización, se mantenían ocultos y no solían atacar, eran muy pacíficos pero le costó mucho ganarse su confianza.
Pronto se percató de su gran fuerza e inteligencia dirigida a la lucha, eran hábiles, su mente se iluminó con una idea que probablemente rechazarían de inmediato.
—¿Quieres que nosotros, simples humanos, seamos tu primera línea de ataque en caso de que decidan actuar?
Toshinori asintió hacia la joven líder, Mitsuki era una hermosa mujer que apenas alcanzaba dos décadas de vida, su pareja, Masaru era unos años mayor pero siempre permanecía a su lado utilizando su lado racional y tranquilo para apoyarla. La rubia lo meditó con cuidado y le pidió tiempo para pensarlo, después de todo, aquel favor podría transformarse en una misión suicida.