демон [Todobaku]

двенадцать

Era una sensación sofocante y dolorosa, su cuerpo se sentía pesado y le resultaba imposible moverlo, aunque sus ojos estaban abiertos no era capaz de ver, tampoco escuchaba ¿Por qué le parecía tan familiar esa situación? No recordaba lo sucedido, no sabía donde estaba o cuánto tiempo llevaba ahí, su mente estaba completamente en blanco pero vagando en una oscuridad infinita. Frío, podía sentir frío, mucho frío.

¿Calor?

De pronto, su cuerpo que era congelado por algo desconocido, comenzó a sentirse cálido y luego sentía como si su piel fuera calcinada. Su boca se abrió en un grito que creyó sería estridente pero ningún sonido salió, se retorció aún sin poder ver, su cuerpo parecía estar expuesto a lo desconocido y él no podía hacer nada para cambiarlo. Volvió a hundirse en la fría oscuridad, su cuerpo no soportó más aquel dolor, un dolor que sabía había vivido una vez en el pasado pero no recordaba la situación que lo llevó a ello.

—¿Siempre has podido hacer esto, Drakon?

Katsuki estaba sentado en el suelo con un pequeño dragón rojo de ojos dorados que resultaba ser aquella enorme "lagartija" que encontró varios días atrás, Drakon (el nombre que había escogido después de saber lo que era) emitió un sonido extraño que parecía afirmar ante su pregunta, aún se cuestionaba si realmente podría entender lo que decía o era él el que lo creía.

Katsuki había cuidado del dragón hasta que se había curado, llevándole comida y limpiando sus heridas, utilizando también ungüentos naturales hechos por él mismo con hierbas. Después de su recuperación, Drakon lo dejó montarlo llevándolo sobre las nubes y enseñándole paisajes que nunca hubiera podido apreciar si no fuera por el dragón, poco después lo había llevado a un pueblo pequeño donde todo era extraño y nuevo para él.

No había estado mucho tiempo ahí pero había logrado adquirir un poco de información, descubriendo que Drakon era uno de los últimos dragones existentes, además de que había resultado herido tras pelear con diversos demonios para defender su hogar. También había descubierto que aquel pequeño pueblo pertenecía al Reino Magiya, un reino que se mantenía en contacto con lo desconocido y lo sobrenatural, con la magia misma. Además de información sobre un reino vecino que visitaría en muy poco tiempo.