Una esperanza

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Vimos por última vez el lugar donde mi hermana pequeña y yo crecimos. La mesa donde nos escondíamos de mis padres, la sala de estar donde bailábamos todos, la cocina donde se crearon todos los buenos platos de la casa, el patio trasero donde jugaba con mis mascotas y mis primas. Vimos como nuestros recuerdos venían a nuestra mente como si de una película se tratase como cuando estás a punto de morir. Hasta este punto tuvimos que llegar. ¿Hay necesidad de dejar nuestro hogar para salvarnos? Si el ser humano hubiera sido más precavido no habríamos llegado a este límite. Yo siempre me consideré más precavida, como curiosidad, por lo que esto era demasiado chocante para mi... Salimos todos llorando de mi casa y sollozando pero no había vuelta atrás. Tomamos las maletas y nos fuimos al aeropuerto más cercano y en 3 horas llegamos a nuestro destino. Salimos del aeropuerto angustiados y con temor en nuestros cuerpos, algo que no se lo desearía a nadie. San Eusebiano a pesar de ser un lugar pequeño tenía muchos habitantes por lo que sería casi imposible encontrar a ese tal James Juárez. Estuvimos preguntando por algunos establecimientos, restaurantes del lugar, comercios... 2 horas tiradas a la basura. Mi familia y yo nos sentamos a descansar en un banco porque hacia demasiada calor. Estuve harta, hartísima de no encontrar lo que buscaba. Quería gritar... Algo me decía que lo hiciera. Por suerte creo que tengo buena intuición.

—¡¡¡¿ES QUE ACASO ES TAN DIFÍCIL ENCONTRAR A JAMES JUÁREZ?!!!

Todos los robots, personas y demás seres se quedaron perplejos ante el rebote de mi voz más allá de aquel lugar. De repente, una sombra se acercó tras de mi y me puso su mano en mi hombro. Me asusté.

—¿Me estabas buscando?

Giré mi cabeza hacia mi hombro y me pareció ver un tentáculo

—¿Quién eres?

—Soy James, James Juárez.

—Eso es... Impo...—Temblé—. Eres un aliení...

Mi cara era un poema

—Sí lo soy pero llevo en la tierra mucho tiempo trabajando no te preocupes. ¿No eres de aquí verdad? Nunca te había visto por las cercanías.

Estuvimos algún rato hablando y por fin lo entendí todo. James Juárez llegó a la tierra hace 15 años y pudo cambiar sus papeles para ser un ciudadanonorteamericano pero con la condición de que se pusiera un nombre adecuado para vivir y ser ciudadano legal. Optó por el mismo. Tenía aparentemente forma antropomorfa pero sus extremidades eran tentáculos y su piel de color verdosa con sarpullidos amarillos. Nos guió hasta su casa y hasta su laboratorio pues trabajaba como científico con su bata y todo. Él también estaba concienciado con la ecología y nos contó que ni en su planeta natal existe tanta harmonía como en este planeta, bueno cuando existía aquella harmonía... Ahora la harmonía se ha acabado en la tierra.

Fue un extranjerísimo muy amable y nos enseñó a su ayudante de laboratorio.

—Os presento a Robert, también es Español. Casualmente vino a buscar
trabajo como auxiliar de laboratorio aquí y lo contraté. Es el mejor que he tenido hasta ahora.

Después de las presentaciones, fuimos al grano y le pregunté yo misma sobre aquella máquina del tiempo que él mismo tendría.

—Profesor James, ¿Tiene una máquina del tiempo capaz de liberarnos de los errores que ha cometido el ser humano?

—Eres sensible. Por lo que dices lo sé, pero siento decirte que no tengo ninguna máquina del tiempo disponible en este momento, lo siento.

De repente me desplomé en el suelo, lo golpeé y me eché a llorar como una perdedora. Todo lo que había hecho hasta llegar aquí había sido
inútil??!!...

—¡Pero tengo otra cosa mejor! ¡Tachán-Tachán!

Quitó una sábana que había sobre algún montículo extraño y apareció una máquina. Me levanté del suelo con esperanzas.

—Os enseñaré una máquina que puede transportarnos hasta el planeta W-139. Aún podemos salvarnos.

—Pero los demás humanos van al planeta T-1267, en la galaxia de Andrómeda.

—No lo sabía. El problema es que ya he insertado las coordenadas en la máquina y no la puedo reprogramar. He buscado exhaustivamente cada planeta habitable y según los análisis de mis estadísticas, este es el más apropiado. Chicos, ¿Queréis seguirme?

5/12/2045

EL SONIDO DEL MAÑANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora