Todos estábamos desesperados por encontrar alguna respuesta a nuestros problemas. Por una parte estaba nuestro profesor secuestrado y sin él, no podíamos llegar a ningún sitio pues no podríamos llegar a un planeta habitable antes de que la tierra colapsara. Sobre todo, es nuestro amigo y no podíamos dejarle morir, sería muy injusto tanto para él como para nosotros... Nos pusimos a buscar información por todos los medios para saber más acerca de las debilidades de nuestro enemigo y así poder atacar de alguna forma para rescatar al profesor, pero, ¿qué deberíamos hacer ahora? No teníamos ni idea de como empezar. Estábamos desorientados y mareados. Los síntomas del fin del mundo estaban acaeciendo y ya casi ni teníamos suficiente aire para respirar en el planeta. Salimos a la calle y el cielo ya tenía un color naranja extraño. Miramos a nuestro alrededor, las personas empezaban a toser sin aire y algunos estaban ya en el suelo. Los animales también habían caído en esta batalla que no les concernía.
Me tranquilicé e intenté olvidar todo aquello, intenté ser fría, como si realmente no me importara. ¿Engañarme a mi misma para sentirme mejor? ¿Acaso eso tenía sentido?
Estaba leyendo el periódico digital para encontrar alguna información acerca de la banda de contrabandistas de Nerón y encontré algo inesperado. Me pareció interesante incluir esta información en mi diario para que todos supieran la verdad sobre el sufrimiento de nuestro planeta a lo largo de este siglo:
"El sida, la gripe A, el ébola, el coronavirus, peste bubónica... etc. Cada cierto tiempo, un nuevo brote de una terrible enfermedad puso en jaque a la humanidad. Sus orígenes fueron diversos pero hay un factor que claramente aumentó el riesgo de transmisión de este tipo de enfermedades: la pérdida de bosques y biodiversidad.
Los bosques eran el hogar de miles de especies animales diferentes, muchas de ellas portadoras de virus, bacterias y otros microorganismos a los que el ser humano no había estado expuesto. La tala y la deforestación, en particular en los bosques tropicales como el Amazonas y el Congo, ha permitido que los seres humanos hayan entrado en contacto con estas poblaciones de fauna silvestre. El resultado fue un incremento de las llamadas enfermedades zoonóticas (que proceden de los animales).
El comercio internacional de animales salvajes también aumentó el riesgo de transmisión de estas enfermedades a humanos, y por eso debió ser necesario prohibir los mercados donde se comercializaban con estas especies. Permitimos que las empresas y sectores de la soja, el aceite de palma, la madera, el papel o la carne tuvieran relación con la destrucción de los bosques y podríamos haber actuado antes de que nos arrepintiéramos de todo esto. Por otra parte, el mes pasado fue el más caluroso de la historia de nuestro planeta desde que se tienen registros, y este mes de Diciembre va por el mismo camino. El mundo se asfixia bajo la segunda ola de calor de este "invierno", que está registrando temperaturas récord, con zonas de Francia que han alcanzado los 45,6º C y en España se han alcanzado temperaturas de hasta 51,5 ºC. Desde hace años el calor asfixiante no solo se vive en la superficie, también en los océanos, donde la temperatura del agua se ha disparado tanto que muchas de las ciudades más importantes del mundo han sido arrasadas por la fuerza de los océanos y la naturaleza. Esto es debido a que los océanos absorben y acumulan el calor y la vida marina que habita en ellos se encarga de capturar el carbono en la superficie y almacenarlo a gran profundidad. Sin este servicio esencial, como curiosidad, nuestra atmósfera contendría un 50% más de dióxido de carbono y la temperatura del planeta sería tan alta que se volvería inhabitable. De hecho, al día de hoy es casi inhabitable debido a las situaciones que ya estamos viviendo.
Un millón de especies se han extinguido desde que empezó el siglo hasta este año actual de 2045. Es la peor cifra en la historia de la humanidad, considerada como la sexta extinción de la Tierra. Las actividades humanas han alterado la mayor parte de los mares y el suelo. Hemos deforestado los bosques, los manglares, destruido los arrecifes de coral, los océanos, contaminado los ríos..., una pérdida de biodiversidad mundial sin precedentes debido al impacto humano, que pudimos revertir antes de que supusiera una amenaza para nuestra propia supervivencia... Todo esto nos ha llevado a nuestra propia extinción.
La contaminación viene de la mano e igual relacionado con nuestra existencia: 20.000 toneladas de combustible diésel se han vertido al año en una zona con fauna y flora protegida dentro del Círculo Polar Ártico. Más de 20 kilómetros de ríos han sido contaminados, y el combustible diésel se extendió hacia mar abierto, con un grosor de la capa de productos petroquímicos que alcanza los 20 cm, en el que ya fue uno de los mayores accidentes con productos petroleros en el Ártico. El daño ocasionado por el vertido ascendió a 130 millones de euros pero, ¿quién pagaría? Parece obvio decir que quien contamina paga, pero no es así. Lo que está claro es que nuestro planeta pagó las consecuencias.
En cuanto a la extinción de animales debo decir que el número de pingüinos barbijo en la Antártida ha disminuido casi un 98% desde la última vez que se hizo un recuento, a principios de 2040. El equipo científico que ha participado en la investigación señaló que todo apunta al cambio climático como el principal culpable.
Y hablando de cambio climático: Nestlé, Unilever, Procter & Gamble y Mondelez estuvieron relacionados con los casi 100.000 incendios que se han producido cada año en Indonesia. Mientras la selva tropical de Indonesia es devorada por las llamas, las grandes marcas de la alimentación siguieron comprando aceite de palma a productores relacionados con los incendios y la deforestación. Por mucho que Nestlé y compañía se empeñen en mostrar una "fachada verde y sostenible", todas las investigaciones señalaron que sus cadenas de suministro estaban manchadas de delincuencia y destrucción de los bosques. A hoy día siguen sin hacerse responsables.
En lo que va de siglo, más de 900.000 personas en Indonesia y, otros millones en el mundo, han sufrido infecciones respiratorias agudas debido al humo procedente de los incendios forestales. Casi 100 millones de niños sufrieron daños físicos y cognitivos de por vida debido a la contaminación del aire por este motivo.
Los útimos diez años fueron decisivos para hacer que la temperatura media en todo el mundo no superara los 1,5 ºC y salvar el planeta."
Ahora el pasado es historia no contada y el futuro una muerte asegurada.
18/12/2045
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EL SONIDO DEL MAÑANA
Khoa học viễn tưởngEl fin del mundo llegará a finales de 2045, según los científicos, debido al colapso que provocará el cambio climático. Quiero llegar al mundo para que así podamos cambiarlo un poco más, si es que podemos. Para ello, debemos reflexionar y exigir a l...