Desperté agitada. Cómo si me hubiese sumergido en una piscina y no podía llegar a la superficie y así ahogarme. Cada vez me cuestiono más y más el sentido de mi vida. Había internado a mi propia madre en un psiquiátrico por querer matarme. Y ella solo estaba cegada, cegada de amor. ¿Como no me había dado cuenta antes? Ahora se cual era la causa de sus repentinos moretones. Yo... era inocente. Ella me decía que se caía por las escaleras, yo le creía. Nunca podía llegar a pensar que mi propio padre había violado y maltratado a mi madre.
Médicos entraban y salían de la sala de operaciones. Uno me estaba tomando la presión, otro me preguntaba cómo me sentía y yo solo hacia un leve movimiento con la cabeza. Estaba destruida, mis huesos dolían, mi garganta ardía. No podía ni levantar la cabeza. Solo veía la destellante luz que me enceguecía. Cerré los ojos.
- Mia, necesito que mantengas los ojos abiertos, no vaya a ser que te perdamos de nuevo - Me decía el que tomaba mi presión. Abrí los ojos de mala gana - Eso - Dijo alentándome - Ya vas a poder descansar luego - Suspiré.
- Mia - Dijo otro médico que venía en mi dirección con los guantes de látex todavía puestos y una aguja en mano - Tendré que coser la herida que tienes en tu estomago - Quise levantarme para ver en qué estado estaba mi cuerpo pero fue inútil, no tenía fuerzas - Pero no te podré anestesiar - Abrí los ojos como platos - Si te anestesio, podría llegar a matarte. Y si no la suturo, se infectará - No sabía cuál era la peor opción - Necesito que estés calmada - Continuo - Eres fuerte. No cualquiera sobrevive a ser arrolladlo por un camión - Sonrió.
- F-fre-edi - No podía articular ni una sola palabra.
- ¿Que sucede Mia? - No se da cuenta que no puedo hablar y me pregunta que sucede.
- ¿Freddie? ¿Quieres que lo llame para que este contigo? - Preguntó el que hace poco me había tomado la presión. Cerré los ojos y sonreí - Alguien que traiga al chico de traje que está afuera - Dijo sonriéndome.
- ¡MIA! GRACIAS A DIOS QUE ESTAS VIVA - Podía notar un brillo especial en sus ojos - Y-yo me moría si te perdía - Una lagrima salió sin previo aviso.
- Necesita que la acompañes en esta - Freddie frunció el ceño - Le suturaré la herida, pero no podré anestesiarla - Dijo el médico repitiendo las mismas palabras. Como lo imaginé, Freddie abrió los ojos como platos al igual que yo. Reí por dentro. Su mirada fue a parar en mi herida y luego a mis ojos.
- Ten, ponte esto - Le dieron unos guantes de látex, una bata blanca y un barbijo - Freddie lo agarró y al instante se lo puso sin sacar su mirada de mis ojos. Recorrió toda la sala hasta llegar a mi lado, me dio un suave beso en la frente y susurró - Oye tranquilo viejo - Sonreí. Era la primera vez que me lo decía. Cada vez que yo insistía con mi chiste se enfurecía, pero hoy, me declaro una ganadora. Sonreí nuevamente.
- Necesito que estés lo más calmada posible - Como podía estar calmada si me iban a coser sin anestesia - No te voy a mentir... dolerá un poco - Freddie estaba sentado al lado mío acariciándome el cabello - ¿Lista? - Como pude asentí. Ni bien la aguja penetró mi piel, gemí. No creo ser capaz de soportar este dolor - Tranquila - Me calmaba el médico.
- ¿Cuantos puntos van a ser? - Preguntó Freddie.
- Catorce - Dijo sin rodeos. ¡¿CATORCE PUNTOS?! Ni siquiera van dos y ya me duele como la hostia.
- ¡¿CATORCE PUNTOS?! - Realmente creo que tengo una conexión con este chico. El médico asintió.
- Calma, no me la alteres. Tu distráela - Dijo volviendo a su asunto. Uno, dos, tres puntos, gemía por el dolor. Genial solo faltan once. Miré a Freddie en busca de ayuda y al parecer se dio cuenta. Comenzó a reírse.
-¿Te acuerdas cuando me perseguías por toda la casa para maquillarme y un día te caíste? - Sonreí. Lo recuerdo muy bien. Teníamos unos ocho años cuando eso paso - No derramaste ni una sola lagrima, y eso que te habías raspado la rodilla muy feo - Movió la cabeza de un lado a otro - Tu solo te paraste y comenzaste a correrme hasta que esta vez fui yo el que me caí - Quería reírme pero lamentablemente no podía - Yo lloré como una marica y no me había hecho nada - Sonrió - Corriste a la cocina y trajiste el botiquín de primeros auxilios. Me decías que no sea tan marica y pare de llorar. Me costó pero paré las lagrimas, a la vez que me preguntabas donde me dolía - Estaba acariciado mi cabello dulcemente - Siempre supe que eras más fuerte que yo, a decir verdad más que el mundo - Me miró a los ojos - Mia Evans, eres la persona más fuerte y terca que conozco - Sonreí. Traté de articular al menos una palabra pero Freddie me calló - No arruines mi discurso - Dijo sonriendo.
- Listo - Sorprendida miré al médico que ya había terminado su trabajo - Lo hiciste muy bien mía - Dijo sonriendo.
- ¡Ey! ¿Y yo? - Sonreí - Yo la distraje - Dijo cruzándose de brazos.
- Mark - Nos interrumpió una mujer - Te necesitamos en urgencias ya -
- Muy bien chicos, el deber llama - Me causo gracia el tono en que lo dijo. Solo le faltaba poner los brazos en posición y ya era todo un superhéroe - Mia, después te trasladaran a una habitación e iré a ver cómo vas - Asentí - Lo has hecho de maravilla - Dijo y se fue.
- Muchacho, necesito que esperes a fuera y luego te diré en la habitación donde estará - Dijo una mujer, debería estar alrededor de los cuarenta cinco años. Freddie asintió, me besó la frente y se fue.
***
DEREK POV
Ver a Mia en estas condiciones era terrible. Lo significante de todo esto es que aun así, se ve hermosa. Estoy cansado de tantos juegos. La vida no es más que eso. Un juego tras otro. Y la muerte es el mayor juego de todos. Abrió los ojos. Registró toda la habitación y luego su mirada cayó en mí.
- D-derek - Su voz sonaba áspera. Alzé las cejas - G-gracias - Dijo con un brillo en sus ojos.
- ¿Y porque me agradeces? - Pregunté con indiferencia. Suspiró.
- Por salvarme - Soltó. ¿Que cree? ¿Que lo hice porque es un deber? No sabe nada. Estaba tratando de llegar a la botella de agua que se encontraba al lado de su camilla.
- ¿Quieres agua? - Pregunté acercándome a la mesita.
- Si, por favor - Abrí la botella y la aproximé a su boca.
- Toma despacio - Obedeció y su ritmo bajo. La forma en que el agua mojaba sus labios era tentadora. Besar sus labios como aquella noche...Que estoy diciendo. A decir verdad, he besado a mejores. Mia no tenía nada especial. Relamió sus labios. ¿Enserio era necesario hacer eso?
- Gracias - Dijo devolviéndome la botella. Se removió en la camilla - Buenas noches Derek - Cerró los ojos y se durmió.
- Buenas noches Mia - Susurré a su oído.
Hay heridas que nunca sanarán por más que pase el tiempo...
**********************************
Holaa! ¿De qué herida hablará Derek?...Tengo mi defensa por la cual no subí capitulo ayer y es que mi computadora tiene un virus y bue, esa historia que conocen de los virus. Pero aquí estoy y les traje nuevo capítulo :) Déjenme saber si les gusto con un voto y comentario. Quiero agradecerles a todas las que me mandan mensajitos re chulos, las quiero je. Gracias por leer, hasta la proxima! :)
ESTÁS LEYENDO
¿Jugamos? (PAUSADA)
De Todo¿Quieres entrar y jugar un juego? Pero no un juego cualquiera, uno bastante peligroso.