XX. La fuerza del ser humano

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Las Sombras se amontonan a nuestro alrededor, su energía es tan abrumadora que cuesta respirar. A pesar de que mi visión es borrosa y mis ojos duelen y sangran, puedo ver con claridad el aura oscura que nace de los enormes monstruos. Oigo los acelerados latidos de mi corazón resonando a través de mis venas. Debo proteger a los niños y a Skylar, pero si el Fénix me falla... No quiero darle más vueltas, no tengo más opción que intentarlo.

―Abrid la ventana y saltad de este tren, hay varias capas de nieve que os protegerán tras la caída ―dispongo, mirando de reojo a Skylar, cuya espalda está pegada a la mía.

Skylar desvía su mirada a Elsie y Ezra. ―Ya habéis oído.

―Tú también, Skylar ―corrijo, sin quitarle la vista a las Sombras, que cada vez se acercan más a nosotros.

―Si tu plan es enfrentarte sola a estos monstruos otra vez, no pienso consentirlo, voy a pelear te guste o no.

―Nosotros también pelearemos, ¿verdad, Ez? ―interviene Elsie, subiéndose sobre la mesa.

El peliblanco asiente, cruzado de brazos.

Mis ojos se clavan en los dos niños, este no es momento de hacerse los valientes. Sin embargo, no me queda tiempo para reaccionar, una de las Sombras estira su brazo, tratando de aferrarse a Ezra, que se encuentra junto a la rubia.

Mi cuerpo exhausto crea energía y rapidez de la nada, agarro la extremidad del monstruo y lo tiro al suelo, evitando que llegue a rozar al joven príncipe.

―¡Abrid la ventana! ―ordeno, sosteniendo a la Sombra por el cuello.

Ezra obedece, deslizando el cristal hacia el lado. Las Sombras se arrojan sobre nosotros, intentando evitar que nos movamos. El monstruo que tengo a mis pies se desvanece, dejándome completamente descolocada. Un grito me congela donde estoy, estos poderes me impiden ver a los humanos, pero sé que es Elsie la que ha gritado con miedo. ¿Dónde está? No encuentro su silueta.

―¡Elsie! ―la llamo, sin recibir respuesta.

De repente, mis ojos captan la figura desdibujada de Ezra. Una Sombra tira de la banda del bolso que guarda el libro, mientras él sostiene el saco con todas sus fuerzas, tratando de evitar que se lo roben de sus manos... ¿Acaso es eso lo que buscan? ¿El libro de Caleb? Doy un paso hacia delante, preparada para atacar al monstruo por la espalda cuando, sin previo aviso, un disparo cruza tras mi nuca, haciendo que me agache. Al mirar a mi derecha, veo una Sombra tirada en el suelo del vagón.

―Si lo que quieren es el maldito libro, que lo cojan y se vayan ―declara Skylar, enganchando lo que parece ser una pistola en su cinturón.

―No podemos dárselo por esa misma razón, Skylar, si lo quieren es porque debe ser muy importante ―discuto, sin dejar de avanzar hacia la Sombra que amenaza a Ezra.

―S-Se han llevado a Elsie ―titubea Ezra en cuanto estoy lo suficientemente cerca como para oírlo con claridad.

Mi estómago se retuerce. De un codazo en el cuello, aparto a la Sombra, que cae con un quejido similar al de un animal lastimado, asustando a las demás, que se esconden tras algunos asientos. Estas Sombras son más débiles que otras a las que me he enfrentado antes...

―¿Dónde está? ¿Quién se la ha llevado? ―pregunto inquieta, poniendo mis manos sobre los hombros del príncipe.

―D-De repente alguien la agarró por los hombros y la arrastró a través de la ventanilla...

―No puede ser... ―mascullo, apretando los puños.

―Yo me quedaré con el libro, no podemos dejar que los enemigos ataquen al príncipe ―sugiere Skylar, extendiendo su brazo en dirección a Ezra.

Lilith: desolación [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora