Estaba pasando un momento increíble con Derek, nunca lo creí posible. Ya saben, su inmadurez y arrogancia no son una buena combinación. Pareciera que se olvido de quien es en verdad, o estoy conociendo al verdadero Derek.
- ¿Quieres mas palomitas? - Mi cabeza descansaba sobre su muslo.
- ¿Que te picó? - Dije sin rodeos.
- ¿De que hablas?
- ¿Porque te portas tan bien conmigo, ahora? - Rió cálidamente.
- Siempre lo hice - Exploté en una risa sarcástica.
- ¿Como esa ves que me sacaste mi ropa interior? O ¿Cuando te me insinúas de una manera repugnante? - Me senté tipo indio para así poder mirarlo directo a los ojos.
- No arruines el momento.
- Pero...- Me interrumpió.
- Dije, no arruines el momento - Puso su dedo índice en mis labios.
Hay veces que me olvido lo que en realidad es Derek. Con tan solo escuchar su voz mi piel se eriza causándome escalofríos, quien iba a pensar que me sentiría atraída por un fantasma.
- ¿En que piensas? - Estaba jugueteando con mi cabello.
- Tengo tantas preguntas sin responder...
- Menos mal que dije no arruines el momento - Suspiró - ¿Que quieres saber?
- Exactamente que eres.
- Una persona que murió a los diecisiete años quedando estancado en esa edad - Se lo podía notar mas tenso.
- Derek si no quieres hablar de esto lo entiendo.
- Tienes todo el derecho a saber - Suspiré.
- ¿Tu familia?
- Todos murieron - Tragó saliva.
- ¿Que paso?
- Digamos que no tendría que haber hecho muchas cosas y pague el precio con lo que mas me importaba y lo sigo pagando.
- Pero ellos no están... ya sabes ¿"Del otro lado"? - No sabía como expresarme sin herir sus sentimientos. Era tan fuerte...podía verlo.
- ¿Te refieres al cielo? - Asentí - Eso es pura mierda de iglesia - Soltó molesto. Sabía que tenía que dejar de hablar. Le sonreí tímida.
- El que llega ultimo a la cocina paga el helado - Dije empujándolo y empezando a correr.
- Gané - Entrecerré los ojos.
- Como llegaste tan rapid...ah - Rió - De todos modos lo iba a pagar yo.
- Chocolate y frutilla - Dijo entregándome el teléfono con una sonrisa.
- Te odio - Sonreí al ver su sonrisa. Marqué el numero y pedí un kilo de cada gusto - ¡Dios! - Derek me miró confundido.
- ¿Que pasa Mia?
Tapé mis oídos y me tiré al suelo.
- ¡Duele! - Cada vez el sonido aumentaba, estaba destrozándome - ¡Mierda Derek haz que pare! - Grité cerrando los ojos con fuerza.
- ¡Déjala! - Abrí los ojos. El sonido ya no estaba y Derek tampoco.
- ¡Derek! - Grité - ¿Donde estas?. ¡No, no me dejaste sola otra vez! - Me arrastre hasta la pared y comencé a llorar.
- Mia - Una delicada mano acariciaba mi hombro. Abrí los ojos.
- ¿Mamá? - Lloré aun mas fuerte.
- Mi bebe - Dijo abrazándome.
- Perdón mamá.
- ¿Porque hija?
- Por encerrarte - Sorbí mi nariz.
- Descuida, ya me fui a un lugar un poquito mejor - Sonrió.
- ¿A que te refieres?
- No sabes lo arrepentida que estoy por haberte culpado por la muerte de tu padre, estaba enfermanente enamorada, mis ojos no me permitían ver la realidad - Dijo acariciándome el cabello - Esto no es como me lo imagine, pero es mejor que estar encerrada. De acá te observo y te cuido, se fuerte hija, lo peor esta por venir.
- ¡¿Como que es mejor que estar encerrada?! ¡Mamá! - Ya no sentía el calor de su abrazo. Limpiándome las lágrimas que resbalaban sobre mi mejilla agarré el teléfono y marqué al psiquiátrico.
- Hola - Dijo una voz femenina.
- Hola, me llamo Mia Evans, quisiera saber como se encuentra la paciente Beatriz Holt - Tragué saliva al nombrar la palabra "paciente"
- ¿En que habitación se alojaba?
- En la setecientos nueve.
- Lo siento.
- Setecientos nueve - Repetí por si no lo había entendido.
- Beatriz ha fallecido esta mañana. Hemos tratado de comunicarnos pero nadie atendía el teléfono.
- ¡Es imposible! - Grité llorando - ¿C-omo? - Tartamudeé. La mujer da un largo suspiro.
- Suicidio.
Aventé el teléfono contra la pared.
- ¡Mamá! - Grité con la esperanza de que me contestara - ¿Porque? ¡Porque! - Hundí mi cabeza entre mis piernas, no podía parar de llorar. Lentamente fui levantándome del suelo hasta apoyar las manos sobre la fría mesada. Recorrí toda la mesada hasta encontrarme con un cuchillo. Temblando lo agarré y vi mi reflejo en el. Fui recorriendo el filo de este con mi dedo hasta llegar a la punta. Lo coloque suavemente sobre mi muñeca de forma vertical.
- No quiero sufrir mas - Llorando hundí la punta del afilado cuchillo pero antes de que pueda hacer otro movimiento una mano me detuvo.
- ¡¿Que crees que estas haciendo?!
- ¡¿Porque no desapareces como siempre y me dejas en paz?!
- ¡¿Quieres terminar como tu madre?! - Le pegué una cachetada.
- ¡Lárgate de mi vida! - Trató de abrazarme pero se lo impedí largando puñetazos al aire. Con fuerza tomó mis brazos y me abrazo, era en vano tratar de sacarlo así que deje que me abrace - Soy huérfana Derek. No me queda nadie - Rompí en llanto.
- Suicidarse no es la solución Mia.
- ¿Y cual es sabelotodo? Hubieses salvado a tu familia entonces - Las palabras salieron sin previo aviso - Derek yo...- Me interrumpió.
- Estas enojada, lo entiendo.
- No fue mi intención.
- Lo se - Dijo acariciándome el cabello.
Nos quedamos callados por un largo rato.
- ¿Derek? - Rompí el silencio.
- ¿Si?
- ¿Que voy a hacer ahora?
- Vas a mostrarle al mundo esa hermosa sonrisa y sobre todo vas a ser fuerte.
- No creo que pueda.
- Entonces yo te voy a ayudar - Dijo besando mi frente.
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Holaa! Epaa, ¡Que capítulo mas corto Sofía! Si, ya lo se. Esta es mi ultima semana de clases y soy libre para escribirles capítulos largos y rápido. Déjenme saber si les gusto el capítulo con un voto y comentario. No se si este capítulo es lo que esperaban, se que fue medio raro pero la novela, o como quieran llamarle, ya va tomando su rumbo. Gracias por leer, hasta la próxima mis dark players! :)
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¿Jugamos? (PAUSADA)
Random¿Quieres entrar y jugar un juego? Pero no un juego cualquiera, uno bastante peligroso.