Asimilando nuestro fin

7 3 0
                                    

Estuvimos comprado más alimentos pues los que habíamos comprado estaban deteriorados por culpa del terremoto y sus secuelas. Nos llevamos otra tanda de los mismos alimentos que compramos la última vez en el mismo supermercado, así iríamos con más provisiones hasta que llegásemos al planeta, si conseguimos llegar claro. Mis padres, mi hermana, Robert y yo nos habíamos marchado a refugiarnos a un gran
gimnasio de un instituto que había cerca de nosotros. Allí nos darían cobijo con los demás ciudadanos sin techo.

Esperamos a que llegara la noche para seguir investigando la nave
tranquilamente. De nuevo, nos colamos entre los escombros del laboratorio y estuvimos mirando por dentro pero todo parecía correcto. ¿Cuál era el fallo? Estuve mirando con admiración como trabajaban los dos científicos pues la ciencia es alguna de mis facetas preferidas pero aún me quedaba mucho por aprender. Nunca se sabe lo suficiente, ni siquiera el científico más sabio lo sabe todo en su campo.

Salí fuera sola porque ya empezaba a agobiarme con toda aquella mecánica y miré hacia el cielo contemplando las estrellas relucientes. Empecé a reírme sola y no por gusto, sino porque las ironías de la vida y las situaciones surrealistas
me hacen sonreír sin remedio. ¿Por qué no? Seguramente si no lo hiciera, en todo caso, lloraría por la angustia, así que riamos mientras podamos.

Robert salió afuera.

—¿Por qué te ríes?

—De nada. Cosas mías.—Hubo silencio y miré al suelo—Estaba pensando en qué pasará con la tierra después del juicio final.

—Pues según dicen algunos científicos, el ciclo de la vida seguirá y surgirán otras especies. Mira a los dinosaurios, algunos pudieron sobrevivir al apocalipsis y evolucionaron con los milenios. Quizá ahora pase lo mismo, quizá algún ser pueda salvarse y evolucionar. Los seres vivos aunque no lo creamos, somos más fuertes de lo que pensamos.

—¿Y tú qué piensas sobre esa teoría en particular?

—Pues... No lo sé a ciencia cierta. Lo que se dice son probabilidades. Creo
que el planeta revivirá tras millones de años cuando la superficie se enfríe de lo que vendrá. Y si no sobrevive ningún animal, lo harán las bacterias o microorganismos que se adaptarán al calor o al frío. Todo en esta vida es adaptarse al mal o al bien.

Miré de nuevo hacia abajo, pensativa y suspiré.

—Oye, te pasa algo. Lo sé.

—No, es que sólo soy sensible con el planeta. Él me dio la vida, todo lo que sé, todo lo que soy, todo lo que he sentido, conocido, todos los
sentimientos, todos mis amigos, mi familia... Soy una inútil—Empecé a llorar.

—No te preocupes—Me abrazó—Tienes a tu familia, al profesor y a mi. Estamos todos juntos en esto. Tenemos un mismo destino que cumplir y tenemos que colaborar por ello.

—Gracias por todo, Robert. Eres un buen amigo.

Volví a mi posición. Algo me llamó la atención pero volví a cambiar mi atención cuando de pronto, el profesor nos llamó y fuimos hacia dentro corriendo. Nos dijo que debajo de los cables había una boyadura en el motor y que en arreglarlo tardaría mínimo una semana. Tenía que comprar piezas de repuesto y sacar poco a poco el motor dentro de la selva de cables frágiles. Un error más y moriríamos con el planeta. No podíamos perder tiempo pero estábamos cansados de no dormir lo suficiente por lo que ahora tocaría descansar aunque el reloj siquiera corriendo.

La salud actual es vital para seguir adelante pero era en vano. El sueño no venía hacia mi como en muchas ocasiones y mis ojos se abrían como platos sin razón alguna. Creo que mi subconsciente me estaba avisando de algo que ocurriría pero no sabía el qué.

10/12/2045

EL SONIDO DEL MAÑANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora