26. Día gris.

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Hoy en día...

Miré su lapida.

Cristophe Maindon 15/ 7/1998 - 27/ 3/ 2014.

- No entiendo que paso - Dijo Lauren cortando con el silencio. Desde aquel día no era la misma. Sus ojos ya no brillaban de felicidad, en cambio ahora estaban acompañados de dos enormes ojeras - ¿Por qué me dejaste? - Dijo arrodillándose junto a la tumba de Cristophe. Me arrodillé junto a ella y comencé a acariciar su espalda.

- El está allí arriba cuidándote - Dije tratando de subir su ánimo, pero empeoró.

- ¿Arriba? - Me miró a mí y después al cielo que estaba teñido de un color gris oscuro, una fuerte tormenta se aproximaba - Tiene que estar aquí cuidándome - Una lágrima resbaló por su mejilla.

Miré al cielo ¿Era verdad que el estaría allí cuidándola? ¿Estaba Cristophe en un mejor lugar? Mis ojos se llenaron de lágrimas, cayendo en la realidad. Cristophe había muerto, por mi culpa.

- Tu lo mataste - Las palabras de Lauren me desconcertaron.

- ¿Q-que?

- ¡Tu lo mataste! - Gritó furiosa.

- L-lauren y-yo - Negó con la cabeza.

- ¿Por qué no terminas con tu vida de una puta ves? Eso sería mucho mas fácil así gente inocente como Cristophe, dejaría de morir por tu culpa - Cerré los ojos con fuerza y luego los abrí. Me sentía mareada. Mire a Lauren que estaba con la mirada perdida. Solo fue mi imaginación.

- Lo extraño - Dijo y empezó a llorar.

La primera gota cayo, en mi brazo descubierto haciéndome estremecer. Luego otra y finalmente empezó a llover, no mucho.

- Vamos, hay que irnos - Dije suavemente. Lauren asintió y se paró. Tome su mano y la mire - Estamos juntas en esto - Reposo su cabeza en mi hombro. Podía oír los sorbidos de su nariz a causa de las lágrimas que estaba derramando. Acaricie su cabello y antes de irnos mire la tumba de Cristophe.

- Lo lamento - Dije tan bajo que Lauren no pudo oírme. Sin previo aviso una lágrima cayó de mi ojo, rápidamente la seque. Tenía que ser fuerte, no por mí. Sino por ella.

El cementerio estaba a unas pocas cuadras de la casa de Lauren. Durante todo el camino estuvimos caminando juntas, abrazadas para mantener el calor que el clima no nos daba. Cuando llegamos a su casa su madre nos recibió. Me ocupe de dejar a Lauren seca y caliente en su cama, para que descansara. Antes de irme le dije lo mucho que la quería, por si no la volviera a ver. Lily insistió en que me quedara porque aunque todavía no fuera una lluvia torrencial las gotas igual caían del cielo. Le dije que no se hiciera problema que yo llegaría a mi casa y la llamaría…mentira.

Salí de la casa de Lauren topándome con sus ojos marrón oscuros, que ahora parecían negros. Desavié la mirada y seguí mi camino.

- Mia espera - Dijo con la voz ronca. Obvié sus palabras y seguí caminando, ahora a un paso más acelerado - ¡No puedes seguir  ignorándome de por vida! - Exclamo. Me di la vuelta.

- Disculpa, pero no sé quién eres - Dije furiosa penetrando sus ojos. Golpeo su frente repetidas veces.

- No puedes deshacer el hecho de que nos conocimos - Gruño.

- Ojala pudiera - Tenía mucho frío, mi ropa estaba totalmente empapada.

- ¿Todo esto se trata porque salve tu vida?  - Se acercó a mí. Su mandíbula estaba apretada al igual que sus puños.

- Todo esto se trata porque eres un maldito egoísta - Exclamé agitando mis brazos.

- He sido tan egoísta por amarte demasiado - Dijo cortando la distancia que había entre nosotros.

¿Jugamos? (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora